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ALMERÍA HOY / 08·12·2022
Todo apunta a que, si algún líder político con dos dedos de frente no lo remedia, la sociedad actual se va a quedar sin huevos. Es posible que a un sector de la llamada sociedad del bienestar no le importe quedarse sin ellos (los huevos), pero existe otra parte a la que le va a suponer casi un trauma si se levanta una mañana y se encuentra que ya no tienen huevos.
Se han preguntado ustedes ¿qué haríamos en este mundo si no tuviéramos huevos?
No lo quiero ni pensar. ¿Qué haría mi señora sin huevos? Y yo ¿qué sería de mí si no tuviera huevos?
No se lo tomen a broma. El tema es de mucho calado. Vivir sin huevos no parece fácil. Uno puede vivir sin luz, sin calefacción, sin hacer el amor, pero sin huevos. No lo han pensado ¿verdad? Háganlo. Piensen por un momento lo que sería en su hogar vivir sin huevos.
Te cortan un brazo, y puedes seguir viviendo, un pie y te compras unas muletas, pierdes un ojo y te pones un parche, cualquier otra desgracia que caiga sobre nosotros la podemos superar, pero quedarnos sin huevos no sé si la vamos a lograr salvar.
Algo habrá cambiado en nuestra vida si nos quedamos sin huevos. Me da la impresión de que no se lo están tomando en serio, que creen que ando de bromas con la historia de la falta de huevos, pero no es así. Y desearía que tomaran conciencia de ello. Vamos camino de quedarnos sin huevos, y no veo que se levante el personal.
Hay quien se lo está tomando en serio, no son muchas las voces levantadas hasta hoy, pero algunas vienen poniendo el acento en lo que será el nuevo tiempo de nuestra sociedad sin huevos.
Los primeros síntomas de esa falta de huevos se están produciendo en un pueblo de grandes y barbaros piratas en su tiempo, la Inglaterra de Carlos 3º, donde se han empezado a encontrar sus ciudadanos que los huevos están desapareciendo de sus vidas. Y no es coña. Siento que no me tomen en serio, pero las señoras de algunos pueblos ingleses ya no pueden acariciar esos huevos, blancos unos, otros de color crema, más o menos oscuros.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que las nuestras se encuentren en la misma situación? El político sensato y de dos dedos de frente aún no ha llegado al poder en España, por lo que viendo a los que tenemos gobernando, no les extrañe que nuestras señoras, y algunos caballeros, se puedan encontrar en la misma situación que los británicos.
¿A qué viene la falta de huevos de la que nos escribe hoy?
Bien. Por si no lo sabe. En estos momentos en el mundo hay trece millones (13) menos de gallinas ponedoras. Y aumenta ese número cada día que pasa, ya pueden ir por dieciocho o veinte millones. Y lo que dicen los entendidos en huevos es que los precios de los piensos y de la electricidad para la calefacción de los gallineros ha sufrido un aumento tan espectacular, tan desorbitado, que hoy por hoy no es rentable el mantenimiento de las dichosa gallinas. Por lo que es evidente que, si no hay gallinas, en estos momentos se han reducido en trece, o ya a veinte millones, habrá menos huevos en nuestras vidas. Se han enterado ahora. Me alegro.
Y es muy duro saber que no va a tener usted un par de huevos fritos con chorizo esperándole en la mesa. Y eso, ustedes me van a perdonar, pero es la peor y más grande de las putadas que nos pueden hacer los que nos gobiernan. No saben ni conservar los huevos. ¡Serán inútiles!
Se han preguntado ustedes ¿qué haríamos en este mundo si no tuviéramos huevos?
No lo quiero ni pensar. ¿Qué haría mi señora sin huevos? Y yo ¿qué sería de mí si no tuviera huevos?
No se lo tomen a broma. El tema es de mucho calado. Vivir sin huevos no parece fácil. Uno puede vivir sin luz, sin calefacción, sin hacer el amor, pero sin huevos. No lo han pensado ¿verdad? Háganlo. Piensen por un momento lo que sería en su hogar vivir sin huevos.
Te cortan un brazo, y puedes seguir viviendo, un pie y te compras unas muletas, pierdes un ojo y te pones un parche, cualquier otra desgracia que caiga sobre nosotros la podemos superar, pero quedarnos sin huevos no sé si la vamos a lograr salvar.
Algo habrá cambiado en nuestra vida si nos quedamos sin huevos. Me da la impresión de que no se lo están tomando en serio, que creen que ando de bromas con la historia de la falta de huevos, pero no es así. Y desearía que tomaran conciencia de ello. Vamos camino de quedarnos sin huevos, y no veo que se levante el personal.
Hay quien se lo está tomando en serio, no son muchas las voces levantadas hasta hoy, pero algunas vienen poniendo el acento en lo que será el nuevo tiempo de nuestra sociedad sin huevos.
Los primeros síntomas de esa falta de huevos se están produciendo en un pueblo de grandes y barbaros piratas en su tiempo, la Inglaterra de Carlos 3º, donde se han empezado a encontrar sus ciudadanos que los huevos están desapareciendo de sus vidas. Y no es coña. Siento que no me tomen en serio, pero las señoras de algunos pueblos ingleses ya no pueden acariciar esos huevos, blancos unos, otros de color crema, más o menos oscuros.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que las nuestras se encuentren en la misma situación? El político sensato y de dos dedos de frente aún no ha llegado al poder en España, por lo que viendo a los que tenemos gobernando, no les extrañe que nuestras señoras, y algunos caballeros, se puedan encontrar en la misma situación que los británicos.
¿A qué viene la falta de huevos de la que nos escribe hoy?
Bien. Por si no lo sabe. En estos momentos en el mundo hay trece millones (13) menos de gallinas ponedoras. Y aumenta ese número cada día que pasa, ya pueden ir por dieciocho o veinte millones. Y lo que dicen los entendidos en huevos es que los precios de los piensos y de la electricidad para la calefacción de los gallineros ha sufrido un aumento tan espectacular, tan desorbitado, que hoy por hoy no es rentable el mantenimiento de las dichosa gallinas. Por lo que es evidente que, si no hay gallinas, en estos momentos se han reducido en trece, o ya a veinte millones, habrá menos huevos en nuestras vidas. Se han enterado ahora. Me alegro.
Y es muy duro saber que no va a tener usted un par de huevos fritos con chorizo esperándole en la mesa. Y eso, ustedes me van a perdonar, pero es la peor y más grande de las putadas que nos pueden hacer los que nos gobiernan. No saben ni conservar los huevos. ¡Serán inútiles!
