“Que no me quemen. Quiero que mi nombre se recuerde escrito sobre el mármol de una lápida”

Juan Grima se ha jubilado de la docencia, pero seguirá investigando la Historia de la provincia y publicando libros desde Arráez editores


FOTO: Rodrigo Valero.

ALMERÍA HOY / 07·04·2023

Juan Grima se ha jubilado de la docencia, pero seguirá investigando la Historia de la provincia y publicando libros desde Arráez editores. Sus amigos le sorprendieron no hace mucho con un merecido homenaje al incansable estudioso y catalizador de la cultura, las gentes y el territorio que bautizó como ‘Axarquía’, que en árabe significa Levante. Su casa es un museo y su cabeza un archivo infinito repleto de datos que comparte con generosidad. El mundo necesita más ‘juangrimas’. Aquí tenemos la fortuna de contar con el nuestro

- Son muchos los años que ha dedicado a la Historia desde la enseñanza, la investigación y la edición, pero, ¿cómo surgió esa vocación?
- Me influyeron el libro de Historia Universal de 5º de EGB y dos profesores, Adolfo Pérez López en Garrucha y Juan Martínez en Vera. Ambos me hicieron estudiar. Después, en COU, Andrés García Lorca me despertó el interés por la Historia Local con un artículo sobre el mercado de esclavos en Vera en época de los moriscos. Me hizo ver que nuestro territorio tenía una Historia.
- Y decidió estudiar Historia en la Universidad.
- Mi padre quería que me matriculara en Derecho, pero a mí me gustaba más la Historia. Pregunté en el Rectorado si podía cursar dos carreras a la vez, por complacer a mi padre y, al mismo tiempo, estudiar la que realmente era mi vocación. Me dijeron que debía aprobar todas las asignaturas del primer curso de una antes de iniciar otra, y empecé Historia contra el criterio de mi padre. En el segundo año ya me matriculé en 1º de Derecho por libre, es decir, sin necesidad de asistir a clase.
- ¿Cuándo se enteró su padre?
- Se lo conté en el segundo año y lo admitió.
- ¿Asumió sin rechistar el esfuerzo económico adicional que supondría cursar dos carreras en lugar de una?
- El dinero nunca fue un problema. Yo trabajé desde muy joven y hasta los 26 años en el hostal familiar. Nunca me negaron nada. Al contrario, todos los años iba un mes al extranjero. Además, siempre obtuve beca.
- ¿Cuándo abrieron el hostal?
- El 5 de octubre de 1973. Lo pasaron mal los últimos meses antes de abrir. Ese verano se quedaron sin dinero, pero consiguieron el objetivo de levantar la persiana del negocio.
- ¿Su familia estaba bien situada? ¿tenía dinero?
- Mi abuelo Damián emigró a Cuba y Argentina. Había sido alcalde durante la República. Militaba en UGT y participó en la ocupación de fincas. Al terminar la Guerra fue procesado y estuvo en la cárcel. Mi padre trabajó en Sevilla en los campos de algodón. Sabía manejar explosivos y trabajó en varias canteras de los Pirineos. Cuando tuvo que dejar el trabajo para cumplir el servicio militar obligatorio, le prometieron que allí siempre tendría empleo, pero él respondió que, en adelante, se buscaría la vida siempre por cuenta propia.
- En sus años de infancia ¿se palpaban las diferencias entre los niños por cuestión económica o, por el contrario, pasaban desapercibidas?
- Cuando iba a la escuela, veía cómo los gitanos desaparecían al comenzar la campaña del tomate en Águilas. Otros emigraron a Cataluña o Europa. De los 105 turreros nacidos en 1961 y 1962, sólo quedamos en el pueblo 8 ó 9. El resto vive en Alemania, Barcelona, Granada, Málaga y otros lugares. Peores balances arrojan las generaciones anteriores. También es verdad que ha venido a vivir aquí mucha gente de fuera y el censo se ha conservado más o menos estable.
- Quienes le conocemos sabemos de la fuerte atracción que siente por Sierra Cabrera.
- Siempre he mantenido mucha relación con ella. Iba de excursión casi todos los fines de semana. Allí quedaba con los pastores. Turre tiene una gran tradición ganadera. En el siglo XIX llegó a contar con 50.000 cabezas que venían a invernar, fundamentalmente desde Granada y Jaén. Nuestro término municipal era el ejido de la ciudad de Vera.
- ¿Recuerda a esos pastores?
