¿Pero, cuándo se acaba "esto"?


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NICASIO MARÍN GÁMEZ*

Predecir es difícil, sobre todo el futuro, así que empecemos por..., "el principio" "Vivir con el virus" es aceptarlo como "endémico", y esto equivale a decretar definitivamente que ya no es "pandémico".

Por supuesto, dejar de ser pandémico (significado: que afecta a toda la población humana) no es equivalente a que la existencia sea "segura" en el futuro (porque seguirá causando enfermedad, cada vez menos, indefectiblemente, pero enfermedad; y, además, está el llamado long covid).

Vendrán nuevas variantes, es inevitable, pero serán mejor toleradas, porque se está construyendo una inmunidad extensa, y sí, es verdad, las vacunas, estas vacunas obtenidas en tiempo record (sean las basadas en RNA, sean las que utilizan adenovirus como caballo de troya) no acaban, por ahora, con el virus, sólo atenúan su patogenicidad, que no es poco.

Son los sucesivos "pasos" del enjambre sars cov 2 entre los seres humanos lo que acaba con él, como sucede con los niños, dejándolo cada vez más debilitado, como un suceso infrecuente, no lo duden; y esto llevará, probablemente, alguna década, pero muchos años antes, ya nadie se acordará de "sars cov 2" (como olvidamos el MERS -2012- y antes el primer SARS -2002, los otros sars-beta- coronavirus, que es el nombre de grupo).

Los gobiernos han hecho lo que han podido, según sus recursos y el entorno social y económico donde regulan y mandan, y se ha visto en esta vertical trasmisión de Omicron (cada día se duplicaban los casos, como en la mejor gripe...) cómo la mayoría no sabía qué decir ni qué hacer, de modo que, aunque daba igual prohibir de nuevo o no hacer nada -omicron se ha extendido casi libremente-, prohibieron una vez más, y restringieron derechos humanos básicos (reducir grados de libertar, le llamo yo, para evitar la variación y dejar claro que "hacemos cosas por vuestra salud", no vaya a ser que nos cueste las elecciones próximas...).

Virólogos y epidemiólogos han tenido una sensación similar: los modelos que formulaban para dos semanas se quedaban viejos en días. Es normal, no atienden casos de enfermos reales, sólo datos de reordenación genética en muestras y estimaciones estadísticas de big data, porque sars cov 2 interacciona con la biología de un modo semi caótico, en una especie de distribución deslizante, jabonosa, escurridiza y envuelta en ácido hirviente...no modelizada.

Los clínicos -aquellos que están al lado de los enfermos- han visto menor gravedad real, pero no menos muertes, tal ha sido la magnitud de la transmisión en mes y medio. Estimar la probabilidad de que un caso actual te lleve al hospital o a una UVI hubiera sido más eficaz, y esto sí lo sabíamos de antemano (datos de Sudáfrica, p. ej.), porque una muerte es un dato magro, incontestable, pero una "incidencia acumulada" es una fría cifra aproximada que actualmente sólo sirve para asustar y justificar las restricciones. Manden la curva a paseo, es más saludable.

La cuestión clave, por tanto, no es ¿cuándo termina esto? sino más bien, ¿cuántas muertes podremos tolerar?, al menos hasta que dejen de ser hechos noticiables (y aquí intervienen las redes y los más media, amplificadores inevitables).

Como saben, siempre eludo el miedo como instrumento, asustar a la población es miserable. Hace tres semanas les anticipé el inicio del descenso de casos (los datos eran claros y el Gobierno -los gobiernos- los tenían. Ahora ya es un hecho, Pues bien, les anticipo, la mortalidad, pasados 12 días, será ya muy inferior y seguirá bajando.

...Sigan con sus vidas, finalicen la vacunación quienes aún no lo hayan hecho, ventilen espacios, aireen, mascarilla FP2 en los cerrados y siempre que no sea posible una separación de 1,8 mts, y, en aglomeraciones, deportes, transporte público, mercados, mejor puesta por ahora...; finalmente, a nuestras élites consentidas a quienes elegimos cada 4 años: levanten restricciones o váyanse y dejen paso...no es posible (ni realista) parar el mundo y además, empobrece, angustia a las personas y es profundamente inhumano.

Sin miedo y con esperanza.

*Nicasio Marín Gámez es médico.