A Miguel Cazorla en política le ha faltado cabeza


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Nadie la puede negar que ha sido un político trabajador, que se ha partido ¿qué te has partido Miguel? lo necesario en defensa ¿de quién Miguel? y que la vida, los compañeros, el partido, los amigos no le han tratado como él se merecía. ¡Pobre Miguel! Así le cantaban hace algunos años desde esa hermosa y profunda Andalucía flamenca al “probe Miguel”.

No sabían por aquellos años que, en la Almería de los tarantos, lejos de esas profundidades flamencas, un hombre estaba escribiendo y poniéndole música a la historia de su vida, que, miren por donde, también se llama Miguel. ¡Pobre Miguel! Solo, triste y abandonado por su partido.

Cazorla, por Dios, que te lo hemos dicho por activa y por pasiva desde los medios escritos, orales y televisivos, que lo tuyo hacía tiempo, demasiado, que no estaba escrito en la partitura de Ciudadanos. Que las cuerdas de tu guitarra estaban desafinadas, y que no ibas a encontrar afinador para ellas.

Comprendo tus quejas, pequeño “saltamontes”, pero estabas condenado desde hace tanto tiempo, tanto, que resulta impensable que no te dieras cuentas de que ya no contabas para los de tu partido, que te habías convertido en el escollo a eliminar.

Sabes lo peor, y comprendo que te sientas frustrado, que hubo un tiempo que lo tuviste todo en tus manos, que pudiste mandar aquí y en Roma, pero al final te has ido inclinando como la torre de Pisa, y aunque esta no se va a caer, tú con todo el equipo te has venido abajo. Te han abandonado hasta aquellos, especialmente ella, Marta Bosquet, a la que le diste alas, amor y vida en la política. Y has pensado ¿por qué?

No creo que te hayas parado a hacerlo. Es posible que sintieras envidia de su éxito al lado de Juan Marín y lo que tendría que haber sido una alianza de futuro se convirtió en un dolor de muelas que no te ha dejado vivir. Miguel, querido y pobre Miguel, en aquellos momentos te faltó cabeza de la que se necesita en política para convertirte en el hombre de cabecera de Marta. No lo hiciste, y al final, si ella quiere, algún día nos podría contar la historia de vuestras desavenencias.

Miguel, tuviste al PP en tus manos durante años, recuérdalo, le pudiste dar la alcaldía al PSOE, entonces con Juan Carlos Pérez Navas y al final, por tu mala cabeza en política, te doblaron el brazo. Luis estuvo el día anterior vaciando su despacho, se veía en la oposición lo intentaste por tus odios sarracenos a Luis Rogelio, a Ana Labella, al PP. No supiste aprovechar aquella oportunidad de tener los votos decisivos en la Corporación, y fuiste perdiendo la perspectiva política.

Problemas dentro de tu grupo con una compañera, que se quejaba que no la dejabas participar, que no querías que hablara. Y tu grupo perdió la fuerza y tu guitarra las cuerdas. Con la siguiente corporación dejaste de ser necesario. ¡Pobre Miguel! Otros ocuparon tu lugar y con sus votos fueron haciendo innecesario el papel de C´s y muy especialmente el tuyo.

Sería el momento de cerrar tu carrera política, de irte con la cabeza alta, has luchado por Almería, tu tierra, y por sus gentes, los tuyos, pero no, tienes que seguir en brecha, crees tener la razón, haberlo hecho todo bien, ser el que más “en todo” por la ciudad y sus ciudadanos. Qué tengas suerte Miguel, la vas a necesitar. Pero deja a un lado el corazón, y ponle algo más de cabeza a tus aventuras políticas. No eres Bond, no eres el 007 de Almería.