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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
El Ayuntamiento de la muy noble y leal ciudad de Almería, con don Diego Cruz como introductor de embajadores, nos presentaba hace unos días la 43ª edición de la Feria del Libro, con destacados nombres de la literatura nacional que visitaron nuestra tierra durante esos días. Los que hemos dedicado mucho tiempo de nuestra vida a juntar letras, agradecemos los esfuerzos que desde las administraciones se hacen en pro de la literatura y de la lectura de los ciudadanos.
Desde ese punto de vista solo podemos felicitar por la buena edición que se ha vivido por estos lares.
¿De verdad existe ese interés en el Ayuntamiento por las letras? Algunos lo ponemos en duda. Está bien lo de la Feria del Libro, no deja de ser para ellos, los políticos, un espectáculo más que ofrecer al ciudadano-votante, como la noche en negro, la blanca y la colorá, la de la cerámica, la de la cerveza, los sabores, la del tomate y hasta el carnaval. Darle fiestas al pueblo. Y éste que no piense mucho en las demás cuestiones que le afectan a su economía, a sus trabajo, a los impuestos que pagamos, la limpieza de las calles y otras lindezas a soportar de los políticos municipales.
No sé si conocen la historia, pero durante unos años, diez u once, la ciudad de Almería ofreció al mundo literario un certamen de novela. Las circunstancias de la crisis, el cierre de alguna editorial, la falta de colaboración, llevó a que el premio se quedara olvidado entre los anaqueles del Consistorio.
Fue un 14 de septiembre de 2019, si no me falla la memoria, cuando Diego Cruz, ya por aquellos edil de Cultura, ofrecía el último acto del que se tiene noticias sobre el Certamen de Novela Ciudad de Almería. A partir de ese momento no se ha vuelto a celebrar. Y eso que, si leen ustedes la crónica de aquella edición, a don Diego se la hacía la boca agua hablando de las bondades del certamen y de la impronta alcanzada en el “mundo mundial”.
Bien hallada la Feria del Libro, y que siga estando presente en la primavera almeriense, pero nos gustaría preguntar a don Diego, o quizás a María del Mar, la alcaldesa. Si estáis tan preocupados por la lectura, por literatura, por los libros y los escritores, ¿por qué no se está celebrando el Certamen de Novela Ciudad de Almería? ¿No le sacabais réditos políticos, no daba votos, no os codeaba con los grandes de las letras?
Un poco sepulcros blanqueados os veo en esta cuestión. Feria, libros, feria, libros, feria, libros. Pero un premio con el nombre de Almería, que llevaba once años y que había recibido más de mil originales se deja morir desde el área de cultura del ayuntamiento. Si no es así, que nos cuente don Diego la verdad de lo ocurrido con el certamen. Es lamentable, pero comprenderéis que no os creamos cuando se os llena la boca de amor a los libros, con ejemplos como el del olvidado y suspendido certamen.
¿A quién echamos la culpa? María no era entonces alcaldesa, pero Diego estaba al frente de la cultura. ¿Quién le puso las trabas al certamen, señor Cruz?
Desde ese punto de vista solo podemos felicitar por la buena edición que se ha vivido por estos lares.
¿De verdad existe ese interés en el Ayuntamiento por las letras? Algunos lo ponemos en duda. Está bien lo de la Feria del Libro, no deja de ser para ellos, los políticos, un espectáculo más que ofrecer al ciudadano-votante, como la noche en negro, la blanca y la colorá, la de la cerámica, la de la cerveza, los sabores, la del tomate y hasta el carnaval. Darle fiestas al pueblo. Y éste que no piense mucho en las demás cuestiones que le afectan a su economía, a sus trabajo, a los impuestos que pagamos, la limpieza de las calles y otras lindezas a soportar de los políticos municipales.
No sé si conocen la historia, pero durante unos años, diez u once, la ciudad de Almería ofreció al mundo literario un certamen de novela. Las circunstancias de la crisis, el cierre de alguna editorial, la falta de colaboración, llevó a que el premio se quedara olvidado entre los anaqueles del Consistorio.
Fue un 14 de septiembre de 2019, si no me falla la memoria, cuando Diego Cruz, ya por aquellos edil de Cultura, ofrecía el último acto del que se tiene noticias sobre el Certamen de Novela Ciudad de Almería. A partir de ese momento no se ha vuelto a celebrar. Y eso que, si leen ustedes la crónica de aquella edición, a don Diego se la hacía la boca agua hablando de las bondades del certamen y de la impronta alcanzada en el “mundo mundial”.
Bien hallada la Feria del Libro, y que siga estando presente en la primavera almeriense, pero nos gustaría preguntar a don Diego, o quizás a María del Mar, la alcaldesa. Si estáis tan preocupados por la lectura, por literatura, por los libros y los escritores, ¿por qué no se está celebrando el Certamen de Novela Ciudad de Almería? ¿No le sacabais réditos políticos, no daba votos, no os codeaba con los grandes de las letras?
Un poco sepulcros blanqueados os veo en esta cuestión. Feria, libros, feria, libros, feria, libros. Pero un premio con el nombre de Almería, que llevaba once años y que había recibido más de mil originales se deja morir desde el área de cultura del ayuntamiento. Si no es así, que nos cuente don Diego la verdad de lo ocurrido con el certamen. Es lamentable, pero comprenderéis que no os creamos cuando se os llena la boca de amor a los libros, con ejemplos como el del olvidado y suspendido certamen.
¿A quién echamos la culpa? María no era entonces alcaldesa, pero Diego estaba al frente de la cultura. ¿Quién le puso las trabas al certamen, señor Cruz?
