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ALMERÍA HOY / 01·03·2022
Creíamos que José Luis Sánchez Teruel (el mandamás durante los últimos años del PSOE en nuestra provincia) andaba por fin disfrutando de días de merecida tranquilidad política, sentado cómodamente en el parlamento de Sevilla, cobrando una buena soldada que sale de nuestros impuestos y disfrutando de familia y amigos durante los fines de semana en su Almería de su alma. Merecido se lo tenía el hombre, pero… La vida no le está dando esa oportunidad y el pasado ha tocado en su puerta.
¡Ay Teruel, Teruel!
¡Toc, toc!
-Sí, ¿quién va?
-La ciega y lenta justicia.
-¿Y qué quiere de mí?
-Nada en especial, que nos cuente qué pasó con los cuarenta millones que echó a regar en aguas de la tierra de María Santísima.
¿?
Y los ciudadanos deseamos saber, lo mismo que la lenta y ciega justicia, ¿qué ocurrió con los cuarenta millones en cuestión? A este almeriense serio, delgado, con cara de pocos amigos, los problemas no se le han acabado. Podría estar cerrando su carrera política desde la felicidad de lo bien hecho, con el aplauso de los amigos y compañeros, con la satisfacción de haber trabajado por su tierra y sus gentes, pero algo nos dice que los días por venir pueden traerle más de uno y de dos dolores de cabeza. Lo siento José Luis.
¡Qué dura es la política, hijo!
Cuando ya te habías olvidado de esos millones, ¿cuántos fueron? Cuarenta, viene ahora el pasado llamando a tu puerta.
Qué puñeteros esos jueces que no os dejan tranquilos, ¡pobres políticos!, os persiguen, os acosan con rabia, cuando lo único que habéis hecho vosotros es procurar el bien de algunos bolsillos, casi siempre los de vuestras familias y los amigos, sin olvidar a los colegas del partido, que ellos eran los que en algún momento os tenían que votar para seguir en el machito del poder.
Pero, ¿tan malo es querer el bien de nuestra familia, querer que los amigos sean felices? Es cierto querido José Luis, pero ellos no lo entienden, no comprenden el cariño que tenéis por el bien de vuestra gente y lo que llegáis a hacer por ella.
Yo le recomiendo al señor Teruel, por lo que pueda venir en el futuro, el dieciséis de este mes está citado con la ciega, que se compre aquellas viejas pastillas de Okal o Aspirina, que tan buen resultado daban ante las migrañas padecidas. Aunque en estos días el doctor Marín, don Nicasio, le recomendaría comprimidos de Paracetamol, son más modernos. Sean las viejas Okal o Aspirina, a la nueva Paracetamol, creo que sería un tesoro en su botiquín para los próximos días que le tocan por vivir.
Tengas juicios y los ganes, se ha dicho siempre. Y créame, de verdad se lo digo, que espero que este lo gane. No es bueno para nuestra tierra tener hombres manchados en su honor por corruptelas políticas por hacer desaparecer o no saber dónde están unos cuarenta millones de euros. ¡Qué son cuarenta millones de euros! Pues eso. El personal del PSOE almeriense se ha salvado de los Eres, de los escarceos en los puticlub, de asar vacas y de la cocaína, y no dejaba de ser una cierta tranquilidad, no crea. Lo suyo es distinto, por eso desearíamos que usted gane en esta ocasión. Y nos alegraría que así fuera, pero explicando, eso sí, ¿dónde están los cuarenta millones, a dónde fueron a parar? que lo cortés no quita lo valiente.
Por lo que tenemos ganas de que llegue ese dieciséis de marzo en el que está llamado a declarar ante su señoría. Conocer sus argumentos a la hora de defender su honor y su honra, su trabajo político en la Junta y poder creer y confiar en usted. Y verle sonreír, que anda usted en estos días más serio que Max von Sydow en la película “El manantial de la doncella de Ingmar Bergman”.
Nos vemos a partir del dieciséis de marzo, y que le vaya bonito.
¡Ay Teruel, Teruel!
¡Toc, toc!
-Sí, ¿quién va?
-La ciega y lenta justicia.
-¿Y qué quiere de mí?
-Nada en especial, que nos cuente qué pasó con los cuarenta millones que echó a regar en aguas de la tierra de María Santísima.
¿?
Y los ciudadanos deseamos saber, lo mismo que la lenta y ciega justicia, ¿qué ocurrió con los cuarenta millones en cuestión? A este almeriense serio, delgado, con cara de pocos amigos, los problemas no se le han acabado. Podría estar cerrando su carrera política desde la felicidad de lo bien hecho, con el aplauso de los amigos y compañeros, con la satisfacción de haber trabajado por su tierra y sus gentes, pero algo nos dice que los días por venir pueden traerle más de uno y de dos dolores de cabeza. Lo siento José Luis.
¡Qué dura es la política, hijo!
Cuando ya te habías olvidado de esos millones, ¿cuántos fueron? Cuarenta, viene ahora el pasado llamando a tu puerta.
Qué puñeteros esos jueces que no os dejan tranquilos, ¡pobres políticos!, os persiguen, os acosan con rabia, cuando lo único que habéis hecho vosotros es procurar el bien de algunos bolsillos, casi siempre los de vuestras familias y los amigos, sin olvidar a los colegas del partido, que ellos eran los que en algún momento os tenían que votar para seguir en el machito del poder.
Pero, ¿tan malo es querer el bien de nuestra familia, querer que los amigos sean felices? Es cierto querido José Luis, pero ellos no lo entienden, no comprenden el cariño que tenéis por el bien de vuestra gente y lo que llegáis a hacer por ella.
Yo le recomiendo al señor Teruel, por lo que pueda venir en el futuro, el dieciséis de este mes está citado con la ciega, que se compre aquellas viejas pastillas de Okal o Aspirina, que tan buen resultado daban ante las migrañas padecidas. Aunque en estos días el doctor Marín, don Nicasio, le recomendaría comprimidos de Paracetamol, son más modernos. Sean las viejas Okal o Aspirina, a la nueva Paracetamol, creo que sería un tesoro en su botiquín para los próximos días que le tocan por vivir.
Tengas juicios y los ganes, se ha dicho siempre. Y créame, de verdad se lo digo, que espero que este lo gane. No es bueno para nuestra tierra tener hombres manchados en su honor por corruptelas políticas por hacer desaparecer o no saber dónde están unos cuarenta millones de euros. ¡Qué son cuarenta millones de euros! Pues eso. El personal del PSOE almeriense se ha salvado de los Eres, de los escarceos en los puticlub, de asar vacas y de la cocaína, y no dejaba de ser una cierta tranquilidad, no crea. Lo suyo es distinto, por eso desearíamos que usted gane en esta ocasión. Y nos alegraría que así fuera, pero explicando, eso sí, ¿dónde están los cuarenta millones, a dónde fueron a parar? que lo cortés no quita lo valiente.
Por lo que tenemos ganas de que llegue ese dieciséis de marzo en el que está llamado a declarar ante su señoría. Conocer sus argumentos a la hora de defender su honor y su honra, su trabajo político en la Junta y poder creer y confiar en usted. Y verle sonreír, que anda usted en estos días más serio que Max von Sydow en la película “El manantial de la doncella de Ingmar Bergman”.
Nos vemos a partir del dieciséis de marzo, y que le vaya bonito.
