María promete llevar la luz a los vecinos el año que viene


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

La tarde está diciendo adiós. El ocaso está siendo de foto a premiar. La alcaldesa, con pantalón negro, está en medio de un grupo de vecinos que la oyen con interés. El sol termina por esconderse, en la zona no hay farolas públicas, la luz está ausente, es la vida cada noche de estos ciudadanos almerienses. Un foco se enciende para que María Vázquez pueda seguir hablando con los hombres, mujeres y niños que se han reunido en la búsqueda de una solución a su problema.

Son los vecinos de los cortijos e invernaderos de la Cañada que han visto como sus domicilios han sido tomados al asalto por los cacos, en algunos casos arramblando con todo lo que tenían delante de ellos. Algo parecido a lo que nos hacen los políticos con los impuestos, las tasas y demás alaracas con las que sorprenden la buena fe de los ciudadanos. Se cansaron, ¡cómo coño no se iban a cansar! y decidieron ante la pasividad de los políticos y de las fuerzas del orden público tomar las riendas de sus vidas y de sus haciendas.

Nacieron las patrullas vecinales por los caminos cortijeros. Llegó su caso a los medios escritos, (reconocer que Diario de Almería ha sido el que más interés ha puesto con estas familias) y con ello la preocupación de los partidos. La oposición, que no se había enterado hasta que no dio la prensa a conocer el problema, se puso en marcha, menos mal, y se oyeron los deseos y necesidades de los vecinos en el pleno.

Quieren seguridad. Seguridad, señor capitoste de la calle Arapiles. Cosa que no han logrado en los meses anteriores, usted no estaba, es cierto, pero esperan que ahora de usted la talla. Por alto no creo que sea, puede jugar de “pívot” en cualquier equipo. Si decide hacerlo le apunto el nombre de Alex López como base, está el chaval que se sale.

Los mensajes a estos vecinos por parte de la policía y de las autoridades eran sobre las patrullas vecinales. “Tienen que dejar las patrullas nocturnas”, decían los gerifaltes de las fuerzas de seguridad, “dejen de salir de noche a las calles”. Los vecinos dijeron que nones, “con un par”. Ya está bien. Hora era de que le dijeran a políticos y jefes de la policía que los vecinos no están de acuerdo con su trabajo, que le echen “un par” a la hora de perseguir a la delincuencia, y que, si hace falta, denuncien de una puñetera vez a los jueces, alguna forma tiene que haber para que no dejen salir a los delincuentes a los diez minutos de entrar en el juzgao.

Hubo una reunión de la comisión de seguridad para hablar del plan a seguir en estas zonas rurales de la capital. La foto nos ofrece una mesa que parece un serio ejército para luchar contra la inseguridad. Van a Ucrania y pierde la guerra Putin, seguro. ¡Que los manden! Uniformes bien pagados, muchos; políticos mejor pagados, la gran mayoría.

¿Soluciones? Están por ver.

¡Vecinos, estad tranquilos, son los mejores, os ha llegado la seguridad! Ganan la guerra, ya lo veréis.

Cuando la oposición dio voz a los vecinos, pidiendo luz en sus caminos, la edil de urbanismo, doña Ana M. Labella, dijo que no era obligatorio por parte del ayuntamiento. ¿Nos estaba diciendo doña Ana que el ayuntamiento no tiene la responsabilidad de dotar de esas luminarias a los caminos de esa parte de la Cañada?

Si es así, cuando la alcaldesa se compromete con los vecinos a poner farolas en sus calles ¿en nombre de qué administración lo está haciendo? De los meses que tienen que esperar los vecinos para que llegue la luz a sus calles habrá que escribir otro día. Largo tiempo les queda bajo la única luz de la luna.