Una veintena de expertos eligen los mejores caldos de la provincia en el II Concurso de Vinos Tintos de Diputación

En esta edición se presentan a concurso 34 vinos de 12 bodegas diferentes


Miembros del jurado con un diputado provincial a la espalda
EUROPA PRESS - ALMERÍA HOY / 03·11·2014

El Patio de Luces del Palacio Provincial ha acogido este lunes el II Concurso de Vinos Tintos 'Almería Tierra de Vinos' que organiza la Diputación con el objetivo de promocionar los caldos tintos, celebrando una cata a ciegas en la que han participado los más de 20 expertos que conforman el jurado para evaluar los 34 vinos de las 12 bodegas inscritas.

El diputado provincial de Agricultura, Óscar Liria, y el director del concurso, Francisco Freniche, han dado la bienvenida a los bodegueros, así como a los expertos que conforman el jurado de este certamen. Cada miembro del jurado ha asignado una puntuación a cada una de las muestras presentadas.

El concurso, que se establece en cuatro categorías —joven, noble, añejo y roble— a la hora de determinar el valor de los vinos, pretende promocionar las elaboraciones de todas las bodegas que tengan el registro de sanidad, el registro de industrias agrarias (RIA) o el registro de embotellador en la provincia de Almería.

Asimismo, tiene como objetivo desarrollar la cultura del vino y del consumo moderado de este «alimento natural con cualidades tan positivas para la salud y el disfrute social» y reunir a catadores «de prestigio provincial» que elijan los tres mejores vinos de cada categoría, así como publicitar las bodegas y bodegueros almerienses.

El jurado está formado por personas del canal Horeca provincial, a través del cual además se va a distribuir una carta de vinos almerienses que se elaborará por primera vez en esta edición. «Creemos que es una buena época para el consumo de los vinos tintos y no hay mejor prescriptor para un vino que los propios profesionales del sector de la hostelería y servicios», ha asegurado el diputado.


Demasiadas catas

Algunos expertos, no obstante, lamentan que el concurso no siga las prescripciones de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), y subrayan la dificultad a la que se enfrenta el jurado a la hora de evaluar correctamente una treintena de caldos en una única sesión de cata. Los sentidos, explican, se van embotando progresivamente a lo largo de la misma, siendo extremadamente complicado hacer una buena evaluación después del décimo o undécimo vino, por lo que recomiendan que se imite el procedimiento seguido en los distintos certámenes internacionales, en los que se establecen mesas de 7 jurados con un presidente por mesa, juzgando cada una de ellas un número limitado de caldos —no más de 10 o 12—, y con una pausa intermedia de 30 minutos para permitir que se desemboten los sentidos.