¡A la rica, suave y esponjosa Magdalena!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

La rica magdalena, a la que también está permitido llamarla “madalena”, es uno de esos dulces productos alimenticios que se ha ido adaptando a lo largo de los tiempos, las culturas, las naciones y hasta las familias. Ese pequeño bollito que tanto gusta a los pequeños de la casa, y a los mayores, mojado si hace el caso en el café con leche o en el cola-cao, se ha ido transformando , y hoy nos encontramos con las clásicas de concha, que priman en las cocinas francesas, las redondas, que abundan en casi todas las regiones de la España autonómica, las alargadas, que privan en los obradores valencianos, las chapadas, que reciben el nombre de pasiegos en el norte, las cuadradas que han inventado las fábricas de estos productos y así un largo caminar por el dulce mundo de este producto.

Pero no ha sido solo su apariencia, en cualquier portal de recetas donde usted entre va a encontrar veinte, treinta o más recetas sobre nuestras ricas magdalenas, la rae acepta llamarle “madalena”.

Se estarán preguntando, yo también no crean, que hago escribiendo sobre las ricas, sabrosas y volubles magdalenas. Esas que casi todos tenemos en algún armario de nuestra cocina. No sé si seré capaz de explicarme. Vamos a ello. En esta provincia nuestra tenemos una Magdalena, cordobesa ella, pero almeriense por los cuatro costaos desde hace muchos años. La señora Cantero, la Magdalena de la que escribimos, le podemos llamar según la rae “Madalena”, ha venido apareciendo en los medios gráficos y escritos durante la semana pasada, y hasta hoy mismo por aquello de San Valentín y el caso histórico, y no dudo que lo seguirá haciendo durante las generaciones, en las distintas formas en las que doña Magdalena se nos presenta a los ciudadanos. Unas veces aparece como presidenta de la Asociación del Cáncer, otras como presidenta de la AAVV del Casco Histórico. Hace unos meses incluso como jefaza de no sé qué chiringuito de la UAl.

Doña Magdalena y Cantero, como la dulce, rica y esponjosa magdalena se ha ido adaptando a los tiempos, las normas, los obradores donde se cuece la política en esta provincia y hasta a los propios partidos que han ido marcando el camino del poder en Almería.

La señora Cantero, doña Magdalena, ha aprendido a ser magdalena de concha, redonda y con copete, cuadrada, alargada a la valenciana, pasiega si hacía falta…

Con bolitas de chocolates, con mermelada en su interior, miel y cualquier otro producto que mereciera formar parte de esa dulce magdalena que ofrecer al ciudadano. Y qué ciudadano, díganme ustedes, es capaz de no disfrutar de una rica y esponjosa magdalena, le puede llamar “madalena”, lo permite la Real Academia Española.

A destacar de todo lo que le hemos leído en días pasados sus palabras sobre la situación que viene padeciendo el entorno del enfermo de cáncer. Estoy con ella, en España mueren más por esta lacra que por el propio Covid, pero desde las alturas políticas no se le presta la misma atención. Es como si esta sociedad hubiera perdido la lucha contra el cáncer, como si nos hubiéramos acostumbrado a convivir con esa maldita enfermedad.

Que no se me olvide en este día, desde el hermoso pueblo de Lucainena de Las Torres, y desde la Luz del Desierto, felicitar a todos los Valentines y a los enamorados. ¡Por todos ellos! ¡Chin-chin!