El 28 de febrero no es día para festejar


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

El titular no es mío. Es de unas declaraciones efectuadas por Alejandro Rojas Marcos, aquel sevillano que destrozó ilusiones andalucistas por vender Granada ante los intereses centralistas y caciquiles sevillanos. La vieja ciudad de la Alhambra no se lo perdonó, pero tampoco lo hizo el resto de las capitales andaluzas. Y Sevilla, la que se benefició de aquel trueque maldito dentro del PSA, el viejo Partido Socialista de Andalucía, tampoco mantuvo demasiado cariño hacía los Uruñuela, Rojas, un tal Caballo (que iba de elefante a las agrupaciones) y demás capitostes del partido.

“El día de Andalucía no es día para festejar”. Y son muchas las voces que se levantan con el mismo mensaje. “Andalucía -sigue indicando el señor Rojas Marcos- sigue estando a la cola de España y de Europa”. “Éste debería ser un día para reivindicar”. No se puede estar en contra de las expresiones del caballero sevillano. Han sido muchos, demasiados años con la bota de presidentes socialistas sobre esta tierra.

Lo que no deja de ser una sorpresa, señor Rojas Marcos, es que salga usted con esta historia treinta y tantos años después, cuando usted tiene su cuota de responsabilidad ante la actual situación andaluza. Lo mismo lo ha hecho, pero a esta esquina de Andalucía (más murciana que andaluza, digan los políticos lo que quieran) no nos llegó un mensaje en el que se arrepintiera usted y parte de aquel equipo del PSA, ante la venta de Granada por el interés partidario y partidista de Sevilla. En Granada no se lo perdonaron entonces y siguen en sus trece, pero estoy convencido que en el resto de la capitales andaluzas son tan reacios a lo que les llega de Sevilla como a la ciudad de los cármenes.

Está bien que levante su voz, pero mejor hubiera sido que en aquellos años en los que usted era un referente para muchos andaluces no se hubiera dejado llevar por el centralismo paternalista del señoritismo sevillano. A ustedes no les importaba Andalucía y lo demostraron, solo querían mandar en Sevilla, beberse el agua del Betis, y al final, se bebieron tanta que se ahogaron.

¿Y qué ocurrió?

Que dejaron a esta tierra en manos de unos políticos desalmados (tan desalmados como ustedes) que han esquilmado a la gente de esta Andalucía. Desalmados que se han gastado los dineros de cuchipandas, chiringuitos, jubilaciones de amigos, copas y en esas luces rojas que se destacaban en las carreteras de Andalucía.

Claro que no es día para celebrar la fiesta de Andalucía. El PP ha llegado al poder y no vemos demasiados cambios que vengan a dar respuestas a los problemas de los ciudadanos de esta región. Y se las vamos a ir recordando a Moreno y cía en los próximos días.

Con todo.

¡Feliz día de Andalucía!