El reo ya contaba con una condena de ocho meses de prisión por hechos similares
ALMERÍA HOY / 05·12·2021
Una juez de Almería ha condenado a dos años de prisión al pasajero de un buque procedente de Nador (Marruecos) que desembarcó en el Puerto de Almería con 321 tabletas de resina de cannabis adheridos a su cuerpo, lo cual fue descubierto por los agentes del destacamento fiscal que lo cachearon cuando pasaba por el control de usuarios.
Según consta en la sentencia, consultada por Europa Press, el hombre portaba en total 1.887 gramos de hachís repartido en placas y distribuido por todo su cuerpo, de modo que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 3.000 euros, según las estimaciones realizadas.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 8:25 horas del 19 de marzo de 2019, cuando el acusado de 44 años desembarcaba del ferry 'Duba bridge' portando el estupefaciente, que había tratado de ocultar entre sus ropas a la espera de poder pasar desapercibido ante el control policial.
El fallo, dictado en firme y que también condena al acusado al pago de 4.000 euros, considera demostrado que el destino de la droga era su venta ilícita a terceros, lo que comporta un delito contra la salud pública recogido en el artículo 368 del Código Penal.
La juez ha denegado la suspensión de la pena privativa de libertad y ordena la ejecución del fallo, ya que además el acusado cuenta con antecedentes mediante una sentencia dictada en Melilla en noviembre de 2017 por un delito de tráfico de drogas que le condenó a la pena de ocho meses de prisión.
Según consta en la sentencia, consultada por Europa Press, el hombre portaba en total 1.887 gramos de hachís repartido en placas y distribuido por todo su cuerpo, de modo que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 3.000 euros, según las estimaciones realizadas.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 8:25 horas del 19 de marzo de 2019, cuando el acusado de 44 años desembarcaba del ferry 'Duba bridge' portando el estupefaciente, que había tratado de ocultar entre sus ropas a la espera de poder pasar desapercibido ante el control policial.
El fallo, dictado en firme y que también condena al acusado al pago de 4.000 euros, considera demostrado que el destino de la droga era su venta ilícita a terceros, lo que comporta un delito contra la salud pública recogido en el artículo 368 del Código Penal.
La juez ha denegado la suspensión de la pena privativa de libertad y ordena la ejecución del fallo, ya que además el acusado cuenta con antecedentes mediante una sentencia dictada en Melilla en noviembre de 2017 por un delito de tráfico de drogas que le condenó a la pena de ocho meses de prisión.
