A Javier Aureliano se le puede atragantar la “Maritoñi”


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

En el mercado de la alimentación andaluza existen dos exquisitas tortas. Las “Maritrini”, las famosas sevillanas, secuestradas y envueltas ellas entre unos papeles especiales que las mantienen sabrosas y con el aceite justo para nuestro paladar. Demasiado delgadas me han parecido siempre las de Sevilla, con lo que una sola no calma las ansias y hambres que se tienen a la hora de los desayunos y en esas horas de la media tarde, en la que el cuerpo vuelve a pedir un “cafelito” con pastas. Tuve que dejar de comprarlas, tenía el peligro de convertirme en una “Maritrini”.

La segunda torta, más cercana a Almería, es la “Maritoñi”, granaína ella, distinta a la vecina sevillana, más gruesa que la que se baña en el río Betis, con bizcocho, crema y azúcar glasé que la hace deliciosa. Llena más, cubre más las necesidades de nuestros ansiosos estómagos.

De la Maritoñi que uno quería escribir hoy no está secuestrada o envuelta en papel, ni se la puede usted comer en el desayuno o en la merienda. Es la alcaldesa de Garrucha. La de las mejores gambas rojas del mundo. La señora le tiene ganas al mundo y anda a la gresca contra aquellos que, según ella, han mantenido a su Consistorio como andan las exquisitas tortas granaínas y sevillanas, secuestrado, envuelto su ayuntamiento en unos papeleos que no han beneficiado a su pueblo a lo largo de los últimos cuatro años.

¡Está que muerde la señora alcaldesa, y eso que solo ha enseñado los dientes, como diga de ponerlos a trabajar! Doña Maritoñi no se ha arredrado y lanza sus diatribas, sus quejas y sus amenazas contra quienes ella ve como culpables de ese secuestro. En todo lo alto, en la picota, como corona y jefe supremo del secuestro de su Ayuntamiento, doña Maritoñi, la alcaldesa de Garrucha, no la exquisita torta granaína de bizcocho y crema que se baña entre el Darro y el Genil, pone al presidente de la Diputación y jefe de Galasa, Javier Aureliano García.

Javi, ¿a quién apoyas, a Casado o a Ayuso?

Has mandado a Ramón Herrera por delante y le has hecho un roto al pobre. Ramón, no tenía agua la piscina ¿verdad?

¡Ay, Almería, el agua, siempre el agua en medio de nuestros problemas, nuestras cuitas, nuestras sempiternas guerras! ¿Creen ustedes que algún día acabaremos con las guerras por el agua? No, verdad. Me lo temía.

Cuidado Javier Aureliano, enfadada anda la alcaldesa garruchera. Está que echa humo, y parece que con razón. Amárrate los machos, yo lo haría, que esta torta “Maritoñi” se te puede indigestar. ¿Tienes omeprazol a mano? Creo que es momento de que mandes a tu vice, el que habla con Dios, el que eleva sus ojos al cielo, el que pide paz y amor en sus pregones de Semana Santa e intente serenar los exaltados ánimos de la señora alcaldesa.

En la larga misiva dada a conocer por la Maritoñi garruchera, acaba con una clara amenaza, “nos van a oír”, “daremos que hablar”, “no nos callaremos”. Y eso va por ti, presidente, ten cuidado. Pon la colada a dar vueltas en la lavadora, el chorreo que te viene encima no sé cómo lo vas a lavar, por mucho que te escondas tras Casado ¿o ahora es tras Ayuso?