¡Palabra de ministro!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Se me había olvidado la visita de Bolaños, y le debía una letras al caballero en cuestión. Cómo se le ocurre al señor Bolaños, ministro para más señas, poner su palabra en juego ante la presencia del Ave en Almería en el año 26. Debe ser que no recuerda la de veces que nos ha dado el señor Sánchez, su jefe, la palabra de primer ministro, debería valer más que la suya, repetida hasta saciar, de que no iba a gobernar con los hijos, hermanos o primos de Eta, que nunca iba a hacerlo con los bolivarianos de Pablo y Monedero, que no podría dormir, y que jamás se acercaría a los delincuentes catalanes a pedirles un voto. ¿Dónde estás Rufián?

Debía haberlo olvidado el señor Bolaños cuando hace unos días, en tierras sedientas y sin salidas, que lleva esperando agua y tren desde los años sesenta, dice que es:

¡Palabra de ministro!

El que el Ave llegará en el 26 a Almería. No dijo de qué siglo. Eso le puede salvar en el futuro.

Por esta esquina llevamos muchos años pasándonos las palabras de los ministros y de los presidentes por el arco del triunfo. No iba a ser usted menos, señor Bolaños.

Habitualmente los hombres, y además señores, demuestran con el compromiso de su palabra que lo son. Y ustedes, los políticos, me van a perdonar, pero con Almería no lo han demostrado. Vienen, nos cuentan cuatro historias que repiten los subvencionados periódicos de papel en sus primeras páginas y a esperar unos años más con el personal casi convencido.

Casi, ministro, solo casi convencido.

No le ha creído a usted la sociedad almeriense, ministro Bolaños. No solo busque los escritos que le mandan sus correligionarios de partido, vea lo que dicen las asociaciones, los empresarios, cierto que no lo hacen muy alto, y es que son ustedes temibles a la hora de su venganza.

Menos mal que aún nos queda la voz de Tejada y su Mesa por el “caballo de hierro”, cada día parece un poco más libre, cosa que es de agradecer, para contarnos la realidad de lo que el ministro vino a hacer a Almería. Lo que me temo es que la voz de Tejada se vea cada día más sola, más escondida y hasta desairada por sus antiguos colegas que ayer le cantaban alabanzas. Pisar los callos de estos políticos tiene su costo, y lo hacen pagar, vaya si lo hacen.

No es extraño que ni siquiera la oposición sea capaz de poner el grito en el cielo por las vías, los trayectos y la llegada del Ave, y es que cuando ellos estuvieron en el poder hicieron lo mismo que el actual gobierno, venir de vez en cuando, dar una fecha que nunca se cumplió y esperar que otros hiciesen el milagro.

Por si acaso lo del milagro, el señor Tejada y sus chicos llevaron la petición a la Virgen del Mar con un ramo de flores.

Cristianos por el socialismo. ¿O habría que decir progresismo?

Señor Tejada, habría que hacerle un triduo y pedírselo al Cristo de la Escucha. Puede que sea el único que puede hacer un milagro con el Ave. Aunque, tras decir el Papa Francisco que Dios no es un mago, me parece que ni el ramo de flores a María ni el triduo a Jesús le va a servir al Ave de Almería.

¡Ya ni Dios hace milagros!