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ALMERÍA HOY / 22·05·2023
No estamos acostumbrados a que los candidatos que se presentan a las elecciones tengan una larga trayectoria en el quehacer diario de la vida. Es por ello que nos sorprende que una mujer como Mar Segura se haya decidido a dar el paso, a enfrentarse a ese miedo que tienen otras muchas personas a ser candidato en una elecciones, a representar a sus vecinos ante la administración.
Mar Segura viene siendo desde hace años un reclamo en la vida de Almería y de las almerienses. Mujer que ha vivido la moda, que ha trabajado sobre el escenario de la televisión, que conoce los micrófonos de la radio, que sabemos de su nombre por las grandes revistas de la moda española, ha decidido ir un poco más allá y adentrarse en ese mundo oscuro que decimos algunas veces de la política.
Es posible que sea oscuro porque la mayor parte se presenta en busca de un puesto en el que vivir del erario público. Quizás si todos los políticos llegaran a los cargos con el bagaje de Mar, el trabajo realizado y las necesidades cubiertas, no sería tan gris, tirando a negro, el panorama que nos ofreciera ese túnel en el que han convertido la política.
Mar es una mujer a la que hoy llaman emprendedora, pero que viene trabajando y emprendiendo desde hace años. En estos días, un grupo de mujeres de la Unión Europea viajan a conocer el mundo rural, ese que se vive en los municipios del interior, en esos que nos ha dado por llamar vaciados y que son muy pocas las personas que por ellos luchan. Algunas de esas mujeres estarán unos días en Lucainena, conociendo las posibilidades de futuro que tienen pueblos como este. No es demasiado el que les espera si los dejamos en la dirección de los de siempre. Si algo necesitan estos pueblos es gente que venga con ansias, con deseos plenos, sin miedos a los retos y a las derrotas. Con las manos limpias, con el trabajo de su vida como ejemplo y con el solo empeño de trabajar por la gente y por su futuro.
Mar Segura se presenta a la Alcaldía de su pueblo, Lucainena de las Torres. No es Ayuntamiento que tenga presupuesto para grandes dispendios, por lo que el interés de Mar es despertar y cambiar en lo que pueda el mañana de sus vecinos. No va a llevar el hermoso mar de Aguamarga hasta Lucainena, pero va a intentar que su pueblo se convierta en un lugar donde puedan encontrar un futuro mejor sus hombres y mujeres, sus hijos, y si es posible los futuros nietos de estas familias.
Si algo no le agrada escuchar es lo de la España vaciada. Durante años los políticos han vaciado las zonas más bonitas de nuestros país, han puesto trabas a lo que ha sido la vida en nuestros pueblos, han marcado con fuego el desarrollo y han ido empujando a los vecinos hacia las zonas de la costa, como le ha ocurrido a ella misma, que lleva años viviendo entre Almerimar, Aguamarga y Lucainena.
No las puede olvidar. Las calles de su pueblo, la casa de su familia, el reencuentro con los amigos. Todo eso le ha hecho que se sienta cada día más unida ante las alegrías y las vicisitudes que viven sus amigos y vecinos, y que una mañana decidiera que había que hacer algo por el pueblo. Juan Herrera lo ha puesto en el mapa, y eso se lo debemos agradecer, me dice con una sonrisa en sus labios, pero ha llegado el momento de pedir más, de luchar con más ahínco, de esforzarnos en buscarles otras alternativas al pueblo y a sus ciudadanos.
¿Por qué te presentas, Mar?
Abre los ojos, mira alrededor, busca con su mirada el hermoso monte que corona Lucainena y dice segura, como el apellido que acompaña a su nombre:
–Porque este pueblo y su gente se merece el esfuerzo de todos los que sentimos amor por Lucainena.
Baja la mirada, pero sigue el brillo en sus ojos.
–Este pueblo se merece lo mejor de todos nosotros.
Mar Segura viene siendo desde hace años un reclamo en la vida de Almería y de las almerienses. Mujer que ha vivido la moda, que ha trabajado sobre el escenario de la televisión, que conoce los micrófonos de la radio, que sabemos de su nombre por las grandes revistas de la moda española, ha decidido ir un poco más allá y adentrarse en ese mundo oscuro que decimos algunas veces de la política.
Es posible que sea oscuro porque la mayor parte se presenta en busca de un puesto en el que vivir del erario público. Quizás si todos los políticos llegaran a los cargos con el bagaje de Mar, el trabajo realizado y las necesidades cubiertas, no sería tan gris, tirando a negro, el panorama que nos ofreciera ese túnel en el que han convertido la política.
Mar es una mujer a la que hoy llaman emprendedora, pero que viene trabajando y emprendiendo desde hace años. En estos días, un grupo de mujeres de la Unión Europea viajan a conocer el mundo rural, ese que se vive en los municipios del interior, en esos que nos ha dado por llamar vaciados y que son muy pocas las personas que por ellos luchan. Algunas de esas mujeres estarán unos días en Lucainena, conociendo las posibilidades de futuro que tienen pueblos como este. No es demasiado el que les espera si los dejamos en la dirección de los de siempre. Si algo necesitan estos pueblos es gente que venga con ansias, con deseos plenos, sin miedos a los retos y a las derrotas. Con las manos limpias, con el trabajo de su vida como ejemplo y con el solo empeño de trabajar por la gente y por su futuro.
Mar Segura se presenta a la Alcaldía de su pueblo, Lucainena de las Torres. No es Ayuntamiento que tenga presupuesto para grandes dispendios, por lo que el interés de Mar es despertar y cambiar en lo que pueda el mañana de sus vecinos. No va a llevar el hermoso mar de Aguamarga hasta Lucainena, pero va a intentar que su pueblo se convierta en un lugar donde puedan encontrar un futuro mejor sus hombres y mujeres, sus hijos, y si es posible los futuros nietos de estas familias.
Si algo no le agrada escuchar es lo de la España vaciada. Durante años los políticos han vaciado las zonas más bonitas de nuestros país, han puesto trabas a lo que ha sido la vida en nuestros pueblos, han marcado con fuego el desarrollo y han ido empujando a los vecinos hacia las zonas de la costa, como le ha ocurrido a ella misma, que lleva años viviendo entre Almerimar, Aguamarga y Lucainena.
No las puede olvidar. Las calles de su pueblo, la casa de su familia, el reencuentro con los amigos. Todo eso le ha hecho que se sienta cada día más unida ante las alegrías y las vicisitudes que viven sus amigos y vecinos, y que una mañana decidiera que había que hacer algo por el pueblo. Juan Herrera lo ha puesto en el mapa, y eso se lo debemos agradecer, me dice con una sonrisa en sus labios, pero ha llegado el momento de pedir más, de luchar con más ahínco, de esforzarnos en buscarles otras alternativas al pueblo y a sus ciudadanos.
¿Por qué te presentas, Mar?
Abre los ojos, mira alrededor, busca con su mirada el hermoso monte que corona Lucainena y dice segura, como el apellido que acompaña a su nombre:
–Porque este pueblo y su gente se merece el esfuerzo de todos los que sentimos amor por Lucainena.
Baja la mirada, pero sigue el brillo en sus ojos.
–Este pueblo se merece lo mejor de todos nosotros.
