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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos
Sí, sí. Una broma.
Ayer mañana, mi señora -que yo sepa no es inglesa- fue a comprar como casi todas las amas de casa que no tienen quien les haga los recados. Mi esposa no es del equipo de la señora Montero, Serra, Díaz y cía, por lo que no tiene la mujer a quien mandar al mercado, llevarle los bártulos de la compra o cuidarle de los niños. Lo de los niños es un sueño a nuestras edades, pero si los tuviéramos, no tendríamos a quien ordenar ese servicio. Servicio que encima es pagado con el dinero de todos los españoles con buenas soldadas.
Mi señora, tras una vuelta por la panadería a comprar rosquilletas, unas pequeñas que elabora Dicel y que están muy buenas, estuvo en la franquicia de unos grandes almacenes de comestibles a por una serie de productos que le hacían falta en la cocina, entre ellos los susodichos huevos, comentados aquí hace unos días.
Algún lector, y además amigo, me ha comentado en redes que lo de los huevos no dejaba de ser una metáfora ante la situación que está viviendo España y la nula reacción de los ciudadanos, empezando por los partidos. No digo que no se pudiera poner como ejemplo de lo que le puede estar ocurriendo a este país y la falta de respuesta por parte del personal. La situación de nuestro país lleva una deriva peligrosa, y no es una cosa que nos inventemos cuatro.
Gente que no pueden ser acusadas de fachas, caso de Alfonso Guerra o Joaquín Leguina y cinco ministros más que estuvieron en gobiernos socialistas, han acusado de la locura que está cometiendo el actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez con nuestro país.
Pero que no era el caso de los huevos contado hace unos días en este mismo rincón un alegato a la falta de huevos en los ciudadanos, aunque algunos le hayan dado esa lectura, es la realidad que se viene produciendo de falta de huevos en las estanterías de los comercios y almacenes. En la pirata Inglaterra lo venían sufriendo, y nos preguntábamos ¿cuánto tardaríamos en ver esa situación en nuestro país?
Ayer por la mañana mi esposa no pudo comprar huevos en el Día. A las once de la mañana se habían acabado. Mi querida amiga Maricarmen me indicaba que, ante los rumores que se han lanzado sobre la falta de huevos, los ciudadanos están acaparando este producto, dejando vacías las estanterías de los almacenes. Puede que Maricarmen tenga razón, y que sea el miedo creado en el personal, pero ¿a quién debemos poner como responsables de estos desaguisados? ¿Quién espolea el miedo de la gente, quién la lleva a acaparar los huevos, sabiendo que estamos ante un producto perecedero?
Mientras los ciudadanos empezamos a buscar huevos en las estanterías, ellos, los del gobierno en Madrid negocian cómo se puede derribar el estado de derecho constitucional del 78.
Y nosotros, los españoles, quedándonos sin huevos.
Ayer mañana, mi señora -que yo sepa no es inglesa- fue a comprar como casi todas las amas de casa que no tienen quien les haga los recados. Mi esposa no es del equipo de la señora Montero, Serra, Díaz y cía, por lo que no tiene la mujer a quien mandar al mercado, llevarle los bártulos de la compra o cuidarle de los niños. Lo de los niños es un sueño a nuestras edades, pero si los tuviéramos, no tendríamos a quien ordenar ese servicio. Servicio que encima es pagado con el dinero de todos los españoles con buenas soldadas.
Mi señora, tras una vuelta por la panadería a comprar rosquilletas, unas pequeñas que elabora Dicel y que están muy buenas, estuvo en la franquicia de unos grandes almacenes de comestibles a por una serie de productos que le hacían falta en la cocina, entre ellos los susodichos huevos, comentados aquí hace unos días.
Algún lector, y además amigo, me ha comentado en redes que lo de los huevos no dejaba de ser una metáfora ante la situación que está viviendo España y la nula reacción de los ciudadanos, empezando por los partidos. No digo que no se pudiera poner como ejemplo de lo que le puede estar ocurriendo a este país y la falta de respuesta por parte del personal. La situación de nuestro país lleva una deriva peligrosa, y no es una cosa que nos inventemos cuatro.
Gente que no pueden ser acusadas de fachas, caso de Alfonso Guerra o Joaquín Leguina y cinco ministros más que estuvieron en gobiernos socialistas, han acusado de la locura que está cometiendo el actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez con nuestro país.
Pero que no era el caso de los huevos contado hace unos días en este mismo rincón un alegato a la falta de huevos en los ciudadanos, aunque algunos le hayan dado esa lectura, es la realidad que se viene produciendo de falta de huevos en las estanterías de los comercios y almacenes. En la pirata Inglaterra lo venían sufriendo, y nos preguntábamos ¿cuánto tardaríamos en ver esa situación en nuestro país?
Ayer por la mañana mi esposa no pudo comprar huevos en el Día. A las once de la mañana se habían acabado. Mi querida amiga Maricarmen me indicaba que, ante los rumores que se han lanzado sobre la falta de huevos, los ciudadanos están acaparando este producto, dejando vacías las estanterías de los almacenes. Puede que Maricarmen tenga razón, y que sea el miedo creado en el personal, pero ¿a quién debemos poner como responsables de estos desaguisados? ¿Quién espolea el miedo de la gente, quién la lleva a acaparar los huevos, sabiendo que estamos ante un producto perecedero?
Mientras los ciudadanos empezamos a buscar huevos en las estanterías, ellos, los del gobierno en Madrid negocian cómo se puede derribar el estado de derecho constitucional del 78.
Y nosotros, los españoles, quedándonos sin huevos.
