Sobre arroces y transparencia


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MARTÍN GEREZ*

Lo más absurdo que puede ocurrirle a un cargo público es acabar inhabilitado por una sentencia judicial por ocultar información sobre un expediente público. Lo es porque, cuando se deje de ejercer el cargo, la información ya no se podrá ocultar y seguirá teniendo relevancia legal y social. La pasada semana, desde el Grupo Municipal Socialista, se hizo pública la factura de un restaurante que había hecho efectiva el ayuntamiento con un coste total de 1.117 euros repartidos entre seis botellas de Ribera del Duero, veinte arroces con bogavante hasta terminar con gin tónics y güisquis propios de una comilona opípara y distendida.

El ágape se había celebrado a principios de julio del pasado año sin recordar ninguna visita con tantos invitados. De ese modo, se solicitó información adicional sobre los asistentes, el motivo de la comida y quien la había autorizado. El alcalde y su equipo no asumen que se les pregunte por cosas semejantes. Su concepto de transparencia se limita a que los medios de difusión, con excelentes contratos publicitarios, por supuesto, publiquen diariamente la nota de prensa que el servicio de propaganda (porque se trata solo de eso) les envía.

Para el Grupo Popular de Vera la transparencia, de la que presumen, no implica que los contribuyentes sepan dónde pasa la jornada cada concejal o concejala, muy bien pagados, por cierto, a qué hora llegan o salen del ayuntamiento, a quien reciben y con quien se reúnen. Hasta les molesta que se sepa cuánto cobran de las arcas públicas. Mucho menos iban a estar dispuestos a decirnos a quién habían invitado. Hasta ahí podíamos llegar.

Así, desde la página del PP, no desde el ayuntamiento, publican la lista de comensales y afean a la oposición que se haya sabido a través de su nota. Los agraciados con ese dispendio de dinero público fueron el Consejero de Salud, su delegado provincial, varios directivos del SAS y, por supuesto, sus anfitriones locales, el alcalde y varias concejalas y concejales. El motivo era conocer el local donde se iba a ubicar la sala del 061, y por supuesto reconocer (según dice el comunicado del PP) la enorme importancia de nuestro municipio para la Consejería de Salud (tanta que ni siquiera convierten en permanente el consultorio de la costa, solo abierto en julio y agosto).

Por lo visto, a esto el PP lo llama ejercicio de transparencia después de estar seis meses a la espera de la respuesta municipal. La revelación de la lista de comensales y el motivo de la visita provocan tanta indignación que casi hubiera sido mejor para ellos estar callados y exponerse a una inhabilitación de alguno de sus cargos. La comida no fue otra cosa que un grosero acto partidista, un acto de arrogancia por parte de los directivos de la Consejería que decidieron darse una vuelta y buscar quien les justificara el viaje y les invitara a comer.

Por supuesto lo encontraron en el alcalde y sus concejales tan dados a las actitudes serviles con quien consideran están “por encima”, y al agradecimiento y el halago en exceso porque esos cargos públicos destinen dinero público al servicio de los ciudadanos, como si no fuera un derecho, y si un favor que se les hace. Sinceramente vergonzoso. Pues eso, arroz con bogavantes, Ribera del Duero, helados de piña y que paguen otros…. Pero viva la transparencia.

*Martín Gerez es portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayumntamiento de Vera.