“Ante lo de Ucrania no se puede ser neutral”

Boris Cimorra cuenta con amigos tanto en Rusia como en Ucrania y de todos recibe información. Pasó los primeros 33 años de su vida en la URSS, donde nació en 1944 y ejerció como periodista en Radio Moscú



ALMERÍA HOY / 02·04·2022

- Aun siendo hijo de un español, usted nació, creció y se formó en Rusia, donde llegó a ser una de las voces de esa potente máquina de propaganda soviética que fue Radio Moscú emitiendo en español. - Así es. Mi padre, Eusebio Gutiérrez Cimorra, luchaba contra Franco desde Radio Moscú. Antes había sido director de ‘Mundo Obrero’ (periódico comunista) hasta el fin de la Guerra Civil y tuvo que exiliarse. Yo soy ingeniero aeronáutico, pero no podía trabajar en mi profesión por tener origen extranjero, y mi padre me consiguió un empleo en la emisora. Allí desarrollé mi actividad para Hispanoamérica, siempre dedicado a temas culturales, aunque Radio Moscú era básicamente un medio de propaganda soviética.
- ¿Cuánto tiempo estuvo desempeñando esa actividad?
- Cinco años. Mis padres, mi mujer, que es rusa, y yo regresamos después de la amnistía general decretada tras la muerte de Franco, en 1977. Aquí comencé a trabajar en asuntos de comercio entre la URSS y España hasta que dimitió Yeltsin, en 1999, y empezó la era de Putin. Entonces abandoné esa actividad.
- Usted conoce a personas en Rusia y recibirá información directa. Supongo que seguirá el pulso de los acontecimientos y cómo se viven desde allí.
- Por supuesto que sí. Tengo muchos contactos en Rusia y también familiares. Mi mujer es de allí. Sigo la actualidad del país al día. También tengo amigos en Ucrania, con los que puedo hablar, aunque ahora no es tan fácil porque se han venido abajo muchas líneas de comunicación.
– La información que se difunde en España y en el resto de Occidente presenta a Putin como el único responsable de todo lo que está ocurriendo por saltarse todas las normas al invadir Ucrania, ¿está usted de acuerdo con ese planteamiento?
- Absolutamente. Putin ha invadido un país libre. Discrepo con algunos medios que intentan entender la acción del presidente ruso. Lo que está sucediendo no es justificable de ninguna de las maneras. Ellos no la llaman guerra. La esconden bajo el eufemismo de ‘operación especial de desnazificación y desmilitarización’ de Ucrania. Putin tiene en mente quitar a ese país un armamento que, en realidad, no existe. Allí no hay ninguna base de la OTAN que pueda atacar a Rusia. Es mi opinión personal y la de muchos rusos que no pueden expresar libremente lo que piensan, y menos aún acerca de la guerra.
- También cabe esperar que un presidente de Rusia como Putin no quiera que estados, como Ucrania, que formaron parte de su bloque y son frontera se integren en la Unión Europea y la OTAN. Es lógico que prefiera un espacio libre en medio.
-Cualquier líder de un país es muy libre de pensar lo que quiera, pero en pleno siglo XXI, en el centro de Europa no se puede invadir un país libre porque creas que te pueda agredir o aliarse con el adversario. Es lícito defenderse, pero nunca atacar de manera preventiva. Hay que respetar siempre las reglas de convivencia internacional.
- Quizás Rusia intenta adelantarse a los acontecimientos disuadiendo a quien tenga la idea de atacar o instalar una amenaza.
- No creo. Eso es sólo un supuesto. Puede armarse hasta los dientes. De hecho, posee armas nucleares que ejercen un papel disuasorio, pero no hay justificación posible para invadir a un país soberano. Lo hizo primero con la pobre Georgia. Ya han pasado 30 años desde la extinción de la Unión Soviética. Desde entonces, se han sucedido una Rusia de Yeltsin, democrática y abierta a Occidente, que duró apenas diez años. Durante ese tiempo creció gracias a reformas dolorosas y la colaboración occidental. En aquellos tiempos no molestaba la existencia de una Ucrania independiente. Yeltsin era ruso y acabó con la URSS y el comunismo. Sin embargo, en 2008 cobró fuerza en Putin la idea de que Rusia no podía seguir solita sin las demás repúblicas que habían sido parte del imperio soviético heredado de los zares. Primero hablaba de la necesidad de crear una zona de influencia que diera la espalda a Occidente para, poco a poco, volver a recuperar para Rusia los países desgajados de la antigua URSS.
