“Si cae la Hostelería será imposible reconstruirla”

Ginés Carmona, la cara visible de Terraza Carmona, uno de los referentes de la hostelería almeriense, analiza con preocupación el momento que vive el sector a causa de la pandemia


“Si cierran las empresas, los españoles no podrán trabajar, no pagarán impuestos y la deuda seguirá creciendo”.


ALMERÍA HOY / 22·11·2020

Las últimas restricciones han provocado el cierre temporal de numerosos establecimientos, entre ellos el simbólico de la familia Carmona. Otros están pensando en el definitivo. Este veterano empresario pide al Gobierno que se deje de “medias tintas”. Advierte que el sector “se puede caer para siempre” y que necesita “ayudas para afrontar las limitaciones impuestas a la actividad”. Hay muchos puestos de trabajo en juego.

- ¿Cuál es la realidad de la Hostelería hoy?
- Las restricciones ya las conoce todo el mundo. Son muy duras y prefiero imaginar que las más adecuadas desde el punto de vista sanitario. A los más grandes nos hacen mucho daño y no quiero pensar cómo pueden repercutir en los negocios más pequeños. Para nosotros va a ser enorme. De hecho, nos hemos visto obligados a cerrar hasta que cambie este escenario. Más del 90% de los clientes que tiene la restauración en Vera son personas que vienen de fuera por motivos de negocio, a realizar gestiones o por turismo gastronómico, en lo que nuestra ciudad se ha convertido en un referente. La limitación de movilidad entre los pueblos es el inconveniente más importante que vamos a sufrir, muy por encima de las restricciones horarias. Muchos no lo van a poder soportar y no son pocos los que están barajando el cierre.
- ¿Qué medidas pediría al presidente del Gobierno para amortiguar el golpe?
- Que las medidas no se pueden tomar a medias tintas.
- Explíquese, por favor. - Hasta ahora sólo se han puesto parches. Han estigmatizado a la Hostelería como un foco de contagio, algo que no es cierto. Tendrían que haberla cerrado y compensado en la medida de lo posible. Lo que no pueden hacer es estrujar poco a poco al sector. Primero cerrando la barra, luego limitando los aforos y obligándonos a trabajar en unas condiciones económicas imposibles.
- Sin embargo, cuando los cierran será porque los asesores del Gobierno tienen la certeza de que son culpables de un porcentaje importante de las infecciones.
- Supongo que serán los mismos asesores que no conocen ningún caso de contagio en un centro comercial ni en las grandes supermercados y por eso no les limitan sus horarios. Yo no lo creo. No hay nada más que ver cómo continúan disparados los casos de positivos diagnosticados en poblaciones que han cerrado la Hostelería. Es muy posible que bares y restaurantes sean los lugares más seguros para desarrollar la actividad económica después de las drásticas medidas de seguridad que hemos adoptado. No vamos a negar la posibilidad de que haya existido algún contagio, pero no tenemos la culpa de todos ni de la mayoría. No obstante, si lo creen necesario, que nos cierren del todo y compensen debidamente el cese de la actividad.
- Pero, aunque es cierto que con limitaciones, con las nuevas restricciones pueden seguir trabajando. - ¿Y cómo le pago yo a una plantilla de 49 trabajadores si no pueden entrar más de 30 personas a una celebración? A mí no me lo ha explicado nadie aún.
- Entonces, ¿qué debería cambiar el Gobierno?
- Debería fijarse en otros países como Alemania. Allí han cerrado la Hostelería a cal y canto, pero con ayudas equivalentes al 70% de lo facturado en el año anterior. Práctico y sencillo. De esa manera se puede mantener a la plantilla. Si no se hace algo así, tendremos que pensar en prescindir de personal y el problema se va a multiplicar. Hay que copiar lo bueno de otros sitios. Nunca está de más.
- La diferencia es que Alemania no tiene una deuda como la de España.
- Una deuda que pagamos los ciudadanos. Si cierran las empresas, los españoles no podrán trabajar, no pagarán impuestos y la deuda seguirá creciendo. Seguro que el presidente del Gobierno será capaz de encontrar partidas menos urgentes en el presupuesto.
- ¿Las de asuntos sociales en tiempos como los que corren?
- Yo no estoy en contra de eso. Pero precisamente es necesaria la supervivencia de las empresas y que los trabajadores puedan ganar un sueldo para poder ayudar a quienes sufren circunstancias adversas. Si nadie genera dinero, no será posible ayudar a quienes lo necesitan. Tiene que haber pilares sólidos para soportar el edificio.
- ¿Congelar los sueldos de políticos y funcionarios?
- Es lícito que cada cual aspire a conseguir el máximo, pero lo primero es mantener lo que tenemos. Es absurdo subir un escalón para, a continuación, bajar cuatro de golpe.
- ¿Se verán obligados a despedir trabajadores en estas circunstancias?
- No nos hemos planteado despedir a nadie y los movimientos que se hagan será siempre consensuados. Seguimos manteniendo la misma plantilla de 49 trabajadores desde hace 16 años. Jamás ha habido ningún despido en esta casa. También he de decir que los trabajadores están comprometidos con la empresa y son parte de ella. Tenemos muy claro que, en la Hostelería, el material humano es tan importante como la calidad de la materia prima. Por eso es necesario apoyar al sector, porque hay muchas familias detrás.
- En los presupuestos han aumentado los gastos en asesores y para mantener las estructuras del Gobierno y los partidos. ¿Quizás por eso el Gobierno no ve la situación tan mal?
- Yo tampoco la veo mal, sino difícil. No quiero ser pesimista, pero si el camino no se allana llegará un momento en que muchas empresas no podrán subirlo y caerán en cascada sobre las demás. Yo quiero salvar mi restaurante para, a partir de ahí, mantener todo lo que haga falta. Si no se ponen soluciones ahora caeremos muchos, y el edificio después de la batalla resultará muy difícil de volver a levantar. No queremos embellecer el edificio. Con apuntalarlo para que no se caiga nos basta. Si lo dejamos caer, será más costoso reconstruirlo, por no decir imposible, y nos acordaremos de ese puntal que no pusimos en su día. Por eso considero urgentes las ayudas para apuntalar la Hostelería.
- ¿Otro gobierno habría gestionado mejor esta crisis?
- Yo no quiero mezclar política y realidad. Me da igual el color del partido que gobierne. Sólo le pido altura de miras y sentido de Estado. Que sean conscientes de que tenemos un problema que ha de resolverse con el trabajo de todos, ya sean rojos, azules, naranjas, verdes o morados. Lo importante es sacar el país adelante ahora, en una situación como la que estamos viviendo.
- ¿Y la sociedad?
- La sociedad está respondiendo con bastante educación, algo que se echa en falta en el Congreso de los Diputados, que con tanta frecuencia se convierte en un gallinero dando un pésimo ejemplo a la ciudadanía, que a veces también imita a sus representantes.