Pan y circo en Carboneras


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SAVONAROLA

Tantas veces he repetido, ¡ay, queridísimos míos! aquellas palabras del rey Salomón, nihil novum sub sole, que os confieso que me turba volver a tener que emplearlas una vez más.

Porque, en verdad os digo, mis amados hijos del Altísimo, que una de las cosas que más aterra a este viejo y ajado fraile, es comprobar cómo los hombres repiten la Historia una y otra vez. Pero del mismo modo que el hámster recorre su rueda 60 veces por minuto, ciertos políticos insisten una y otra vez en las mismas prácticas que alguna vez dio buen resultado a alguien hace miles de años.

No es preciso hurgar en demasía ni buscar mucho, caros míos. Basta con asomar algún sentido a la realidad para toparnos con dignos ejemplos de aquesto que os refiero.

Empero, antes de hablaros dello, conviene que os recuerde cómo hace casi dos mil años que un poeta de Aquino, por nombre Juvenal, reprochaba la pasividad e inmovilismo de sus conciudadanos ante las intrigas y maniobras del emperador Domiciano para controlar a la población.

Según cuentan las crónicas, el odioso tirano, hermano de Tito, que le precedió en el cargo, para garantizarse la calma de las masas ante la continua matanza de oponentes que derrochaba el emperador, no escatimaba recursos en financiar, con el dinero de Roma, grandiosos fastos. Panem et circenses, llamó el poeta, en la décima de sus sátiras, a aquella manera de comprar voluntades con el dinero de todos los romanos.

Nunca faltaban excusas para organizar una fiesta. Que si una fecha de significancia política; ora el aniversario de un episodio histórico; quizás la conmemoración de una batalla o la llegada a la ciudad de algún dignatario extranjero.

El pretexto más ligero sirvió para organizar un evento festivo que se correspondía, además, con un día de vacaciones para todos los empleados públicos. A tal punto llegó la frecuencia de estos jolgorios, que los funcionarios de aquella Roma llegaron a contar con ¡182 días libres en un solo año! por este concepto, es decir, sumados a los marcados en rojo en el calendario.

Observad, hermanos míos, de qué manera el tirano procuraba mantener contentos y generosamente comprados a aquellos de los romanos más próximos al poder, o sea, a él mismo, que no son otros sino los empleados públicos. Así se aseguraba la calma e, incluso, que mataran para preservar en el trono del Imperio al déspota que tan pródigo se mostraba con ellos.

Y tanto y tan fielmente vuelve la Historia, mis queridos hermanos en Cristo, que, por volver, hasta vuelve también un ‘Tito’ junto al nuevo Domiciano de hogaño.

Aunque alejado de la feria de las vanidades tiempo ha, este anciano monje tiene a bien presumir de la inteligencia de sus discípulos y lectores, y entiende que todos vosotros sabéis, llegados a este punto, que os hablo del ímprobo regidor de Carboneras.

Tal vez conozcamos algún día si fue idea de José Luis Amérigo o de su particular ‘Tito’ emular al dictador Domiciano, y a tantos que le precedieron y sucedieron, en duchar con el erario a los empleados públicos.

Pues hays de saber, si es que aún no lo habéis hecho que, a falta de días de feriados, el regidor carbonero ha resultado más hábil y diestro derramando dádivas entre los trabajadores del Consistorio que Neymar y Mbappé juntos con el balón en las botas.

Nadie le gana, ni aún le empata, lanzando complementos de productividad a más de treinta metros de distancia, dejando el sobresueldo dispuesto para que lo remate al fondo de la nómina del funcionario el delantero centro de la Hacienda local, o el otro, que todavía no está claro qué “cojones” mandan en el Ayuntamiento. ¿Serán los de Soto? ¿Amérigo? ¿el Fortuna? Los más dicen que son los del Tito.

Así, queridos hermanos, la crónica del partido señala que el primer complemento extraordinario fue marcado, poco tiempo después de iniciado el partido, mediante un soberbio disparo de productividad desde fuera del área que sorprendió al portero, el utillero e incluso al taquillero. Pese a las protestas de la oposición, el tanto subió al marcador y menguó las arcas públicas después de que algún edil examinara la jugada en el BAR.

De esa manera se premiaba el esfuerzo de los trabajadores públicos por acudir al trabajo a la hora estipulada y no abandonarlo antes de que concluyera la jornada. O, lo que viene a ser lo mismo, por no robar.

Con el uno a cero en el marcador -o con bastante más, porque ese tanto era un tiro de tres… mil pavos al año para cada funcionario a pagar por las costillas de los demás carboneros-, el equipo liderado por el sobrino continuó acechando la portería contraria. La presión era constante y el balón volvió a traspasar la línea blanca de meta.

Tras una jugarreta soberbia por banda izquierda, el concejal Soto, solo en el área pequeña, metió tres gratificaciones extraordinarias en el fondo de la red de un imparable zurdazo.

Y tan extraordinarias que resultaron estas pagas, pues se trataba ni más ni menos que de 2.381 eurazos al mes para cada uno de los tres funcionarios con habilitación nacional. Ni Messi ni Cristiano ni Haaland. Ni tan siquiera el mítico Nescafé, sino el interventor, la tesorera y la secretaria se benefician mensualmente de ese espectacular ‘sueldazo para toda la vida’. Queda por definir si la intención era el chut, tal vez un centro o, simplemente, procurar las mínimas observaciones posibles.

No obstante, y a pesar del resultado, en vez de contener y preservar el marcador, espoleados por la ambición de los auténticos campeones, sagazmente dirigidos desde el banquillo por el Tito que nunca entrenó al Barcelona, Amérigo sentenció las intenciones del Partido sobre la manera de gestionar.

La presión del líder del equipo de Gobierno le sirvió para robar el esférico y, tras cruzar todo el terreno de juego, driblando a diestro y siniestro, con una definición sólo al alcance de los elegidos por aquél que vive en las alturas, con un soberbio trallazo endosó el tanto, por ahora, definitivo, que ha supuesto otros pingües complementos mensuales de productividad a significados socialistas locales como el que fuera secretario general del PSOE carbonero, Salvador Hernández Lozano, o la exconcejala que sustituyó a la madre del alcalde, Charo Fernández, cuando fue inhabilitada por delito electoral. Entre 600 y 1.200 euros de premio reciben de los vecinos cada mes.

Sin embargo, la última hora del encuentro consiste en que el juez está revisando estas acciones. Pero no el del BAR. Tampoco el del VAR, sino el titular del número 1 de Vera. Amérigo y Soto se juegan la tarjeta roja. Seguiremos pendientes de lo que acontezca e informaremos en una nueva conexión. Mientras tanto, mis hermanos, vale.