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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
La corona de la Diputación, se ha dicho en más de una y de dos ocasión sobre la empresa del agua, Galasa. Si bien es cierto que en estos últimos tiempos la empresa pública provincial viene estando en las manos del PP, hubo otro en las que fueron las del PSOE las que controlaron el agua que desde ella se repartía.
Galasa para algunos ha sido una bestia negra que se ha ido bebiendo esperanzas e ilusiones de una empresa que nació con la sana intención de que en tierra de secano el agua dejara de ser un problema en los pueblos del Levante almeriense. ¿Lo ha logrado?
El primer problema que se le ha presentado es la politización en la que se ha visto envuelta a lo largo de su existencia. Si estaba en manos del PSOE, se le atacaba desde el PP, si era en las del PP, el PSOE se convertía en el enemigo. Ha sido una pena, pero es lo que ha vivido la empresa, lo que se ha oído en el salón de plenos de la Diputación y lo que recogían los medios informativos.
La última aportación a la lucha política con Galasa como protagonista nos la ha ofrecido el secretario provincial del PSOE, don Juan Antonio Lorenzo. Manifiesta el hombre, para intentar echarle una mano a su jefe de filas en Madrid, que Almería se pelea por dos (2) hectómetros de agua del Tajo, cuando Galasa pierde siete (7).
Las pérdidas y fugas de agua en la red de Galasa vienen siendo sacadas a colación cada cierto tiempo. Y no deja de ser sorprendente el que una administración como la provincial, con técnicos e inversiones millonarias, no haya logrado en todos estos años acabar con las citadas fugas. Debe ser como con los asesores, que no hay forma de acabar con ellos.
¿Tan difícil es localizar esas fugas en la red? Dicen que llegamos a la Luna, aunque hay quién lo pone en duda en estos días, y no somos capaces de acabar con las pérdidas de agua de Galasa. La Diputación que preside Javier Aureliano se gasta cientos de miles y miles de euros en ferias, sabores, turismo y otras lindezas que vienen a dar nombre y alegría a muchos almerienses. No me creo que no sea capaz de acabar con la fuga de los siete de Galasa. Y si su diputado de aguas no ha contestado con contundencia al secretario provincial del PSOE, debe ser porque el hombre tiene razón, y los responsables de la Institución y de la empresa de aguas no han sido capaces de cerrar esas fugas que hacen que, en una tierra de secano como la nuestra, se pierdan siete (7) hectómetros del preciado líquido cada anualidad.
No se trata de dejar de mirar al cielo de los aviones, de las ferias y de los sabores, pero no parece de recibo que toda una excelentísima Diputación no sea capaz de acabar con una fuga de agua que se lleva siete (7) hectómetros de elemental y preciado líquido.
Y si no existe esa fuga, salga señor presidente, salga y deje en paños menores al denunciante. Si no lo hace, habrá que pensar que no es capaz de hacerlo, que seguirá la fuga y que Juan Antonio tiene razón.
Galasa para algunos ha sido una bestia negra que se ha ido bebiendo esperanzas e ilusiones de una empresa que nació con la sana intención de que en tierra de secano el agua dejara de ser un problema en los pueblos del Levante almeriense. ¿Lo ha logrado?
El primer problema que se le ha presentado es la politización en la que se ha visto envuelta a lo largo de su existencia. Si estaba en manos del PSOE, se le atacaba desde el PP, si era en las del PP, el PSOE se convertía en el enemigo. Ha sido una pena, pero es lo que ha vivido la empresa, lo que se ha oído en el salón de plenos de la Diputación y lo que recogían los medios informativos.
La última aportación a la lucha política con Galasa como protagonista nos la ha ofrecido el secretario provincial del PSOE, don Juan Antonio Lorenzo. Manifiesta el hombre, para intentar echarle una mano a su jefe de filas en Madrid, que Almería se pelea por dos (2) hectómetros de agua del Tajo, cuando Galasa pierde siete (7).
Las pérdidas y fugas de agua en la red de Galasa vienen siendo sacadas a colación cada cierto tiempo. Y no deja de ser sorprendente el que una administración como la provincial, con técnicos e inversiones millonarias, no haya logrado en todos estos años acabar con las citadas fugas. Debe ser como con los asesores, que no hay forma de acabar con ellos.
¿Tan difícil es localizar esas fugas en la red? Dicen que llegamos a la Luna, aunque hay quién lo pone en duda en estos días, y no somos capaces de acabar con las pérdidas de agua de Galasa. La Diputación que preside Javier Aureliano se gasta cientos de miles y miles de euros en ferias, sabores, turismo y otras lindezas que vienen a dar nombre y alegría a muchos almerienses. No me creo que no sea capaz de acabar con la fuga de los siete de Galasa. Y si su diputado de aguas no ha contestado con contundencia al secretario provincial del PSOE, debe ser porque el hombre tiene razón, y los responsables de la Institución y de la empresa de aguas no han sido capaces de cerrar esas fugas que hacen que, en una tierra de secano como la nuestra, se pierdan siete (7) hectómetros del preciado líquido cada anualidad.
No se trata de dejar de mirar al cielo de los aviones, de las ferias y de los sabores, pero no parece de recibo que toda una excelentísima Diputación no sea capaz de acabar con una fuga de agua que se lleva siete (7) hectómetros de elemental y preciado líquido.
Y si no existe esa fuga, salga señor presidente, salga y deje en paños menores al denunciante. Si no lo hace, habrá que pensar que no es capaz de hacerlo, que seguirá la fuga y que Juan Antonio tiene razón.
