¡Tormenta de miles de puestos de trabajo en Carboneras!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

¡Bien, coño, bien!

Cuesta y mucho, no crean ustedes, aceptar las cifras de nuevos puestos de trabajo que nos cantan los políticos para el pueblo de Carboneras desde los medios de comunicación. A veces los políticos disfrazan esas cantidades, pero la prensa, la escrita principalmente, nos venden en sus primeras páginas esos miles de empleos como algo seguro, fetén, dabuten, que será una realidad en un plazo de uno o dos años.

¡Dios les oiga, Dios les ilumine, Dios les pague con bendiciones y futuros años en el cielo esa ayuda que ofrecen a los políticos con sus sensacionales titulares!

¡Y que los políticos les paguen con subvenciones el apoyo y los titulares en cuestión!

Según la noticia aparecida hace unos días, la tenía traspuesta en el ordenador, mil ochocientos (1.800) nuevos puestos de trabajo se van a crear en dos empresas que se van a montar en el pueblico, con una inversión en torno a los sesenta y ocho millones de euros.

68 millones de euros igual a 1.800 puestos de trabajo.

¿De verdad? ¿Esto es cierto? ¿No nos estarán tomando el pelo?

Un economista amigo me asegura que le parece poca inversión para tantos puestos a crear, pero que lo mismo estos señores de la Junta, y sus amigos de la prensa, esa a la que subvencionan graciosamente con el dinero de todos nosotros, han inventado una nueva forma de crear trabajo, muchos puestos de trabajo con una mínima inversión.

68 millones de euros igual a 1.800 puestos de trabajo.

A uno le gustaría, imagino que a ustedes también, que la noticia fuera real, y que Carboneras, la del clan de los Fernández del PSOE, tuviera en unos meses esos casi dos mil puestos de trabajo más, que no le vendría mal ante los tiempos que se avecinan.

¿Lo dudo? Y tanto que lo hago. ¿Ustedes no?

Hay algún medio por las redes, lo mismo no recibe el maná de la Junta, y no tiene por qué rendirse ante el “mollete” de Málaga, que ha venido a poner un poco las cosas en su sitio, y reconoce en la información que nos ofrece que los puestos a montar serán directos los menos, e inducidos o indirectos los más. Vamos, que unos cuantos se quedaran en el pueblico y los demás ya veremos por dónde caminan y cuántos duran. Pero algunos medios de papel, es de imaginar que, siguiendo las órdenes del político de turno, el de las subvenciones supongo, nos los han vendido como realidades para la Carboneras de mañana.

Con todo me sigue pareciendo bien y que se hagan realidad cuanto antes es lo que deseo. El ejemplo que nos han dado tras el desmantelamiento de la cementera de Gádor no ha sido nada positivo (y encima las naranjas de Gádor, bien cantadas y celebradas hace unos domingos en el pueblo, pero muy mal pagadas para los agricultores) como para creernos que será una realidad los miles de trabajo que a bombo y platillo anunciaba el muy asustado ante su futuro político Juan Marín para el pueblo de Carboneras. Señor Marín, una pregunta ¿sabe con quién se va a presentar en las próximas andaluzas?

Quiero creerles, de verdad. Se lo aseguro a ustedes, pero nos han engañado tantas veces estos políticos.