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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos
La masacre que Rusia está cometiendo estos días en Ucrania, cercana para muchos de nosotros, lejana siempre para algunos ¡malnacidos!, está demostrando el talante de algunos políticos de este, nuestro país.
¡Qué triste vivir con personajes como estos!
Conozco a Tania desde hace algunos años y sé la preocupación con la que está viviendo los ataques de Rusia a su pueblo y a su gente. Y junto a la desazón de Tania, noto en su voz y en su cara el drama que está viviendo mi amigo Jorge Molina ante el sufrimiento de la mujer a la que quiere con la serenidad y la fuerza que dan los años.
Estoy con vosotros, lo sabéis.
Tania lleva algunos años trabajando en Andalucía, pero se dejó media alma en su Ucrania natal. Parte de su familia, un hijo de 26 años que ha tenido que coger las armas en estos días para defender su tierra ante los ataques de un tirano ruso y una hija que ha podido salir del país buscando la paz. Allí se han quedado primos, tíos…sufriendo y haciendo sufrir a los demás miembros de la familia, que se pregunta cada minuto si seguirán vivos, si habrán podido salir del país.
Algún ¡malnacido! como es el caso del portavoz de Vox en el parlamento andaluz, un tal Gavira, Manuel para más señas, no está por la labor de que la hija de Tania y familia vengan a España. Ni ellos, ningún otro refugiado de la guerra que está asolando Ucrania lo quiere ver por Andalucía este político de Vox. Que se queden en los países cercanos, que aquí no los quiere este…
¡Malnacido!
Le han llamado racista, pero ese epíteto se le queda corto. Solo puedo pensar que pensamientos y expresiones como las que nos ofrece Manuel Gavira entran en el capítulo de los ¡malnacidos! Gente sin escrúpulos, sin alma, gente que nació para hacer el mal, cobardes que ocultan sus malditos deseos tras los partidos políticos para llevar a cabo esas tenebrosas ideas que pregonan sin disimulo alguno.
Solo son eso, unos ¡malnacidos!
El espejo nos ha devuelto la imagen de los políticos que tenemos en España. Los hay que no quieren mandar armas a los ucranianos, y lo han dicho todo lo alto que han podido, que es lo mismo que desear y querer que hombres, mujeres y niños de Ucrania sean masacrados por los rusos de Putin. Otros piden que se les de refugio solo a los desertores, solo a los cobardes, y no se esconden cuando lo exigen, y para poner la guinda al espectáculo que están dando nuestros políticos, aparece el Gavira andaluz, el de Vox, y dice que no quiere que venga ningún ucraniano a España, ni niños, ni mujeres, ni ancianos. Que se queden donde puedan.
Ni la muerte de unos seres humanos les promueve un atisbo de nobleza en su proceder.
¡Malnacidos, son todos ustedes unos malnacidos!
¡Qué triste vivir con personajes como estos!
Conozco a Tania desde hace algunos años y sé la preocupación con la que está viviendo los ataques de Rusia a su pueblo y a su gente. Y junto a la desazón de Tania, noto en su voz y en su cara el drama que está viviendo mi amigo Jorge Molina ante el sufrimiento de la mujer a la que quiere con la serenidad y la fuerza que dan los años.
Estoy con vosotros, lo sabéis.
Tania lleva algunos años trabajando en Andalucía, pero se dejó media alma en su Ucrania natal. Parte de su familia, un hijo de 26 años que ha tenido que coger las armas en estos días para defender su tierra ante los ataques de un tirano ruso y una hija que ha podido salir del país buscando la paz. Allí se han quedado primos, tíos…sufriendo y haciendo sufrir a los demás miembros de la familia, que se pregunta cada minuto si seguirán vivos, si habrán podido salir del país.
Algún ¡malnacido! como es el caso del portavoz de Vox en el parlamento andaluz, un tal Gavira, Manuel para más señas, no está por la labor de que la hija de Tania y familia vengan a España. Ni ellos, ningún otro refugiado de la guerra que está asolando Ucrania lo quiere ver por Andalucía este político de Vox. Que se queden en los países cercanos, que aquí no los quiere este…
¡Malnacido!
Le han llamado racista, pero ese epíteto se le queda corto. Solo puedo pensar que pensamientos y expresiones como las que nos ofrece Manuel Gavira entran en el capítulo de los ¡malnacidos! Gente sin escrúpulos, sin alma, gente que nació para hacer el mal, cobardes que ocultan sus malditos deseos tras los partidos políticos para llevar a cabo esas tenebrosas ideas que pregonan sin disimulo alguno.
Solo son eso, unos ¡malnacidos!
El espejo nos ha devuelto la imagen de los políticos que tenemos en España. Los hay que no quieren mandar armas a los ucranianos, y lo han dicho todo lo alto que han podido, que es lo mismo que desear y querer que hombres, mujeres y niños de Ucrania sean masacrados por los rusos de Putin. Otros piden que se les de refugio solo a los desertores, solo a los cobardes, y no se esconden cuando lo exigen, y para poner la guinda al espectáculo que están dando nuestros políticos, aparece el Gavira andaluz, el de Vox, y dice que no quiere que venga ningún ucraniano a España, ni niños, ni mujeres, ni ancianos. Que se queden donde puedan.
Ni la muerte de unos seres humanos les promueve un atisbo de nobleza en su proceder.
¡Malnacidos, son todos ustedes unos malnacidos!
