Los voluntarios serán sometidos a análisis de sangre y esperma, exploraciones genitales y una encuesta sobre sus hábitos de vida
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Semen humano visto al microscopio. Imagen: Josef Reischig |
EUROPA PRESS / 06•11•2014
Investigadores de la Universidad de Almería y de la Empresa Pública Hospital de Poniente han puesto en marcha un proyecto para estudiar la calidad del semen de los jóvenes del sureste español; un estudio el que precisan la colaboración de entre 250 y 280 jóvenes de entre 18 y 24 años, que hayan residido en Almería durante los últimos años, y que sean desconocedores de su salud reproductiva.
El estudio se realiza bajo el mismo patrón que se siguió en una investigación similar desarrollada hace más de diez años, y que persigue la comparación de resultados para detectar posibles alternaciones, según ha explicado el director del Área Integrada de Biotecnología del Hospital de Poniente, Cristóbal Avivar, quien participó en la primera investigación y colabora ahora en esta segunda fase que tiene como investigadora principal a la profesora de la UAL, María del Carmen Serrano.
La investigación parte de la premisa demostrada por algunos estudios en los que se indica un posible descenso de la calidad seminal del hombre debido al efecto de factores medioambientales sobre los órganos sexuales, especialmente a la acción de determinados plaguicidas que pueden funcionar como disruptores endocrinos y altera la actividad hormonal.
El proyecto, que se desarrollará hasta 2016 y cuenta con una financiación del Fondo de Investigación en Salud (FIS) del Instituto de Salud Carlos III, se ha dividido en tres fases, de manera que actualmente se halla en proceso de captación del referente poblacional. Para ello, los investigadores han acudido a las Jornadas de Puertas Abiertas que celebra la Universidad de Almería estos días con el fin de captar voluntarios.
Según ha apuntado Avivar, hasta el momento han sido más de 60 los jóvenes que se han mostrado interesados en participar en los ensayos, que tendrán lugar el año que viene en el propio campus de la UAL, donde durante cuatro meses se habilitará un hospital de campaña para realizar los análisis y tomar las muestras necesarias, que serán destruidas una vez finalice la investigación.
Un equipo compuesto por cuatro personas trabajará de forma simultánea en el análisis de las muestras de semen, que deben ser examinadas en la primera hora desde su obtención para evitar su deterioro. Además, los jóvenes serán sometidos a un análisis sanguíneo a fin de determinar sus niveles hormonales, y a una exploración genital para detectar posibles anomalías. Las pruebas irán acompañadas de una minuciosa encuestas sobre el estilo de vida de cada uno de ellos.
En su última fase, el estudio llevará a cabo un registro de resultados para la obtención de las conclusiones, comparando los datos recabados con los del primer estudio para analizar las diferencias.
El estudio primigenio, realizado en 1999 entre estudiantes de la Universidad de Almería, desveló que el 85% de los jóvenes presentaba una concentración de espermatozoides en su semen considerada "normal" por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este proyecto se enmarcó en un estudio participado por otros siete países europeos y coordinado por el experto danés Niels Skakkebaek, quien sostiene que la concentración de espermatozoides en los últimos 50 años se ha reducido a la mitad en términos de movilidad y unidad
El estudio se realiza bajo el mismo patrón que se siguió en una investigación similar desarrollada hace más de diez años, y que persigue la comparación de resultados para detectar posibles alternaciones, según ha explicado el director del Área Integrada de Biotecnología del Hospital de Poniente, Cristóbal Avivar, quien participó en la primera investigación y colabora ahora en esta segunda fase que tiene como investigadora principal a la profesora de la UAL, María del Carmen Serrano.
La investigación parte de la premisa demostrada por algunos estudios en los que se indica un posible descenso de la calidad seminal del hombre debido al efecto de factores medioambientales sobre los órganos sexuales, especialmente a la acción de determinados plaguicidas que pueden funcionar como disruptores endocrinos y altera la actividad hormonal.
El proyecto, que se desarrollará hasta 2016 y cuenta con una financiación del Fondo de Investigación en Salud (FIS) del Instituto de Salud Carlos III, se ha dividido en tres fases, de manera que actualmente se halla en proceso de captación del referente poblacional. Para ello, los investigadores han acudido a las Jornadas de Puertas Abiertas que celebra la Universidad de Almería estos días con el fin de captar voluntarios.
Según ha apuntado Avivar, hasta el momento han sido más de 60 los jóvenes que se han mostrado interesados en participar en los ensayos, que tendrán lugar el año que viene en el propio campus de la UAL, donde durante cuatro meses se habilitará un hospital de campaña para realizar los análisis y tomar las muestras necesarias, que serán destruidas una vez finalice la investigación.
Un equipo compuesto por cuatro personas trabajará de forma simultánea en el análisis de las muestras de semen, que deben ser examinadas en la primera hora desde su obtención para evitar su deterioro. Además, los jóvenes serán sometidos a un análisis sanguíneo a fin de determinar sus niveles hormonales, y a una exploración genital para detectar posibles anomalías. Las pruebas irán acompañadas de una minuciosa encuestas sobre el estilo de vida de cada uno de ellos.
En su última fase, el estudio llevará a cabo un registro de resultados para la obtención de las conclusiones, comparando los datos recabados con los del primer estudio para analizar las diferencias.
El estudio primigenio, realizado en 1999 entre estudiantes de la Universidad de Almería, desveló que el 85% de los jóvenes presentaba una concentración de espermatozoides en su semen considerada "normal" por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este proyecto se enmarcó en un estudio participado por otros siete países europeos y coordinado por el experto danés Niels Skakkebaek, quien sostiene que la concentración de espermatozoides en los últimos 50 años se ha reducido a la mitad en términos de movilidad y unidad