Partes de kilometraje: Otra prueba del presunto absentismo de forestales del Levante

Informes aportados por los propios agentes revelan que, en muchos casos, ni siquiera cubrirían los kilómetros que separan sus domicilios de las áreas en que deberían prestar servicio


El vehículo de trabajo del coordinador de los forestales del Levante, Ignacio de la Torre, estacionado el pasado 20 de julio de 2020 a  cien kilómetros de su área de trabajo, en una calle de El Zapillo, donde el empleado público posee una segunda residencia.


ALMERÍA HOY / 25·07·2021

Dice el saber popular que una imagen vale más que mil palabras, y Medio Ambiente tiene en su poder las contenidas en 135 vídeos que demostrarían las reiteradas faltas y retrasos al trabajo de cinco de los seis agentes que prestan servicio en el Levante de Almería -la Unidad Biogeográfica 2 (UB2) en la terminología del departamento-, denunciadas en septiembre de 2019 por el sexto componente de la plantilla.

Por si no fueran suficiente, las matemáticas -disciplina conocida también como ciencias exactas- sirven para explicar lo mismo a partir de otra prueba a la que ha tenido acceso ACTUALIDAD ALMANZORA: Los partes de kilometraje de los vehículos oficiales que rellenan todos los meses los propios forestales. Se trata de los coches que utilizan para desempeñar el cometido por el que perciben puntualmente un sueldo a costa de los impuestos que pagan los andaluces.

La primera evidencia que aportan esos documentos muestra, durante el periodo de cuatro meses analizado, que, en la mayoría de los casos, los agentes ni tan siquiera recorren la distancia que separa sus domicilios de los términos municipales que deben controlar. Es en sus hogares donde estacionan a diario los coches de trabajo contraviniendo de manera consentida las normas dictadas por la Secretaría General Técnica de la propia Consejería, que exige aparcarlos al final de cada jornada en dependencias públicas; en este caso, en las instalaciones de que dispone Medio Ambiente junto a la carretera del pantano de Cuevas del Almanzora.

EL ‘CAMPEÓN’

Según el cuadrante de servicios y los partes de kilometraje, José Ángel Rodríguez Fenoy sería el indiscutible y destacado ‘campeón’ del presunto absentismo en la comarca del Levante.

El caso de Rodríguez Fenoy presenta una singularidad adicional, y es que vive en Cabo de Gata, es decir, en otra Unidad Biogeográfica, una situación expresamente prohibida por la Consejería que, sin embargo, parece permitir con pleno conocimiento de la circunstancia.

Esa particularidad significa que, sólo para desplazarse hasta Turre y Mojácar y regresar, debe hacer a diario 168 kilómetros con el coste que eso supone, tanto en combustible como en desgaste del vehículo público.

Pero, una vez analizado el kilometraje realizado –insistimos, reportado siempre por el propio agente-, se puede observar que, en junio de 2019, de los 3.192 que debió recorrer únicamente para ir y volver al trabajo durante los 19 días que debió prestar servicio, ¡sólo hizo 1.016!, es decir, 2.176 menos. Este dato, a falta de aclaraciones de la Delegación Provincial de Medio Ambiente, se puede interpretar con que ni siquiera habría acudido al menos 13 de los días que le tocó laborar ese mes. Es muy probable que fueran más, porque la principal misión de los agentes de Medio Ambiente consiste en patrullar por los términos municipales que les son adscritos, inspeccionando a diario hasta el más recóndito confín de las áreas asignadas. Insistimos en que los datos aquí expuestos se refieren únicamente a la distancia entre sus domicilios y el centro/oficinas de trabajo.

Lejos de ser un hecho aislado, el dato se repite. Así, en julio de ese mismo año Rodríguez Fenoy tendría que haber trabajado 15 jornadas y hacer 2.520 para desplazarse a su puesto, pero el coche rodó únicamente 1.674, es decir, 846 menos, el equivalente a cinco días de sólo ir y venir.

Lo mismo ocurrió en agosto, mes en que recorrió 916 kilómetros menos –el equivalente a 5,5 días- de los necesarios para acudir al trabajo los 14 días que le tocaba hacerlo; y en septiembre, mes en que debió prestar servicio 11 días, pero hizo 316 kilómetros menos de los imprescindibles para llegar a su zona. Serían, como mínimo, el equivalente a dos jornadas sin moverse de casa.

‘SEGUNDO CLASIFICADO’

En esta supuesta liga de presuntos absentistas, David Ortiz sería acreedor al segundo puesto. Los ‘méritos’ de este agente, que vive en Mojácar y su zona asignada es el término municipal de Pulpí, consistirían en los 755 kilómetros que le faltaron para recorrer la distancia que debió cubrir sólo para ir al trabajo los 20 días que le correspondían en junio de 2019, es decir, salvo en el improbable caso de haber llevado el coche a lomos de una grúa, habría faltado a su puesto al menos en 8 ocasiones.

En julio llegó a superar incluso al ‘campeón’, pues le faltaron por hacer 1.095 kilómetros para cubrir los 1.440 que tendría que haber hecho para llegar y volver de Pulpí los 15 días que debió hacerlo. Se trata del equivalente a 11,5 jornadas.

En agosto le faltaron 698 para llegar a los 1.056 kilómetros que debió hacer en 11 días de trabajo. Le faltaron los correspondientes a 7. Sólo en septiembre hizo más kilómetros que los necesarios para desplazarse al lugar de trabajo. Concretamente fueron 702 más en los 21 días que el cuadrante le asignaba en servicio. Eso significa una media de 33,4 km de patrulla diaria.

EL ‘TERCERO’

El pódium lo completa Francisco Arias. Los mejores registros los obtuvo en agosto. Aunque tiene su residencia en Garrucha, Arias debe patrullar por Los Gallardos, Bédar, Lubrín y Sorbas. Sin embargo, en el citado mes de 2019 recorrió 723 kilómetros menos de los imprescindibles para llegar a alguno de los pueblos de su jurisdicción, lo que podría suponer que no lo hiciera la mitad de los 24 días que tendría que haberlo hecho.

En julio sólo le faltó un kilómetro para cumplir los necesarios para cubrir la distancia entre su domicilio y el puesto de trabajo los 23 días que estuvo de servicio, y en junio le sobraron 65, es decir, que habría patrullado 3,8 km diarios durante los 17 días que debió hacerlo.

EL JEFE

Mención aparte merece el caso del coordinador comarcal, Ignacio de la Torre. Vive en Garrucha y su puesto de trabajo está, como los anteriores, en Cuevas del Almanzora. Son 30 kilómetros de ida y vuelta.

De la Torre presentó también un balance de kilometraje negativo en 9 con respecto al necesario sólo para cubrir el desplazamiento durante el mes de agosto de 2019, cuando debió trabajar 10 días. El resto de meses analizados presenta, en cambio, resultados dispares. Así, mientras en junio y julio estuvo los mismos 17 días de servicio, los kilómetros recorridos, una vez restados los obligados por el desplazamiento, fueron 1.088 y 602 respectivamente. Se trata de una diferencia importante que, tal vez, podrían explicar las numerosas ocasiones en que su vehículo de trabajo ha sido visto aparcado en el barrio almeriense de El Zapillo, donde posee un asegunda residencia.

Valga todo lo anterior sin menoscabar que los agentes puedan hacer autostop, se muevan en taxi o sean traídos y llevados por terceros.