¡Vaya M. de justicia que tenemos!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Leyendo la noticia me acordaba de aquel catalán que se reunía con Eta para pedirle que no atentara en Cataluña, que lo hiciera en otras regiones de España. ¿Cómo se llamaba aquel mal nacido?

En estos días hemos conocido que la justicia, ¡vaya M. de justicia que tenemos! Le ha prohibido a una mujer de treinta y cuatro años que pueda residir en Roquetas, así como que se pasee por sus calles, plazas o jardines. La señora en cuestión, ¡menuda perla es la señora!, tiene sobre sus espaldas seis delitos por robo, tres por estafa y dos por quebrantamiento de condena.

Lo que les digo, una perla de señora. La detiene la Guardia Civil como es su obligación, y se le agradece a la benemérita el servicio, la presenta ante la justicia, como indican los protocolos. El juez, o la jueza ¡menudos jueces tenemos! No creo que importe demasiado el sexo del firmante, decide que la perla de la señora quede en libertad, y le pone una condición, que abandone Roquetas, que no puede residir en la localidad. Que no quiere verla por estas latitudes.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta deriva? Que según su señoría la señora en cuestión, ¡menuda perla es la señora!, puede seguir sus actos delictivos en otras localidades, pero no en Roquetas. Lo “mismico” que aquel catalán de marras, no me acuerdo de su nombre, que le dijo a Eta en Cataluña no mates, en el resto de España haz lo que te dé la gana. Y Eta no mató en Cataluña y lo siguió haciendo en el resto del país.

¿Qué conclusión se puede sacar, no otra cosa, a la decisión de dejar en libertad a una persona con antecedentes de robos, estafas y otras alegrías y a la que se le prohíbe vivir en una determinada localidad?

Es evidente que si la dama en cuestión va seguir con sus trabajitos, que es lo que lleva en su adn, y no los puede hacer en la localidad de Roquetas Mar ante la decisión del juez o jueza ¡menudos jueces tenemos! de no permitirle vivir en el pueblo, la pobre señora se tendrá que desplazar a otros municipios a seguir con su trabajo, digo yo. ¿O no lo creen ustedes así?

Ustedes piensen lo que quieran, pero en las cuestiones de Roquetas de Amat algunos vemos siempre la mano de don Gabriel hurgando por detrás. No sé si ha intervenido el señor alcalde, lo mismo le estamos echando una culpa en la que no tiene el hombre nada que ver, pero me extrañaría que el señor Amat no estuviera enterado de lo que se cocía en los juzgados de su pueblo con la citada perla en cuestión. Y la mejor solución, si no la mandaba su señoría a la trena, que es donde debería estar, que la desterraran del pueblo, que es al final lo que ha ocurrido.

Hala, hija, a robar a Vícar, a La Mojonera, a El Ejido o a cualquier otro municipio de la provincia, Vera, Mojácar o Garrucha, incluida la capital, pero en Roquetas de Amat no te queremos ver nunca más, ni en pintura, oye. Han nacido los ladrones selectivos por orden de la justicia. Puedes robar en este pueblo, pero no en aquel.

¿No estaremos ante la digitalización del ladrón? Todo apunta a que los vamos a poder dirigir desde algunos centros de poder.

¡Somos la rehostia!