Molesto


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Mi Ramón está enojado con Adif, ¿qué le pasa a mi Ramón?

Perdonen a Ramón, que está estos días enojado, muy enojado, eternamente enojado. Menos mal que Feijóo le ha quitado las tristezas. Tenemos que comprender que tiene motivo para estar enfadado, de ahí esa mala cara que nos trae en las fotos que nos ofrece la prensa en estos días. No es que Ramón sea un sonrisas, pero se le notaba más serio en estas últimas horas. Hoy sonríe gracias al gallego. Si llega a estar nominado para los Oscar y el presentador le hace un chiste sobre las obras del Ave entre Granada y Almería, el bofetón de aquel príncipe recordado de nuestra juventud se queda corto en la gala.

¿A qué sí Ramón? Con un par.

Ramón es un hombre más visceral. Solo hay que verle la cara una de estas mañanas antes de afeitarse, para darnos cuenta que cuando se enfada, se enfada de verdad. Que le echa un par de c…ojines al cabreo, que se le nota, que no lo disimula el hombre, puñetas. Que, si tiene que dar un bofetón, manos y c..ojines tiene para ello el hoy hombre de Feijóo.

¿Y Javier Aureliano, no lo he visto en la lista del gallego?

Por cierto, ya les conté que ha vendido por seiscientos mil euros la casa donde vivía en el centro de la ciudad. Según se ha comentado en el sector urbanístico, la ha adquirido una persona vinculada a la sanidad. ¿Auxiliar de clínica? No me lo parece. ¿Enfermería? Es posible, pero no cuadran los dineros. ¿Médico? Es lo que se viene diciendo, que ha sido un doctor en medicina el que ha comprado la casa de Ramón. Por este lado está contento, ha vendido la casa bien y pronto, cosa que no es fácil en los tiempos que corren.

Enhorabuena Ramón, no es fácil vender en estos días con la que está cayendo.

Pero volvamos al Ramón enojado, al eternamente enojado.

No sé si lo ha escrito usted, o tiene un negro que le haga los artículos, como es normal ante vuestro trabajo y categoría, pero Ramón, estoy tan enfadado como lo está usted, su familia y sus amigos. Diría más, como lo está toda la Almería de derechas. La de izquierdas se ríe ante su enojo, hace chanzas de su cabreo. Se alegra ante su ninguneo.

Está bien que Biden, el presidente americano ningunee al español Pedro Sánchez ante las gracias y las sonrisas de la derecha española, pero que vengan unos mindundis de Adif a tomarle el pelo, a pelotear al nieto de Monterreal, no se puede tolerar por estas tierras del sureste, por lo que entiendo que se haya cabreado el personal y que le acompañe en su enojo.

Pero Ramón, no estés eternamente enojado, alegra esa cara tuya. Los de Adif tendrán que venir a sentarse contigo, ya lo verás, y dedica unos minutos a revisar las palmeras, que ya han constado la vida a dos almerienses. Y ese es si es un motivo para que estés eternamente enojado. Dos vidas, Ramón, y a los de Adif que les den por donde amargan los pepinos.

Recuerdo cuando la entonces presidenta de la Junta, la sultana Díaz, no quería recibir a Luisro, luego la tomó con Ramón. Vino un par de veces a prometer millones que nunca vinieron a nuestra provincia, y no tuvo la señora el cuajo de sentarse y hablar con los alcaldes de la ciudad. También en aquella ocasión se cruzaron misivas entre las partes y recuerdo algún buen artículo en prensa de algún colega.

Está visto que, si no sirven para nada, si no son capaces de ganarse la vida en un trabajo privado, los tenemos de políticos eternos y nos ponen unas caritas de enojo cuando hace falta. ¿Nos los creemos?