Javier Aureliano preboste nacional de las diputaciones


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Las alegrías caminan por barrios, aceras y familias. Hoy le toca a la del presidente de la diputación de Almería ver coronado un sueño. No sé si este entraba en sus deseos dentro de la política, siempre lo hemos visto más bien suspirando por una alcaldía, ser alcalde de su ciudad, de su patria chica le molaba (como le puede ocurrir a cualquier mortal que se dedique, se decía hace años, muchos, tantos que ya no me acuerdo, que al noble arte de la política, hoy lo de noble, dedicado al arte del engaño, el cambio y los símbolos religiosos está bastante desprestigiado), o eso se dejaba notar en su entorno. Lo que no se puede negar es que ser la voz, el estandarte de todas las diputaciones, cabildos y concejos, no deja de ser un premio en una carrera política.

Enhorabuena, presidente de los presidentes.

Me van a decir, y es verdad, que se trata de una o dos reuniones al año, un informe sobre lo conseguido, otro por lo que luchar, y hasta la próxima. Sí, así es, pero y la satisfacción de llevar sobre la solapa medalla de ese calibre, y poder poner en tu informe político, de cara a un futuro aún por llegar, que se ha sido presidente de los presidentes de las diputaciones, los concejos y los cabildos.

Porque, entiende uno que don Javier Aureliano García no se va a quedar ahí, que tiene voluntad y ganas, también años por delante, para luchar por más altos cargos dentro de la vida pública almeriense y española. Vamos, que no cierra su carrera con este premio, que son dos luces más encendidas en su árbol, pero que tiene deseos de seguir mandando.

Hay que reconocerle, a él y a su equipo, que no tienen una acervada crítica por parte de la oposición, o ellos son muy buenos en su trabajo en la institución, con él a la cabeza, o la oposición deja mucho que desear a la hora de contar las sombras que, es de imaginar tiene, el trabajo de los populares en el palacio de la Navarro Rodrigo. También es posible que la generosidad de don Javier Aureliano, a la hora de repartir el dinero de los almerienses entre los diputados de su bancada y la de enfrente, tape bocas, calle voluntades, gane adeptos. ¿Y piropos? A eso no creo que llegue la bendita oposición.

Es de imaginar que la buena imagen ofrecida por el presidente de Almería haya sido un reclamo para ese nuevo puesto que ocupa en su carrera política. Algo le deberá a esa oposición silente que tiene sentada en el salón de plenos de la Institución provincial, y a unos medios que cantan y alaban su trabajo. Se lo tiene bien montado, hay que reconocerlo, y siempre con el apoyo, la ayuda y la oración del hombre que mira al cielo.

Dicen que el señor Jiménez habla con el de las alturas. Aunque me da a mí, que con Francisco no hay lo que se dice filing.