- La invasión de Ucrania no deja de ser el último ejemplo de una Historia plagada de hechos similares. Todos recordamos las intervenciones de los EEUU en Irak y Afganistán o la primavera árabe, por no remontarnos a Hitler, Napoleón, Gengis Kan o, más lejos aún, a Roma, Grecia o Persia. ¿Existe algún componente humano decisivo para que ocurra todo esto?
- Es cierto que la Historia está plagada de guerras, pero hemos avanzado gracias a las lecciones que nos ha proporcionado. Todos condenamos lo que hicieron los nazis. Yo soy contrario a justificar algo que sucede hoy con las injusticias que se cometieron en otros tiempos. Debemos evitar errores pasados. Que EEUU haya entrado en decenas de países con el pretexto de restablecer democracias que en muchos casos nunca existieron, no puede servir de excusa para invadir países impunemente. No se puede ser neutral ante un conflicto como el de Ucrania. Por cierto, me ha sorprendido gratamente la reacción unánime del resto del mundo.
- Seguramente porque nadie quiere vivir una guerra.
- Claro, pero me ha maravillado sobre todo la actitud de Suiza, un país neutral a lo largo de toda su Historia que ha sido uno de los primeros en reaccionar contra Rusia. Para mí significa que la civilización va por buen camino. Y es que me resulta del todo injustificable lo que está ocurriendo. Si mañana China ataca a Taiwán, yo estaré del lado de Taiwán, por supuesto.
- ¿Debería la OTAN entender la necesidad de mantener un espacio neutral entre Occidente y Rusia para mantener el equilibrio?
- Podría ser interesante. En cualquier caso, tenemos que buscar fórmulas más modernas. Hoy no tiene ningún sentido vivir en bloques enfrentados. Deberíamos caminar hacia un mundo más abierto. No olvidemos que Rusia es parte de Europa. No puede empecinarse en permanecer enfrentada al resto del continente.
- Sin embargo, mientras se hace realidad la utopía de un mundo ideal, ¿no deberíamos estar preparados?
- Claro. Siempre hay que responder a la maldad. Supongamos que mañana atacan a España, ¿qué hacemos? ¿pedimos que nos ayuden? ¿luchamos solitos?
- Imagino que el presidente pediría a nuestros aliados que cumplan los acuerdos. Formamos parte de la OTAN.
- Ucrania no es OTAN, pero está en un continente libre, al igual que Rusia. Insisto en que no se puede atacar a otro país en Europa. No hablo de África ni de Oriente Próximo. Vivimos en el lugar del mundo al que todos quieren llegar huyendo de países en los que impera la injusticia. No comparemos nuestra situación con la de otros lugares.
- ¿Ucrania es un país homologable al resto de Europa o, por el contrario, alberga muchos y graves defectos de convivencia?
- Es un país democrático.
- En el que se suceden con demasiada frecuencia los golpes de estado.
- Eso de los golpes de estado en Ucrania es una leyenda negra. Es cierto que hubo una rebelión contra un régimen prorruso. Rusia la intentó aplastar, pero se levantó todo el pueblo y Yanúkovich, el presidente títere de Putin, acabó fugándose del país.
- ¿No es cierto que se cuentan 14.000 muertos en las regiones prorrusas del país que se levantaron contra el poder central?
- ¿Quién ha calculado esa cifra de muertes? ¿alguna comisión internacional o es propaganda de una parte interesada?
- Entre otros, la ONU o Amnistía Internacional. ¿Usted niega que hubo muertos?
- No lo niego. Están en guerra, y en las guerras muere gente.
- Entonces, ¿qué tipo de país es Ucrania? ¿unido o dividido? ¿estable o inestable?
- Es un país intervenido por Rusia desde 2014. De hecho, la franja con mayor proporción de rusos está ocupada. En principio utilizaron otra estrategia. Intentaron influir en ese territorio de manera que sus diputados pudieran vetar lo que quisieran en el Parlamento de Ucrania. Pretendían establecer una especie de protectorado, pero no les salió bien. Por eso han decidido ahora invadirlo directamente. No olvidemos que Ucrania es un país independiente y soberano desde 1991, con los problemas típicos de una transición a la democracia desde un régimen totalitario.
- Un país muy agitado desde su independencia.
- Tan agitado como cualquier otro en el que conviven varias etnias. Siempre hubo roces a lo largo de la Historia, tanto bajo la bota de los zares como durante la etapa comunista. Cuando consiguieron la independencia, intentaron ser los dueños de su propia vida.
- ¿Qué opinión tienen de este conflicto sus amigos rusos?
