Almería afronta una Semana Santa 'sin pasión' ni turismo, por segundo año consecutivo

La pandemia vuelve a tumbar una de las fuentes de ingresos más fuertes de la provincia


Las grandes cadenas hoteleras de la provincia mantienen sus hoteles cerrados ante la falta de turistas

ALMERÍA HOY / 27·03·2021

La Semana Santa es algo más que unas simples vacaciones para la economía almeriense. Ha sido siempre un termómetro para tomar el pulso al año turístico. Un avance de temporada fundamentado en dos ingredientes, la festividad religiosa y sus procesiones, muchas de ellas declaradas de Interés Turístico, sus playas y el sol. Un cóctel que no todas las ciudades con tradición en la celebración de la semana santa pueden tener. En toda esta semana llegarán alrededor de 80 vuelos al aeropuerto de Almería. Nada de rutas internacionales que enlacen con la provincia, pero tampoco los trayectos entre Almería con Madrid y Barcelona son los que fueron. La semana santa tiene en cada pueblo de Almería un motor económico extraordinario, que ahora late a bajas revoluciones. El atractivo especial en la exposición pública de esta tradición de corte religioso en la provincia se diluye con la actual situación.

Las cifras económicas en torno a esta fiesta se desmoronan. Huércal Overa, Vélez Rubio, Berja, Cuevas del Almanzora o Almería, entre otros, son algunos de los referentes reconocidos por el explendor de sus procesiones. Mojácar, Vera, Garrucha, Roquetas de Mar, Adra o Almerimar, son destinos consagrados desde el punto de vista turístico para disfrute de un turismo nacional ahora cerrado a cal y canto, a golpe de eso que llaman 'cierre perimetral'. Almería afronta, con resignación, un segundo año de golpe a su economía con la mayor parte de sus hoteles con las puertas 'echadas'. El turismo y la hostelería, en las consecuencias de esta semana, también cerrados al mundo. Los ayuntamientos se esfuerzan en generar un ambiente local envuelto en la magia propia de estas celebraciones, pero sin celebrar. Carteles que anuncian una semana 'sin pasión', exposiciones que recuerdan tanto explendor aparcado, o algún concierto sacro aislado, más bien pocos por las resticciones de aforo y por la nula voluntad de muchos ayuntamientos a apostar por la cultura como forma de curar el alma, tan dañada y golpeada por el Covid.

Además, la provincia de Almería es un destino clásico para miles de personas que tienen aquí una segunda residencia. Esa casa en el lugar soñado como punto de escapada en vacaciones y a la que, actualmente, no se puede acceder por el cierre perimetral de las comunidades. Al amparo de esta decisión que afecta a todo el país, se han activado controles en estas zonas de playa que reúnen mayor número de viviendas de segunda residencia. Vera Playa es uno de estos lugares, San Juan de los Terreros, Villaricos, San José, Almerimar o Roquetas de Mar. La dañada economía almeriense, por motivos del Covid, sufre más en estos días viendo como se escapa otra oportunidad de remontar el vuelo que no llega.