¡Los ficus se quedan en la Plaza Vieja!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

La pasada semana llegaba al Ayuntamiento de Almería una sentencia que ha marcado una lucha denodada en la ciudad sobre los árboles de la Plaza Vieja.

Ramón, lo siento mucho, pero los ficus se quedan en la plaza. Cuando te asomes al balcón verás la imagen de una derrota delante de tus narices. Una putada, pero es lo que tiene la Justicia, que unas veces beneficia y otras, putada al canto.

Las “puñetas” de la Justicia han hablado y la plaza no perderá el encanto y la sombra de su arboleda.

En esta ocasión, lo siento Ramón, pero la oposición te ha ganado. No te ha valido ser el político más votado, ser el alcalde de la ciudad, portavoz de tu partido en Andalucía y miembro de la ejecutiva nacional de tu partido. Con todo el poder en tus manos, con una ciudad detrás, un juez, esposo de una trabajadora de tu Ayuntamiento, que fue funcionario en el Consistorio almeriense hace años, pone en solfa una medida que sobre la plaza principal de la ciudad querías poner en marcha. Lo siento Ramón, son cosas que tiene la vida cuando la política y la justicia se dan la mano.

Es de imaginar que el equipo de Gobierno que presides presentará la oportuna alegación a la sentencia conocida, y que buscarás en otras instancias una sentencia algo menos política. Pero mientras eso ocurra, y lo consigas, que no es tan evidente, lo siento Ramón, pero vas a tener a la oposición dándote la lata. Y se ponen pesados estos chicos cuando ganan algo, y como últimamente contigo no han podido, van a pasear la sentencia por todas y cada una de las calles y plazas de la ciudad.

Hay quien asegura que esta sentencia no deja de ser eso “una sentencia política”. Y creo que no anda muy desencaminado el que me lo comenta, conociendo al ponente de la misma, pero las sentencias hay que aceptarlas, y supongo que tú, como buen demócrata, aceptarás lo que dicen sus señorías.

No siempre se gana, aunque se tenga razón. Y pienso en esta ocasión que el Ayuntamiento de Almería, votado por los ciudadanos, tiene razones suficientes para cambiar la ubicación de los árboles de una plaza, por muy importante que esta sea. Pero a veces la Justicia se toma unas atribuciones que, desde una óptica de la decoración de una ciudad, no se llega a entender muy bien.

Cambiar unos árboles de una plaza por una decoración distinta no deja de ser buscar una nueva ornamentación para la misma. Pero aquí se ha hecho de esos ficus y su ubicación una pelea política e ideológica, que, llegada a la Justicia, decide que la plaza se quede como está. ¿De verdad es tan importante la decoración de la plaza, tan necesarios los ficus sobre su asfalto? Debe serlo cuando la justicia en su más alta instancia andaluza ha terminado por intervenir.

Y mientras tanto los okupas campando a sus anchas y los jueces, eso, ¿Dónde están sus sentencias?