- Tienen miedo a hablar y mucho más de protestar en la calle. Ha habido algunos intentos de manifestarse, pero han sido implacablemente aplastados. Putin ha declarado el estado de guerra, y eso significa que las manifestaciones están prohibidas. Lleva una estrategia de propaganda desde 2008. Ya empezó en Georgia. La consigna es ayudar a los rusos que viven en las repúblicas desgajadas de la antigua URSS. Hay 25 millones viviendo en minoría en esos países. En unos con más aceptación y en otros con menos. Esa idea de defenderlos a todos de la manera que sea no la entienden muchos rusos, porque están muriendo gran cantidad de jóvenes soldados.
- Está claro que Rusia no es una democracia, por mucho que se celebren elecciones. Incluso Putin ha cambiado las leyes para continuar como presidente hasta que se jubile o se aburra de serlo.
- Pues precisamente ese señor es quien quiere ahora dar lecciones al mundo entero. El pueblo ruso sufre esa dictadura. Rusia es líder en el curioso sistema de organización corrupta de los países de ese entorno y Ucrania, que era la segunda nación más importante del bloque, lucha contra todo eso. Ése es el motivo por el que mira a Occidente.
APOYO - ¿De qué manera cree que terminará la acción de Rusia? ¿habrá una escalada que extenderá el conflicto al resto de Europa o se llegará a algún acuerdo, quizás sacrificando a Ucrania como zona desmilitarizada?
- Espero que no ocurra ninguna de estas dos alternativas. Si triunfa alguna, estaremos en la III Guerra Mundial de hecho o al cabo de unos pocos años. Lo que está sucediendo es un calco de lo que pasó en 1938. Europa no quería la guerra y dejó que Hitler se anexionara Austria. Después miró para otro lado cuando los nazis invadieron Checoslovaquia. La única diferencia es que los nazis no tenían armamento nuclear para poder chantajear al resto del mundo de manera más eficaz. Putin es Hitler con bombas atómicas. No se puede ceder a su chantaje, a pesar del riesgo que ello comporta, porque seguirá adelante con sus planes. Yo creo que el dictador ruso no obtendrá la victoria final. Las sanciones económicas impuestas por Occidente las sufrirá primero el pueblo, pero después afectará a ese círculo de oligarcas amigos del presidente con grandes yates. Son quienes sostienen a Putin y espero que se lo quiten de en medio y lo cambien por alguien más sensato y moderado. Ésa es la solución.
- ¿Es usted partidario de que la OTAN plante cara a Putin si insiste en continuar con sus planes? La otra opción consistiría en sacrificar Ucrania.
- Yo no contemplo esta última alternativa. Saldríamos bien en lo inmediato, pero no zanjaríamos el problema. Volvería de nuevo y con mayor envergadura en un par de años.
- Su discurso, señor Boris, me hace recordar aquella frase que dijo Churchill al primer ministro británico Chamberlain, cuando éste llegó eufórico diciendo que había parado a Hitler en la cumbre de Munich: “Quien se humilla para parar la guerra, se queda con la humillación y también con la guerra”.
- Estoy de acuerdo. La Historia es la gran universidad. Hemos de entenderla para no repetirla con máscaras de mayor tragedia. En este momento estamos en el Rubicón. Si no paramos a Putin ahora, será más peligroso.
- ¿Y China? ¿le preocupa que se involucre en este conflicto del lado de Putin?
- Por supuesto que sí, pero los chinos tienen una mentalidad diferente a la nuestra. Muy posiblemente acabarán conquistando el mundo, pero no con las armas.
- Aunque cabe la posibilidad de que se planteen apoyar a Rusia. A fin de cuentas, se trata de dos regímenes dictatoriales y, de tener éxito Putin, los chinos tendrían las puertas abiertas para anexionarse Taiwán, algo que ansían desde hace décadas.
- Los asiáticos son más pragmáticos. Optarán por el lado de Occidente porque su comercio con los EEUU y la Unión Europea es diez veces mayor que con Rusia. Por otra parte, el principal enemigo de Rusia no son los EEUU, sino China. En la Rusia Transurálica, que supone dos tercios del país, la densidad de población es de 2 habitantes por kilómetro cuadrado. China supera los 200. Pensando a nivel estratégico, los chinos podrían pensar en buscar espacio vital por ahí.
- Ése era precisamente el argumento de Hitler para volver a unir a la antigua Prusia.
- Efectivamente. Ése es el peligro para Rusia. China ya ha penetrado en la parte asiática creando zonas de comercio, ¿va a apoyar a Putin contra el resto del mundo? De manera directa, no.