Gabriel expulsó a Montoya, y dos piedras, del salón de plenos


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

El ex de Ciudadanos en el ayuntamiento de don Gabriel Amat, el señor Montoya y dos piedras, está dispuesto a que se le oiga, se le note y se hable de él en la provincia. Ha encontrado una fórmula eficaz, hacer enfadar al alcalde de Roquetas de Amat, don Gabriel, y que este le vaya haciendo la campaña desde el salón de plenos.

Ni corto ni perezoso el señor Montoya y dos piedras, durante el pleno de la corporación municipal criticaba el informe del secretario municipal, en el que el edil veía cierta querencia hacía los intereses de don Gabriel y su grupo en el consistorio, el popular.

En su ayuntamiento no, en su salón de plenos nunca, en su corporación no se critica a un funcionario. Se puso furioso el primer edil roquetero. No podía permitir, baja la amenaza de expulsión del pleno, que alguien se metiera con un trabajador del ayuntamiento que no es político. Y empezó el lío. Al final, como siempre ocurre en estos casos, el que tiene el poder manda, y como en este caso es don Gabriel, la policía local entró en el salón de plenos para sacar del mismo a díscolo edil con los dictados y las órdenes del mandamás del ayuntamiento roquetero.

Y ahí tienen ustedes al señor Montoya y dos piedras, por educación y respeto por el resto de compañeros de banquillo (eso dijo el caballero, otra cuestión es lo que debía ir pensando), abandonando el sacrosanto recinto municipal.

Don Gabriel, un par de cuestiones.

¿El señor Montoya y dos piedras, se estaba metiendo en el pleno municipal con la vida privada del señor secretario, le estaba sacando alguna escándalo particular o familiar, se estaba acordando de su parentela?

¿Le llamó feo, gordo, flaco, marica, chorizo, corrupto, farlopero?

Si fuera así, se puede entender el enfado de usted y la defensa que hizo del trabajador municipal en el ayuntamiento de Roquetas de Amat. Habría sido su obligación como alcalde. Y la expulsión habría estado de acuerdo al comportamiento del caballero en cuestión. Pero parece que no fue así.

Todo indica que el señor Montoya y dos piedras se estaba quejando de un informe “público”, don Gabriel; un informe “público” del secretario del ayuntamiento que se reparte a los ediles y que tienen, si estamos en un ayuntamiento democrático, todo el derecho a estudiar, analizar y si llega el caso, criticar.

A usted parece que no le gustaba que se dijera que el informe del secretario, según el exedil de Ciudadanos, era bajo su opinión bastante sesgado, algo sesgado, totalmente sesgado, o poco sesgado. Si el informe en cuestión hubiera sido inmaculado (políticamente) estoy convencido de que usted, don Gabriel, no se habría puesto como el pito del sereno en noche de tormenta y con vecinos en las calles a los que pedir que entren en sus hogares.

En este caso “el sereno” del ayuntamiento de Roquetas de Amat prefirió echar a los leones de la calle al vecino que se quejaba de un informe del secretario que él, y con todo derecho, veía, bastantes sesgado a los intereses del alcalde roquetero.

Como siga usted con estas salidas, don Gabriel, le va a hacer durante el año que le queda a la corporación la campaña política al señor Montoya, y sus dos piedras.