El alcalde de Carboneras ‘avala’ la pesadilla de medio centenar de familias en El Llano de Don Antonio

La amenaza del desahucio pende sobre los inquilinos de 52 viviendas de la barriada carbonera mientras el regidor consigue que la Diputación levante a la empresa que les quiere echar un embargo por deudas al propio Ayuntamiento



ALMERÍA HOY / 23·09·2021

La pesadilla del desahucio amenaza a 52 familias en El Llano de Don Antonio. Son más de 200 personas. Aseguran estar al corriente en el pago del alquiler, sin embargo, de manera inexplicable, pesa sobre ellos la losa de una deuda contraída con el Ayuntamiento por la promotora de las viviendas que habitan. Han acudido a pedir ayuda al alcalde, pero, dicen que el regidor les ha dado la espalda mientras socorre a la empresa que les quiere echar de sus hogares.

El asunto no es fácil de entender. Comienza hace casi tres lustros. A principios de 2007, pocos meses antes de las elecciones municipales, el entonces alcalde de Carboneras, Cristóbal Fernández (PSOE), inauguraba unas pistas polideportivas en El Llano de Don Antonio. Durante la ceremonia, Fernández explicaba que la infraestructura había sido sufragada por European Sun House SL, empresa, cuyo promotor es Antonio Góngora –íntimo amigo de Cristóbal Fernández según algunos, y socio según otros- que se disponía a construir en la zona una promoción de 52 viviendas.

Las obras comenzaron, pero pronto estalló la burbuja del ladrillo. No llegaron a terminarse. Carecían de inodoros y calentadores en el mejor de los casos. El promotor no pudo hacer frente a las deudas contraídas. Entre otras, dejó a deber medio millón en concepto de tasas por obras e IBI al Ayuntamiento.

Tampoco se mantuvo al corriente en el pago del préstamo hipotecario con el que financió la construcción, por lo que terrenos y viviendas pasaron a ser propiedad de la Sareb –el conocido como ‘Banco Malo’ con el que el Gobierno de España libró de activos inmobiliarios a las entidades financieras-. Sin embargo, Sareb no llegó a inscribir en el registro de la propiedad estas viviendas. Ese limbo fue aprovechado por Góngora para firmar un contrato con otra empresa, Satek España Gestión de Activos, para que se ocupara de alquilarlas. Así lo narra José Enrique Martínez, portavoz vecinal.

ALQUILER

Y Satek comenzó a arrendarlas en 2013. Las ofrecía a muy buen precio -90 euros al mes-, pero no eran una ganga. Como hemos dicho, las viviendas no estaban acabadas. Los inquilinos, además de pagar tres años de alquiler por adelantado, debían correr con los gastos necesarios para hacerlas habitables. En el mejor de los casos, sólo se trataba de colocar el calentador, inodoros, bañeras, lavabos y amueblar la cocina, pero en otros quedaba aún mucha obra por realizar. Así incluso, todas fueron arrendadas.

Mientras tanto, el Gobierno del Ayuntamiento cambió de manos en 2011, y pasó a presidirlo el independiente Salvador Hernández (Gicar). En 2014 comenzó a reclamar la deuda a Satek, con la amenaza del embargo de las rentas, al ser éstas obtenidas a partir de un bien “gravado” por una deuda con el municipio. Ante la falta de éxito, el Consistorio inició un expediente ejecutivo el 4 de mayo de 2017.

Tres años más tarde, el 25 de agosto de 2017, Hernández firmó un acuerdo con Satek. A cambio de paralizar el procedimiento sancionador, la empresa se comprometía a realizar un primer pago de 30.000 euros y un depósito anual de 2.500. Un día antes, el ahora alcalde, pero entonces portavoz de la oposición, José Luis Amérigo (PSOE), criticaba la gestión de Hernández como “nefasta” en un comunicado en el que hablaba de “supuesta deuda” de la constructora.

DIPUTACIÓN EMBARGA

Dos años más tarde, en 2019, Amérigo llega a la alcaldía. Una de las primeras decisiones consistió en encomendar a Diputación la gestión de la recaudación de tasas y tributos municipales. La Institución Provincial descubrió que la “supuesta deuda” no debía ser tan presunta, por lo que decretó embargar al deudor.

No obstante, según el portavoz de los vecinos, José Enrique Martínez, “el alcalde Amérigo medió para levantar el embargo”.

Durante todo este tiempo, Satek no cesa de subir “unilateralmente” el precio del alquiler –“ya va por encima de los 400 euros”, dice Martínez- y emprender acciones de desahucio imponiéndoles las cargas que pesan sobre la constructora, “algo inaudito –destaca el vecino- porque las deudas no son nuestras”. En cualquier caso, gracias a la colaboración “desinteresada” que reciben de algunos abogados, han conseguido parar en los juzgados, hasta ahora, todos los intentos de desalojo. Pero no saben cuánto tiempo podrán seguir resistiendo con el propietario de las viviendas –el banco público Sareb- sin registrar su propiedad, y el alcalde “dando la espalda a los inquilinos y del lado de la empresa que nos quiere echar de las casas estando al corriente del alquiler”.

Además, se quejan de que “es la única zona de la barriada en que el Ayuntamiento no limpia las calles ni realiza el mantenimiento de las infraestructuras urbanas. Si se funde la bombilla de una farola, se queda a oscuras para siempre”. Y la pesadilla continúa.

"¡CÓMO TE ACERQUES TE PEGO DOS ¡GUANTÁS'!

Quien conoce a José Enrique Martínez –portavoz de los vecinos afectados por los intentos de desahucio en El Llano de don Antonio- sabe que es un hombre incapaz de agredir a nadie. Pero, eso no significa que permita comportamientos “hipócritas” a su costa.

Un diputado socialista almeriense –Indalecio Gutiérrez- había propiciado un encuentro con el secretario general del PSOE andaluz Juan Espadas, para que Martínez le explicara el “calvario” que estaban atravesando. El lugar elegido fue el restaurante Sol y Playa, donde el entonces candidato a las primarias del PSOE se había citado con los militantes carboneros el pasado 10 de junio.

Cuando Gutiérrez y Martínez se dirigían hacia Espadas, Cristóbal Fernández –que escoltaba al candidato- se dirigió hacia ellos con la mano tendida diciendo “¡qué alegría de verte, Juan Enrique!”, a lo que el interpelado respondió “¡cómo te acerques te pego dos ‘guantás’!”. Y el exalcalde se dio la vuelta y desapareció.

“Cristóbal Fernández nos había engañado a todos”, alegó Martínez para justificar su rechazo al saludo de Fernández.

Después, tras poner al corriente a Juan Espadas, el nuevo líder socialista andaluz preguntó a José Luis Amérigo si estaba ayudando a los vecinos. “Sí”, contestó el regidor. “¡Mentira!”, reaccionó el portavoz de los afectados. Como en el Huerto de los Olivos, hasta tres veces se repitió la escena.