El yeso, el polvo, Caicedo y los vecinos


..

PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

El lunes 22 de agosto la cerveza y el tinto de verano corría en la feria del medio día. El sofocante calor no podía con las ganas de disfrutar de la gente joven de Almería y cientos de ellos, miles dicen desde el ayuntamiento, apagaban sed y calor con alegría.

No era el caso de unos vecinos que tuvieron que cerrar sus balcones y ventanas ante la desagradable presencia del polvo de yeso que les llegaba desde el puerto de Almería, el día en que el viento de poniente ponía algo de frescor al duro verano que estaban pasando.

Y algunos siguen pensando, e incluso se atreven a decirlo con total descaro y desvergüenza, que debemos dejar que el caballo de hierro vuelva a cruzar, cargado de mineral de hierro, las calles de la ciudad.

¡Anda y que los zurzan!

Pero no se oye a los ecologistas hablar de estos extremos. ¿Por qué será? ¿Subvenciones, mordidas? Será por lo del medio azul que tanto se lleva en estos días.

Los medios de prensa recogían el pasado veintitrés de agosto, un día después del acontecimiento, el récord que suponía para el puerto de Jesús Caicedo la carga de yeso embarcada rumbo a la lejana Canadá. A media página y con foto incluida, oiga.

¿Viajará don Jesús con el yeso a Canadá? ¿Se disfrazará de indio, cómo hizo el montonero Francisco?

Enhorabuena, don Jesús. Le supongo contento por el récord de carga en su puerto y por el trato de sus amigos de la prensa.

Qué poco espacio le dedicaban estos mismos medios a la queja de los vecinos, al final y casi de pasada (debe ser que no es bueno enfadar a don Jesús, el mandamás de los diques) que a las dos y pico de la tarde estaban soportando cómo el viento de poniente (ya se sabe que en Almería cuando no “jode” el de poniente lo hace el de levante) levantaba el polvo de yeso y los trasportaba sin coste alguno para la autoridad portuaria hasta sus domicilios.

En la feria ya se sabe, calor, color, foto, cerveza y tinto de verano. Es tiempo de diversión, de mujeres guapas en las calles vestidas con sus trajes de faralaes.

Y es cierto. Que alegría suponer ver a la gente de bullicio y con la cervecita en la mano. Por lo que no se puede estar quejando todo el año. Deje de dar la vara para el mes que viene y que la gente se divierta. Tienen ustedes razón, no se la voy a quitar, dejo de quejarme, pero vayan y díganselo a los vecinos de la zona del puerto, cuando el polvo blanco del yeso se hizo dueño de sus casas, de sus vidas y de sus ropas.

Cuéntenles a estos almerienses que vienen soportando las cargas del puerto desde hace años, décadas, y a los que conformaron con una mampara “atrapa-polvo”, que no se quejen, que ante una situación como la que vivieron el pasado 22 de agosto, mientras el señor Caicedo debía estar disfrutando de una fresquita cerveza en la feria del medio día, en vez de estar preocupado por la situación que se estaba produciendo durante la carga del yeso en el puerto, y que llevó a los vecinos a mostrar la foto del polvo como se levantaba del barco camino de sus domicilios. Vayan a sus casas si se atreven y díganles que no se quejen, que están en feria y es tiempo para la diversión.

Y ahora toca felicitar a don Jesús por otro récord para su puerto, ¿verdad?

¿Y de los vecinos?

Que se aguanten ¡coño! que son unos “pesaos”. Total, se quejan por un poco de polvo blanco, polvo blanco de yeso, que no es de mineral de hierro.

Historias de una feria vividas por unos vecinos a los que no se les hace ni puñetero caso. ¿Quién se preocupa por ellos?

Eso.