Hoy en Almería no se ha vendido “pescaito” fresco


..

PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Los pescadores, dicen desde el Gobierno, también son ultras, fachas, de extrema derecha, vaya.

Hay que remontarse a los años setenta, cuando “el Chuspe”, Javier Ayestarán y otros compañeros marianistas andaban por aquella parte de Almería que se bañaba en la playa de “La arenica blanca”, para vivir una huelga de pescadores como la que, desde ayer, se está viviendo en nuestra provincia. De aquellos días vividos en el puerto pesquero de Almería y de las negociaciones llevadas a cabo con Eduardo Gallart nos podría hablar largamente Javier Ayestarán, que desde entonces anda entre nosotros.

Como en aquella ocasión, hoy tampoco vamos a poder comprar pescado fresco. Pero la lucha que nuestros pescadores han iniciado no es como la de los años setenta. Ayer lunes, los barcos se quedaron amarrados a puerto, y los pescadores y armadores rumiando el malestar que se está viviendo desde que el carburante y la política del Gobierno de PSOE-Podemos les está poniendo la puntilla. Faenar con el carburante a estos precios se hace cada día más difícil.

¿Falta algún sector al que este Gobierno no esté machacando?

Alguna ministra dirá que los pescadores son todos “ultras” de extrema derecha, vaya.

Cuando no se tienen argumentos con los que rebatir las protestas de la sociedad, se busca la fácil descalificación:

Son fachas, ultras, extrema derecha, vaya.

Los pescadores también son fachas, como han dicho de los transportistas por la huelga que vienen protagonizando desde hace una semana, etiqueta que también han colocado en las espalda de los agricultores, ganaderos, cazadores y cualquier ciudadano que se atreva a levantar la voz contra el actual Gobierno.

¡Todos son fachas, todos son ultras, todos son de extrema derecha!

De tanto uso, hasta los insultos pierden su poder. De tanto decir y acusar al personal de ultras, fachas y extrema derecha, de querer insultar con esas expresiones a cualquier ciudadano que solo desearía tener un Gobierno con cierta responsabilidad, al final lo que quieren que sea un insulto está empezando a resbalar entre los ciudadanos, para desconsuelo de los que lo gritan, a veces con infinita rabia, con la cara desencajada y la espuma entre los labios. Creo que debieran cambiar de insulto, buscar otro, este ya no les está funcionando.

El domingo, Madrid fue tomado por cientos de miles de ciudadanos, que, desde todos los puntos de España, llevaron a las calles de la capital la protesta contra un Gobierno que está pasando de los problemas de los ciudadanos, que busca culpables fuera del palacio de la Moncloa, y que cuando no lo consigue, insulta a los que se manifiestan en las calles:

¡Son unos fachas, ultras, de extrema derecha!

A este Gobierno ya solo le queda insultar.

No deja de ser triste tener un Gobierno que se llama de izquierdas, que no se sienta a negociar con los ciudadanos, y a los que solo quiere convencer con el insulto. Qué sigan así, van a necesitar muchos milagros y visitas al Papa Francisco en el futuro.