- Por supuesto. Sobre todo a Diego Alías, de Alfaix. Me llamó la atención que recogía todas las cagadas de sus perros y las guardaba en una lata con agua. Decía que era el salvoconducto para que su ganado pudiera seguir pastando. Untaba con ese potingue los bajos de los olivos y almendros, y las cabras y ovejas no se acercaban. Era la única manera de que los propietarios de las fincas, temerosos de que los animales se comieran las ramas a su alcance, le permitieran entrar en sus bancales. Íbamos por las montañas muertos de sed, pero él sabía dónde había pequeños embalses con más de cien litros de agua buena apenas cubiertos por una piedra. También me enseñó las cuevas que hay en la Sierra. Las conocía bien porque, a veces, las cabras se metían en ellas. Él entraba a buscarlas, pero no más de cinco o seis metros para evitar caer en los pozos que hay en ellas. Gracias a él he hecho grandes descubrimientos. Los de ahora no tienen ese tipo de conocimientos.
- ¿Qué descubrimiento destacaría?
- El de un hombre fósil. Tuve una buena bronca con gente de la Universidad de Almería a propósito de ese hallazgo que aún no he publicado porque no se han dado las circunstancias.
- ¿Dónde está? ¿puede verse?
- No. Sólo lo han visto algunos. Está debidamente tapado en el lugar en que lo encontré. Y la cueva camuflada.
- ¿No es el que apareció en un armario en el Ayuntamiento de Turre?
- Es distinto. Ése era un hombre del Neolítico cuyos huesos estaban olvidados dentro de una bolsa de plástico en una alacena. También apareció un chamán.
- ¿Un chamán? ¿cómo sabe que lo era?
- Porque tenía un cuerno de ciervo en la cabeza. Apenas se han encontrado 4 ó 5 similares en todo el mundo. Aparecen representados de esa manera en algunas cuevas de Francia.
- ¿Su sepultura tenía algo de especial?
- No. Estaba cubierto sólo por 20 ó 30 cms de tierra.
- ¿Cuál fue su primera investigación sobre Historia local?
- Tuvo que ver con el origen de Turre. En el pueblo hubo un corresponsal de un medio provincial, Juan Casado. Publicó que el municipio había sido fundado por moriscos en 1571 y todo el mundo le creyó hasta que una amiga y yo decidimos investigar en la Real Chancillería de Granada. Revisé los índices y encontré noticias de juicios entre moriscos de Turre y cristianos de Mojácar fechados en 1544. Había más de 2.000 páginas de esa época sobre pleitos relacionadas con turreros y encargué que me las fotocopiaran todas. Me costó 12.000 pesetas. Por entonces carecía de conocimientos de Paleografía y no sabía leer los documentos. Me matriculé de esa asignatura en el curso siguiente, 5º de carrera, pero me pasé el verano entero estudiando por mi cuenta y tratando de descifrar las copias. Encontré todo un rosario de humillaciones sufridas por los moriscos de Turre.
- ¿Ya entonces existía rivalidad entre municipios vecinos?
- La que había en el siglo XVI entre Turre y Mojácar era muy potente.
- ¿Hasta qué punto?
- Hubo alrededor de 40 muertos. Un morisco de Turre, Mohamed Alasponi, Ginés Alasponi como cristiano, tuvo un grave conflicto con los Belmonte, una familia de caciques de Mojácar que tenía muchos esclavos. El patriarca de estos le cortó la barba delante de todos al moro, que marchó a África humillado y con sed de venganza. Volvió y, con la ayuda de los moriscos de aquí, asaltó Mojácar. Mató a muchos cristianos y capturó a bastantes más, entre ellos, a Martín Belmonte. La familia ofreció un millón de maravedíes por su liberación. Toda una fortuna si entendemos que rara vez se pagaba más de 20.000 por un cautivo. Pero Alasponi no quería dinero, sino revancha. Le degolló delante de toda la familia.
- Precisamente para evitar incursiones desde Berbería, como la que usted apunta, se prohibió a los moriscos vivir en la costa.
- Efectivamente. Se trataba de impedir la complicidad de los que habían huido y azotaban la península con incursiones desde allí, sin embargo, la norma no se cumplía a rajatabla. De hecho, los barcos de Garrucha eran manejados por moriscos, que eran la mano de obra barata de entonces.
- Otro momento especialmente atractivo de la Historia del Levante almeriense fue el que se vivió durante buena parte del siglo XIX a partir del auge de la minería.
- Y tanto. La explotación de las minas supuso que toda esa comarca estuviera a la vanguardia de la tecnología de la época. Sirva como ejemplo que la primera prueba de una línea de teléfono en Almería consistió en una llamada entre Cuevas del Almanzora y Vera. Se pusieron al aparato los alcaldes de ambas ciudades con sus respectivas bandas de música interpretando piezas de fondo. Fue alrededor de 1880. Como curiosidad, guardo la primera guía de teléfonos de la provincia. Había unos cien abonados, casi todos en Vera y la capital.
- ¿Un documento, entre los que posee, de especial relevancia para usted?
