Los palacetes de Chávarri en Mojácar y Bédar: Dos restauraciones con desigual resultado

Ambos fueron diseñados por el mismo arquitecto a finales del siglo XIX, pero mientras uno ha sido rehabilitado para disfrute de su actual propietario con los materiales originales y respetando el estilo, el de la costa lo ha sido pensando en su uso hotelero


La casa de los ingenieros de Bédar en 1905.

JUAN A. SOLEDR JODAR* / ALMERÍA HOY / 23·10·2021

Fue por 2015 cuando apareció la primera fotografía histórica de la casa de los ingenieros de Bédar o ‘chatêtelet’ de los Chávarri, también conocida como “Casa Rosa”.

Este edificio histórico de Bédar estuvo a punto de desaparecer, completamente en ruinas y con la fachada combada y amenazando derrumbe. Solo el empeño de los propietarios impidió su ruina total, llevando además a cabo una restauración muy conseguida, siguiendo toda la información de la que se disponía durante esos años, básicamente la proporcionada por los testimonios que aún recordaban el aspecto y distribución interior de esta casa.

La rehabilitación se completó antes de la aparición de la fotografía de 1905, por lo que no pudo reconstruirse la escalera anterior de acceso a la segunda planta, algo que no desmerece para nada la cuidada restauración, en la que se utilizaron los materiales originales siempre que fue posible, respetándose en el resto el estilo general de este hermoso edificio.

La historia de esta casa queda recogida en la obra, recientemente publicada, ‘Minas, Cables, ferrocarriles, fundiciones y embarque de Minerales Bédar, Los Gallardos, Garrucha, Mojácar, Turre y Vera (1840-1970)’, publicada por la editorial Arráez.

El palacete de Bédar y el palacio de la finca del Moro Manco, en Mojácar, fueron residencias utilizada, tanto por el ingeniero Víctor Chávarri Salazar como por su hijo Víctor Chávarri Anduiza, quien fue marqués de Triano, en las visitas a sus negocios almerienses.

El bedarense fue la casa de dirección construida a la vez que el ferrocarril minero de los Chávarri, entre 1895 y 1896. El otro palacio se construyó en el puerto de descarga, en Mojácar, casi con total seguridad, ambos fueron diseñados por el mismo arquitecto. El de la costa, antes de ser remodelado, presentaba una escalera frontal del mismo tipo que la de su homónimo de Bédar. En la obra antes citada se muestran las primeras fotografías inéditas del palacio mojaquero antes de su reconstrucción, así como el añadido de su nueva fachada de estilo oriental, que se llevó a cabo probablemente en 1909.

Puede decirse, sin lugar a dudas, que la restauración del palacete de los Chávarri en Bédar ha sido mucho mejor y ha conservado con mayor fidelidad el espíritu histórico del edificio que la que se ha llevado a cabo con el de Mojácar, incorporado en el hotel ‘Alegría’, cuya restauración parece que ha seguido otros criterios más comerciales.

La restauración del palacete de Bédar, emprendida por el actual propietario, Jesús Fernández, ha seguido el estilo original de la casa, tanto en la carpintería como en los elementos de hierro forjado, utilizando los materiales originales del edificio siempre que fue posible. Desde el edificio se podía controlar toda la actividad en la estación de ferrocarril de Tres Amigos, motivo por el cual el edificio contaba tanto con las oficinas para los empleados de la ‘Chávarri, Lecoq y Compañía’ (seguramente en la planta inferior) y unos lujosos aposentos tanto para el ingeniero jefe de la compañía (Manuel Figuera, primero, y Andrés López de La Presa, después), así como para las visitas, bien documentadas, que efectuaron Víctor Chávarri y su hijo para inspeccionar sus negocios mineros en Almería.

Hay que agradecer a Jesús Fernández la recuperación de este edificio, parte del patrimonio histórico de Bédar, especialmente habiéndolo hecho con tanto cariño y sin ninguna ayuda o subvención.

*Publicado originalmente en El Faro de Bédar.

Entrada original del palacio Chávarri en Mojácar hacia 1898, antes de añadirse la nueva fachada de estilo orientalizante, incorporada en 1909.