El escobazo


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Imagínese, usted que tienen buena imaginación, que está barriendo y fregando el salón de la casa, su querida y amada mujer anda brujuleando y de paseo por el mismo, llevando la basura que usted está intentando recoger de un lado a otro del aposento y pisando lo mojado. Y en un momento dado, llevado por los nervios, o por cualquier otra razón que en ese momento se le pasa por la mente, le arrea un escobazo a su señora en el culo, por decir una parte atrayente de la anatomía de su santa esposa.

Ha sido un golpe sin mayor importancia, sin intención de hacer daño, una falta leve, levísima diríamos algunos. Si hay denuncia por parte de ella, que seguro que la hay, usted la conoce bien, unos días de castigo que pueden llegar a ser tres meses de prisión. Bien merecido lo tiene, porque, qué hace usted barriendo y fregando el suelo del salón, y una vez que lo hace ¿quién es usted para darle un escobazo a su santa en salvase la parte?

¡A la cárcel por tonto y por freganchín!

La santa, su señora, está de los nervios. Se ha subido a una silla, porque asegura que ha visto un ratón en la cocina. Los gritos los oye hasta la vecina de enfrente.

–¡Martín, un ratón! grita la mujer despavorida. Coge la escoba y mátalo.

–No puedo María.

–¿Cómo que no puedes?

–Que no puedo. Lo ha prohibido el gobierno de Pedro Sánchez.

María, mi santa, que sigue subida a la silla de cocina, con cara de enfado me dice.

–No digas gilipolleces, que pareces más tontos que todos los políticos juntos.

–Te explico, María. Si te doy un escobazo a ti, me pueden caer tres meses de cárcel, pero si lo doy al ratón los jueces me pueden empapelar durante dieciocho y 3ncima una multa de cincuenta mil euros. Como para darle un escobazo al ratón.

–Eres tonto, Martín ¿cómo van a poder hacer eso los jueces.

–Pregunta a Sonia Ferrer y a Indalecio Gutiérrez, que han votado en el Congreso lo que les ha dicho su jefe de filas. Y si no lo hacían el futuro lo iban a tener muy negro en la política.

–¿Qué hacemos entonces con el ratón?

–Cómprale una cunita, queso del que más le guste y hazte amiga de él. Ponle agua, lo mismo le gusta más la cerveza, o el vino. El ratón se ha convertido en uno más de la familia. Lo ha dicho Pedro Sánchez.

–Sabes lo que te digo, que en cuanto subamos al pueblo me traigo un gato y lo echo a la despensa. Y si tienen que meter a alguien en el penal del puerto que sea al gato.

–María, antes de que te traigas al gato, espera a que me entere bien de las condiciones en las que hay que tenerlo en casa, que lo mismo es más complicado de lo que parece. Y bájate de la silla, que el ratón ya se está acostumbrado a su nuevo estatus en el hogar y me está pidiendo que le pongamos una tapica de queso de Cabrales. Le gustan picantes al puñetero.