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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Bien, parece que se van desmontando algunas de las tonterías que se habían puesto de moda en los últimos años en la ciudad de Almería. El invento, no sabemos muy bien de quién, pero de listo parece que tenía poco, de hacer un corredor saludable en parte del asfalto del paseo de la ciudad ha pasado a mejor vida.
¡Descanse en paz y en gloria esté!
Pero no crean ustedes que la nueva alcaldesa, doña María, ha recuperado ese espacio para el más que lógico tráfico del centro, no, doña María lo que ha hecho es cambiarlo de nombre y hacer algunos retoques en el mismo. Ahora se llama el corredor de la seguridad, de las urgencias y de los casos urgentes.
El corredor de las emergencias, vamos.
Que tiene usted un apretón, algo que nos puede ocurrir a cualquiera, este corredor servirá que para que llegue usted con mayor rapidez a su domicilio. Estará libre de tráfico y dedicado solamente para ambulancias, coches de bomberos, de policía y de apretones. Luego vayan ustedes diciendo que el ayuntamiento de Almería no se preocupa de los ciudadanos a los que les da un apretón en mitad de la ciudad y no tienen a donde ir a deshacerse del mismo. Ya tienen el carril (le llaman corredor) para las urgencias.
Y no hay urgencia igual a ese apretón que nos entra en mitad de una ciudad que se olvidó de los servicios públicos, los antiguos y desaparecidos “urinarios” de nuestra lejana juventud.
Ahora mucho carril bici, venga carril bici, otro carril, más carril bici (parece que nos fuera la vida en ellos), mucha calle peatonalizada, muchas direcciones prohibidas, muchas zonas de alta contaminación, pero en la acera y en el portal de mi amiga Mariquilla el personal “se mea”, sin perdón, “se mea”, todos los fines de semana. Y lo que no solo es “mear”.
Dejemos por hoy el apartado de los servicios y urinarios, aunque no nos van a hacer ni puñetero caso los políticos, María, pero había que decírselo a este personal con el que nos ha tocado convivir, y volvamos al corredor del Paseo.
Tengo ganas de que nos presenten el nuevo proyecto valenciano que el ayuntamiento va a protagonizar en el viejo Paseo. En los últimos años, y con los alcaldes que han pasado por él, no ha tenido el pobre un tratamiento que le devolviera el esplendor de otras décadas. Desde las aceras, que perdieron la luz y la vistosidad de su mármol, aunque es justo reconocer que se ha ganado en menos resbalones, la falta de luz que padece, la oscuridad de sus escaparates cerrados y los hermosos kioscos, con una imagen de decadencia tras el cierre de la mayoría, el Paseo anda necesitado de unos buenos cirujanos que nos lo pongan al día. O cirujanas, María, o cirujanas.
¿Serán los valencianos con el proyecto a presentar los salvadores del Paseo?
Con unos sevillanos que vinieron a hacernos el Pgou no tuvimos ninguna suerte.
Ahora apostamos por valencianos. Qué la luz del gran Sorolla los ilumine.
Y mientras, ya saben, el corredor saludable ¿a quién se le ocurriría? pasa a llamarse el corredor de los apretones. Por la urgencia o emergencia que nos pueda afectar a los ciudadanos. DE LA NOTICIA
¡Descanse en paz y en gloria esté!
Pero no crean ustedes que la nueva alcaldesa, doña María, ha recuperado ese espacio para el más que lógico tráfico del centro, no, doña María lo que ha hecho es cambiarlo de nombre y hacer algunos retoques en el mismo. Ahora se llama el corredor de la seguridad, de las urgencias y de los casos urgentes.
El corredor de las emergencias, vamos.
Que tiene usted un apretón, algo que nos puede ocurrir a cualquiera, este corredor servirá que para que llegue usted con mayor rapidez a su domicilio. Estará libre de tráfico y dedicado solamente para ambulancias, coches de bomberos, de policía y de apretones. Luego vayan ustedes diciendo que el ayuntamiento de Almería no se preocupa de los ciudadanos a los que les da un apretón en mitad de la ciudad y no tienen a donde ir a deshacerse del mismo. Ya tienen el carril (le llaman corredor) para las urgencias.
Y no hay urgencia igual a ese apretón que nos entra en mitad de una ciudad que se olvidó de los servicios públicos, los antiguos y desaparecidos “urinarios” de nuestra lejana juventud.
Ahora mucho carril bici, venga carril bici, otro carril, más carril bici (parece que nos fuera la vida en ellos), mucha calle peatonalizada, muchas direcciones prohibidas, muchas zonas de alta contaminación, pero en la acera y en el portal de mi amiga Mariquilla el personal “se mea”, sin perdón, “se mea”, todos los fines de semana. Y lo que no solo es “mear”.
Dejemos por hoy el apartado de los servicios y urinarios, aunque no nos van a hacer ni puñetero caso los políticos, María, pero había que decírselo a este personal con el que nos ha tocado convivir, y volvamos al corredor del Paseo.
Tengo ganas de que nos presenten el nuevo proyecto valenciano que el ayuntamiento va a protagonizar en el viejo Paseo. En los últimos años, y con los alcaldes que han pasado por él, no ha tenido el pobre un tratamiento que le devolviera el esplendor de otras décadas. Desde las aceras, que perdieron la luz y la vistosidad de su mármol, aunque es justo reconocer que se ha ganado en menos resbalones, la falta de luz que padece, la oscuridad de sus escaparates cerrados y los hermosos kioscos, con una imagen de decadencia tras el cierre de la mayoría, el Paseo anda necesitado de unos buenos cirujanos que nos lo pongan al día. O cirujanas, María, o cirujanas.
¿Serán los valencianos con el proyecto a presentar los salvadores del Paseo?
Con unos sevillanos que vinieron a hacernos el Pgou no tuvimos ninguna suerte.
Ahora apostamos por valencianos. Qué la luz del gran Sorolla los ilumine.
Y mientras, ya saben, el corredor saludable ¿a quién se le ocurriría? pasa a llamarse el corredor de los apretones. Por la urgencia o emergencia que nos pueda afectar a los ciudadanos. DE LA NOTICIA