- Los estatutos originales de la Sociedad de Amigos del País de Vera, fundada en 1786. Adquirí en una subasta los originales. Carlos III la apoyó. El rey respaldó iniciativas para sacar del subdesarrollo las comarcas más deprimidas de España, como la nuestra. Sirvió, entre otras cosas, para que en Turre montaran una fábrica de escobas y en Mojácar otra de esparteñas. Se analizaron las posibilidades económicas de la zona para actuar en consecuencia.
- Háblenos de su colección de fotos.
- Tengo millones impresas. Es importante pasarlas a papel porque los sistemas caducan y no puedes abrir los archivos ni siquiera con los aparatos de entonces. Además, no hay tiempo ni dinero para ir pasándolos constantemente de un formato a otro. Paradójicamente, a partir de 1997 se conservan menos que antes de ese año. Los sistemas digitales de archivo cambian constantemente y, si no se imprimen, muchas se pierden.
- Cite un personaje de su comarca que, a su juicio, debiera ser más conocido.
- Alí Bey. Aunque nació en Barcelona, se formó aquí. Se llamaba en realidad Domingo Badía y Leblich, un militar, aventurero, espía y arabista. Fue amigo de los hermanos Montgolfier e introdujo los globos aerostáticos en España. Una hija suya, Lucía Badía Berruezo, fue la Mata-Hari de Napoleón.
- Al hablar con usted, resulta imposible no admirar una memoria tan prodigiosa, ¿cómo puede tener esa cantidad ingente de datos en la cabeza y sacarlos cuando es preciso?
- Mi madre padecía alzheimer y hubo un tiempo en que yo estaba convencido de haber heredado la enfermedad. Con frecuencia no me venía a la cabeza la palabra exacta que quería utilizar, aunque, al final, al cabo del tiempo, siempre acababa encontrándola. Me sometí a una prueba que consistía en responder a 30 preguntas. Las acerté todas. El médico me explicó que el cerebro actúa de manera similar al disco duro de un ordenador y, cuando está lleno, funciona peor y a menor velocidad.
- Entre los libros que ha escrito, ¿de cuál se siente más satisfecho?
- De la ‘Historia de Turre’ que prologó don Julio Caro Baroja. Ahí me dejé la piel. Contiene mucha crónica oral que, si no se escribe, se perdería. Gracias a ese libro permanecerá para toda la vida.
- ¿Y de los que ha editado?
- ’55 momentos estelares de la Historia de Almería’. Recoge los episodios imprescindibles, escritos por expertos, para que cualquiera que lo haya leído pueda hablar con solvencia sobre el pasado de la provincia, incluso el más reciente. Es un volumen ilustrado por Emilio Sánchez Guillermo que comprende toda la Historia de Almería, desde Los Millares y El Argar hasta el boom de las películas del Oeste o el nacimiento de la multinacional Cosentino contado por Santiago Alfonso, el director general de márketing y comunicación de la empresa.
- Elija uno más.
- Dejando aparte toda la obra de Luis Siret, podría ser ‘La Almería insólita’. A todos nos gustaría ver imágenes reales sobre cómo vivían nuestros abuelos, y este libro recoge una muestra. Organizamos una exposición en el Patio de Cristales de la Diputación. Gustavo Gillman llegó a la provincia para construir un ferrocarril y aprovechó el tiempo haciendo un montón de fotografías de Almería incluidas en ese libro.
- Ya está jubilado como profesor, y eso es un síntoma de que ha cumplido una edad, ¿ha pensado en su epitafio?
- No. Lo único que tengo claro sobre la hora final es que prefiero que no me quemen. Quiero estar con los seres queridos y que mi nombre pueda recordarse escrito sobre el mármol de una lápida.
- Es conocido que usted posee un ingente archivo de documentos de todo tipo, ¿qué destacaría de entre toda su colección?
- Muchísimas cosas, pero si tengo que elegir algo, me inclino por los más de 40 volúmenes encuadernados de ‘Actualidad Almanzora’.
- ¿Por qué?
- Porque contienen toda la Historia reciente de mi comarca. La única palabra que no se pierde es la escrita. ‘Actualidad Almanzora’ levanta un acta pública de lo que acontece en la comarca desde hace 30 años; especialmente de lo que nadie quiere que se publique. Basa su información en fuentes orales y documentos escritos. Es la principal referencia de la Historia presente del Levante almeriense. Durante ese tiempo han caído muchos otros medios. Han tirado la toalla. La comarca debe mucho a ‘Actualidad Almanzora’. Estuvo en primera línea en asuntos tan importantes como la lucha contra la destrucción del yacimiento de Baria o por un Levante sin cables. Es un medio comprometido con la justicia y el futuro de esta zona. Desde ‘Vera Comunicación’ y, ahora, ‘Radio Actualidad’, ha conseguido muchas cosas que no se hubieran logrado sin su empuje. Los demás se limitan a repetir notas de prensa y el folklore más inane.