Legislación sobre la presentación del producto en supermercados, campañas institucionales de promoción, incremento de las inspecciones sanitarias y restricciones a la importación son algunas de las medidas propuestas por la patronal agraria
ALMERÍA HOY / 19·02·2015
La patronal agraria ASAJA ha solicitado a la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía y al Ministerio de Agricultura que «pongan orden en el sector de la distribución» para impedir lo que consideran «prácticas desleales y banalizadoras» por parte de éste en relación a la venta de los cítricos. Así, desde ASAJA critican que las grandes superficies expongan el producto «de cualquier manera», presentándolo «en mallas de dos, tres o cinco kilos o amontonadas y aplastadas en el fondo de un cajón», «con el único reclamo de su bajo precio».
En un comunicado de prensa difundido este miércoles, la organización ha identificado estas prácticas entre los factores que condicionan el precio de los cítricos, por lo que demanda a las administraciones que «pongan en marcha todos aquellos mecanismos dirigidos a revalorizar las naranjas y evitar la banalización de este producto en los puntos de venta»; proponiendo para ello el establecimientos de «normas más estrictas de presentación», así como la divulgación de «una campaña de promoción que mitigue el desconocimiento de vendedores y consumidores sobre este producto», de modo que estos aprendan el «el nombre de las distintas variedades y sus fechas óptimas de maduración y consumo».
La patronal agraria denuncia además que los precios actuales —entre 8 y 9 céntimos por kilo— no cubren los costes de cultivo, situados, según sus cálculos, entre los 17 y 20 céntimos por kilo, llamando la atención sobre el hecho de la naranja navelina —una de las variedades más cultivadas en la huerta andaluza— se venda a la mitad de lo que se hacía en 1991 —19 céntimos—.
Por esta razón, ASAJA reclama, entre otras cuestiones, «la mejora de la información de precios y volúmenes comercializados en España y en la UE, así como de las importaciones de terceros países», «el refuerzo de la vigilancia sanitaria», «la promoción del consumo y la mejora de los mecanismos de control con el incremento de las inspecciones de calidad en los puntos de venta», y el freno de «las importaciones masivas de naranjas de terceros países» que, a su juicio, «incumplen los estrictos requisitos que ha fijado la UE en calidad, sanidad vegetal y respeto medioambiental».
De igual modo, la patronal ha instado al Ministerio de Agricultura y a la Comisión Europea a que «pongan en marcha nuevos contingentes de retirada, dado que cuando Rusia decretó el veto a las producciones hortofrutícolas europeas las naranjas de media estación no estaban aún en recolección, por lo que no pudieron acogerse a los mecanismos de retirada que se articularon en otoño para otras producciones».
Para ASAJA, la situación de los cítricos andaluces es «extremadamente delicada», tras «cinco años consecutivos en crisis de precios», que amenazan «la continuidad de las 12.000 explotaciones andaluzas de cítricos que generan 4,7 millones de jornales y aportan más de 600 millones de euros a la producción final agraria».
En un comunicado de prensa difundido este miércoles, la organización ha identificado estas prácticas entre los factores que condicionan el precio de los cítricos, por lo que demanda a las administraciones que «pongan en marcha todos aquellos mecanismos dirigidos a revalorizar las naranjas y evitar la banalización de este producto en los puntos de venta»; proponiendo para ello el establecimientos de «normas más estrictas de presentación», así como la divulgación de «una campaña de promoción que mitigue el desconocimiento de vendedores y consumidores sobre este producto», de modo que estos aprendan el «el nombre de las distintas variedades y sus fechas óptimas de maduración y consumo».
La patronal agraria denuncia además que los precios actuales —entre 8 y 9 céntimos por kilo— no cubren los costes de cultivo, situados, según sus cálculos, entre los 17 y 20 céntimos por kilo, llamando la atención sobre el hecho de la naranja navelina —una de las variedades más cultivadas en la huerta andaluza— se venda a la mitad de lo que se hacía en 1991 —19 céntimos—.
Por esta razón, ASAJA reclama, entre otras cuestiones, «la mejora de la información de precios y volúmenes comercializados en España y en la UE, así como de las importaciones de terceros países», «el refuerzo de la vigilancia sanitaria», «la promoción del consumo y la mejora de los mecanismos de control con el incremento de las inspecciones de calidad en los puntos de venta», y el freno de «las importaciones masivas de naranjas de terceros países» que, a su juicio, «incumplen los estrictos requisitos que ha fijado la UE en calidad, sanidad vegetal y respeto medioambiental».
De igual modo, la patronal ha instado al Ministerio de Agricultura y a la Comisión Europea a que «pongan en marcha nuevos contingentes de retirada, dado que cuando Rusia decretó el veto a las producciones hortofrutícolas europeas las naranjas de media estación no estaban aún en recolección, por lo que no pudieron acogerse a los mecanismos de retirada que se articularon en otoño para otras producciones».
Para ASAJA, la situación de los cítricos andaluces es «extremadamente delicada», tras «cinco años consecutivos en crisis de precios», que amenazan «la continuidad de las 12.000 explotaciones andaluzas de cítricos que generan 4,7 millones de jornales y aportan más de 600 millones de euros a la producción final agraria».