Sin bares, sin Guardia civil, sin bancos y ...


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

…sin farmacias, con médicos dos horas al día, sin pediatras, con limitaciones a la hora de trabajar sus campos, con alcaldes y con ediles viviendo en la capital o Aguadulce, con ambulancias a media hora y un largo etc. Así están muchos de los pueblos del interior de nuestra provincia. Por cierto, y sin poder quemar residuos agrícolas a estas fechas de diciembre.

Un lujo, vivir en los pueblos del interior de Almería con este personal, un lujo.

Mientras a los pueblos y al campo lo estén controlando y manipulando unos señores desde los despachos de las capitales (que solo conocen estos parajes el domingo cuando se calzan unas zapatillas, salen con los amigos a hacer senderismo y a comer migas con chorizo), no tendrán una solución de continuidad los mismos.

Este es el panorama de los pueblos del interior de nuestra provincia. De pronto un periódico nos cuenta, casi con repajolera ironía hay que tomárselo, que nueve pueblos están sin bares. ¿Solo sin bares? Del resto de los servicios que brillan por su ausencia qué poco se habla y menos se escribe. De ese médico que va dos horas al día, de esa ambulancia a la que se la llama, y échate una siesta hasta que llegue, o ese esperar el día de la semana en que aparezca la furgoneta del banco para sacar dinero, tú dinero.

No quisiera hablar de la Guardia Civil, tengo grandes amigos en el cuerpo, algunos vivieron en el norte, entre el miedo de unos asesinos y la desidia de unos políticos, pero en los pueblos, en esos nueve que no tienen bar, y en otros muchos más, cuesta trabajo ver el color verde de sus uniformes por sus calles y caminos.

Ya que escribimos de la Benemérita, ¿qué está pasando en Roquetas con los guardias que se dan baja? ¿Alguien se ha preguntado el porqué de esas bajas médicas? ¿Tiene algo que ver el jefe del cuartel? No estaría de más, por el buen trabajo del cuerpo y la seguridad de los roqueteros, que se tomen las medidas necesarias y oportunas para acabar con esas situaciones que se están produciendo, lo primero buscando las causas, lo segundo a los culpables.

No me gustaría tener que volver a escribir sobre esta historia, pero si hay que hacerlo, volveremos a ella otro día. Y me temo que habrá que volver a ella.

Normalmente a partir del mes de octubre se podían quemar residuos agrícolas en fincas y cortijos. Este año una directiva nacional o europea, vaya usted a saber quién es peor, lo ha prohibido. Se está a la espera de que las comunidades tomen una decisión, hagan no sé qué cambio y aparezca, en este caso en el boja, la oportuna reseña para que se puedan quemar residuos vegetales. Pero estamos en el mes diciembre, se han encendido las luces de Navidad y el personal sigue esperando.

Juanma Moreno ha estado en Egipto, o estaba hace unos días, no le sigo la agenda al presidente de la Junta, pero es de imaginar que tiene mucho trabajo cuando no ha encontrado un minuto, dos, vale, tres, o cuarenta ¡hostias! para arreglar la historia de la quema de residuos.

Pobrete mío, lo mucho que está trabajando el caballero por hacer grande esta tierra de María Santísima. Y nosotros, humanos desagradecidos, catetos pueblerinos, ignorantes del arao, parraleros si parral, quejándonos por tonterías: La falta de bares, de médicos, de ambulancias, de la guardia civil, de cajas de ahorros, de la quema de residuos y de políticos que nos defiendan, políticos que en su gran mayoría viven en la capital y vienen los días de plenos, las fiestas del patrón y algún fin de semana de vez en cuando.

¿Algún día nos dejaran vivir en paz? El día que todos ellos presenten suelas.