La presidenta del Parlamento Europeo pide a Europa estar a la altura de los desafíos mundiales actualesÍ
ALMERÍA HOY / 02·09·2022
«Europa es una elección, la elección que tomaron los países al entender que tenemos mejores oportunidades cuando permanecemos unidos. Hemos elegido Europa». Este es el mensaje que ha enviado Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, durante las Conferencias de Estoril de 2022, celebradas en Lisboa.
En su alocución, apenas unos días antes de su discurso sobre el estado de la Unión, la presidenta Metsola ha recalcado que hay que tomar decisiones rápidamente. «Europa posee un poder transformador, pero debemos encontrar la valentía política de dar ese paso adelante; para cambiar el mundo. Podemos y debemos hacerlo. Porque si no escribimos el futuro nosotros, lo harán otros con una narrativa muy diferente que engendrará un futuro también muy diferente».
Sobre la invasión ilegal del Estado soberano ucraniano afirmó lo siguiente: «Estoy orgullosa de la manera en que ha reaccionado Europa. Hemos estado al lado de Ucrania, le hemos ofrecido ayuda militar, apoyo político y diplomático, hemos acogido a millones de personas que huían de la guerra y hemos proporcionado financiación a una escala sin precedentes. La medida política más importante que hemos tomado ha sido la de conceder a Ucrania el estatuto de país candidato a la adhesión a la Unión Europea. Porque Ucrania necesita esperanza; porque Ucrania está luchando por Europa y no vamos a dejarla sola ante el peligro».
En cuanto a las medidas para hacer frente a la inflación, declaró que «en estos momentos, los ciudadanos se preguntan con inquietud cómo pagarán sus facturas y cómo llegarán a fin de mes, y qué mundo dejarán a sus hijos. Europa debe estar a la altura de este desafío. Tanto si hablamos de abordar el coste de la vida, los precios de la electricidad, el cambio climático, la defensa y la seguridad alimentaria, la única forma de actuar es unidos. Hay decisiones que podemos tomar ahora [...] para limitar las consecuencias: ya sea limitando las facturas, mejorando nuestros sistemas de fijación de precios o disociando el precio de la electricidad del precio del gas [...] para aliviar las presiones inmediatas a la vez que vamos aplicando estrategias a largo plazo. Si alguna vez hubo un momento para “más Europa”, es aquí y ahora».
Asimismo, subrayó que «Europa solo sobrevivirá si luchamos por ella. Si dejamos de darla por sentada. Si entendemos y explicamos sus ventajas. Si nos oponemos a quienes pretenden socavarla. Si somos capaces de aplicar reformas [...] y reinventar nuestro proyecto».
A partir de las conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, debería avanzarse hacia una Convención. La presidenta declaró a continuación que se debe «garantizar que seguimos dialogando con el objetivo de dejar a la siguiente generación una Europa que funcione. No podemos correr el riesgo de quedar rezagados solo porque nuestra burocracia sea demasiado engorrosa, ni dejar que prevalezcan los intereses particulares. La última reforma en profundidad la llevó a cabo la generación anterior a la nuestra. Sabemos que lo que una vez funcionó para la Europa de los Quince se halla ahora al límite de sus capacidades para la Europa de los Veintisiete, y no se adaptará a la Europa de los Treinta y dos ni la Europa de los Treinta y seis. Ha llegado el momento de actuar».
A pesar de los numerosos retos y las duras realidades, Metsola cerró su discurso afirmando lo siguiente: «yo soy optimista. Estoy convencida de que, gracias a Europa, el mundo de mañana será mejor que el que dejamos atrás. Estoy llena de esperanza. Esperanza de futuro. Esperanza en la próxima generación. Confío en las posibilidades de nuestra era y, cuando miro a los jóvenes de toda Europa, sé que tenemos un futuro prometedor por delante».
En su alocución, apenas unos días antes de su discurso sobre el estado de la Unión, la presidenta Metsola ha recalcado que hay que tomar decisiones rápidamente. «Europa posee un poder transformador, pero debemos encontrar la valentía política de dar ese paso adelante; para cambiar el mundo. Podemos y debemos hacerlo. Porque si no escribimos el futuro nosotros, lo harán otros con una narrativa muy diferente que engendrará un futuro también muy diferente».
Sobre la invasión ilegal del Estado soberano ucraniano afirmó lo siguiente: «Estoy orgullosa de la manera en que ha reaccionado Europa. Hemos estado al lado de Ucrania, le hemos ofrecido ayuda militar, apoyo político y diplomático, hemos acogido a millones de personas que huían de la guerra y hemos proporcionado financiación a una escala sin precedentes. La medida política más importante que hemos tomado ha sido la de conceder a Ucrania el estatuto de país candidato a la adhesión a la Unión Europea. Porque Ucrania necesita esperanza; porque Ucrania está luchando por Europa y no vamos a dejarla sola ante el peligro».
En cuanto a las medidas para hacer frente a la inflación, declaró que «en estos momentos, los ciudadanos se preguntan con inquietud cómo pagarán sus facturas y cómo llegarán a fin de mes, y qué mundo dejarán a sus hijos. Europa debe estar a la altura de este desafío. Tanto si hablamos de abordar el coste de la vida, los precios de la electricidad, el cambio climático, la defensa y la seguridad alimentaria, la única forma de actuar es unidos. Hay decisiones que podemos tomar ahora [...] para limitar las consecuencias: ya sea limitando las facturas, mejorando nuestros sistemas de fijación de precios o disociando el precio de la electricidad del precio del gas [...] para aliviar las presiones inmediatas a la vez que vamos aplicando estrategias a largo plazo. Si alguna vez hubo un momento para “más Europa”, es aquí y ahora».
Asimismo, subrayó que «Europa solo sobrevivirá si luchamos por ella. Si dejamos de darla por sentada. Si entendemos y explicamos sus ventajas. Si nos oponemos a quienes pretenden socavarla. Si somos capaces de aplicar reformas [...] y reinventar nuestro proyecto».
A partir de las conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, debería avanzarse hacia una Convención. La presidenta declaró a continuación que se debe «garantizar que seguimos dialogando con el objetivo de dejar a la siguiente generación una Europa que funcione. No podemos correr el riesgo de quedar rezagados solo porque nuestra burocracia sea demasiado engorrosa, ni dejar que prevalezcan los intereses particulares. La última reforma en profundidad la llevó a cabo la generación anterior a la nuestra. Sabemos que lo que una vez funcionó para la Europa de los Quince se halla ahora al límite de sus capacidades para la Europa de los Veintisiete, y no se adaptará a la Europa de los Treinta y dos ni la Europa de los Treinta y seis. Ha llegado el momento de actuar».
A pesar de los numerosos retos y las duras realidades, Metsola cerró su discurso afirmando lo siguiente: «yo soy optimista. Estoy convencida de que, gracias a Europa, el mundo de mañana será mejor que el que dejamos atrás. Estoy llena de esperanza. Esperanza de futuro. Esperanza en la próxima generación. Confío en las posibilidades de nuestra era y, cuando miro a los jóvenes de toda Europa, sé que tenemos un futuro prometedor por delante».
