Carmen, ¿cuándo quemamos los residuos vegetales?


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Eso, doña Carmen Crespo, ¿cuándo su jefe y usted, usted y su jefe, nos van a permitir que dejemos nuestra pequeñas fincas y cortijos libres de los residuos vegetales que se han ido acumulando en los últimos meses? Eso, ¿cuándo?

Lleva el personal desde el pasado mes de octubre esperando los permisos azules de su compañero, pero no llegaban, hasta que los ayuntamientos avisaron de que este año había que esperar una nueva orden. La sequía, cuando no los vientos, les dijeron a los pequeños agricultores los regidores municipales. Una vez más mentían los políticos a los vecinos de sus pueblos. Algo a lo que estamos acostumbrados ante semejantes elementos puestos por los partidos políticos en los ayuntamientos. No era la sequía, no eran los vientos, es simplemente que, desde los despachos de la capital, Madrid, se viene gestando la desaparición de las actividades del campo. Y a ello se vienen ocupando con celeridad y sin encontrar oposición política en la misma o en las llamadas comunidades autónomas, que inclinan, cual vasallo fiel, ante el jefe de Madrid su estúpida cerviz.

Doña Carmen, sé de buena tinta lo preocupada que está usted por la agricultura de esta tierra. Y nos parece de perlas que así sea. Son miles y miles de familias las que viven de los productos que se producen en los invernaderos. Sin olvidar las grandes producciones del levante, bajo el cielo y el buen clima que atesora. Estos agricultores me cuentan que, a través de las cooperativas y bajo las pertinentes peticiones, se pueden ir quemando los residuos, en caso contrario siempre hay una empresa que los recoge, y que, mire por dónde, cada cierto tiempo sufren unos incendios en sus instalaciones, accidentales todos ellos, no piensen mal, dejando sin residuos sus depósitos.

Para estos agricultores se está ganando usted un puesto en los altares, y que la conserven durante muchos años en el podio es lo que deseamos. Y que la procesionen entre invernaderos si hace falta un día al año. Pero, quizás usted no lo sabe, o no los conoce, existen otros agricultores que no afectan a las grandes cifras de exportación de la provincia, pero que están ahí y necesitan de vez cuando un apoyo. No siempre, doña Carmen, solo de vez en cuando. Viven en Fiñana, Abla, Chercos, Instinción, Alboloduy, Velefique y decenas de municipios más de nuestra provincia.

Durante años la bota de la Junta de Sevilla aplastó posibilidades de vida en estos pueblos. Llegaron ustedes a las orillas del Betis y se abrieron las esperanzas. ¿En qué han quedado las mismas? Catorce meses para el permiso de una pequeña balsa para riego en Fiñana, problemas e inconvenientes para que una habitación de veinte metros para almacén. Y no se le ocurra hacer un cuarto de aseo. Terminantemente prohibido. Las aguas fecales perjudican los acuíferos, pero mientras se pueden orinar en cualquier lugar.

Ahora llega agricultura, me indican que no es medio ambiente el que marca las normas sobre las quemas de residuos, y lo único que se le ocurre es prohibirlas. Y los alcaldes de los ayuntamientos se bajan los pantalones, y en vez de convocar una manifestación, un corte de carreteras o un incendio en la plaza del pueblo, callan e intentan dar largas a los vecinos.

La quema de residuos venía siendo controlada, no se ha dado ni un incendio forestal por esta causa. ¿Qué puede ocurrir si dejamos que los agricultores se busquen la vida? Las hogueras de San Antón han sido un reclamo en los pueblos, se imaginan lo que puede significar que miles de agricultores decidan hacer de la noche de San Antón la gran fiesta del fuego y en esos miles de cortijos se produzcan las hogueras que no les dejan ahora los políticos.

Eso es lo que podéis ganaros el presidente Moreno y tú, Carmen, unos miles de agricultores del interior de la provincia cansados de vuestras inútiles políticas y una noche iluminada por los residuos vegetales a los que no queréis o no sabéis dar una solución. Muchos de ellos se preguntarán: ¿Y para esto los hemos votado?

En el campo está el personal de vosotros hasta los ….