“El Estado nos trata como una piñata; nos da palos, recoge los caramelos y después a la basura”

La Hostelería, uno de los principales motores de la economía de la provincia y de España entera, y es uno de los sectores más castigados por la crisis generada por la pandemia


 "¿Conoce alguien un foco de contagio que haya partido de un restaurante?", pregunta Guillermo.

ALMERÍA HOY / 13·11·2020

La Hostelería, uno de los principales motores de la economía de la comarca y de España entera, es uno de los sectores más castigados por la crisis generada por la pandemia. Cada anuncio de medidas supone una nueva restricción, y los propietarios de los establecimientos se sienten abandonados. Viven en un océano de incertidumbre que cada día devora víctimas del naufragio. Así lo ve Guillermo González, el joven propietario de Hoyo 19 Triana, un emblemático restaurante en Vera.

- Tras ocho meses de restricciones que ahora van a más, ¿cómo se siente?
- El sentimiento mayoritario en mi sector y la sociedad en general es de incertidumbre. No es fácil tomar decisiones cuando no sabes qué medidas se van a aprobar mañana, porque todos los días se anuncian que se van adoptar nuevas limitaciones, pero no sabemos cuáles ni cuándo se pondrán en marcha.
- ¿Considera peor la incertidumbre que la situación en sí?
- Sin duda. En la crisis de 2008 todos sabíamos que la situación era difícil. Sin embargo, hacías tus números y trabajabas con unas previsiones, por malas que fueran. Nosotros hemos podido salvar el verano gracias a la gente de la zona, al turismo nacional y a los residentes ingleses. Sin embargo, las últimas restricciones decretadas justo en uno de los meses más flojos del año para el conjunto de la Hostelería, como es noviembre, a nosotros nos ha obligado a cerrar tres días a la semana y someter a la plantilla a un expediente de regulación temporal del empleo (ERTE) de entre un 40% y un 50% del horario y el sueldo, pero no sé si esta decisión va a ser la mejor mañana.
- ¿Cómo se traduce esto en ingresos?
- Este mes de septiembre hemos facturado la mitad que en años anteriores y octubre ha ido por el mismo camino.
- ¿Siente algún amparo por parte de las administraciones?
- La sensación que me queda es que esto lo vamos a superar los empresarios con nuestros ahorros. Quien no tenga una reserva, lamentablemente se quedará por el camino. - Sin embargo, los gobiernos de todas las administraciones han anunciado planes de ayuda para autónomos y pequeñas empresas.
- Pero no son como dicen. Por poner un ejemplo, el Gobierno de España no subvenciona la mitad de la cuota de la Seguridad Social, sino el 90% de esa mitad el primer mes, el 80% el segundo y así sucesivamente. Es decir, cada vez menos ayudas.
- ¿Alguna rebaja en la presión fiscal?
- No sé a otros. A mí me cobran el 100% de los impuestos. Durante los tres meses que estuvimos cerrados a causa del confinamiento no hubo compasión ninguna. El cargo de los impuestos llegaba puntual e inexorablemente a mi cuenta el día del vencimiento, aunque Hacienda sabía perfectamente que no había existido ningún tipo de ingreso. Sin embargo, a mí me preocupa cuándo van a cobrar mis empleados el 40% que tiene que pagar el Estado mientras dure el ERTE. Tenemos la experiencia del trimestre que estuvimos cerrados. Nos aprobaron el expediente de los primeros, el 14 de marzo, pero los empleados no cobraron hasta mediados de julio. Nosotros les adelantamos ese dinero porque entendemos que una familia no puede estar tres meses sin ingresos.
- Y muchos de sus empleados trabajan con usted desde hace tiempo. Casi son de la familia.
- Llevamos doce años, y la mayoría de los ocho trabajadores están con nosotros prácticamente desde el principio. En verano contratamos cuatro más de refuerzo para la temporada.
- Las autoridades sanitarias han prohibido el consumo en barra, restringido el aforo al 50% y les obligan a cerrar ahora a las 18:00, ¿le han bajado los impuestos en la misma proporción?
- Para nada.
- Y eso, ¿cómo lo entiende?
- No lo entiendo. Tampoco alcanzo a comprender por qué las restricciones de horarios sólo afectan a la hostelería, un sector al que se ha estigmatizado y culpado de todos los males de esta pandemia. Si se trata de evitar movilización de personas, ¿por qué no cierran los grandes centros comerciales? Creo que nuestros gobernantes no han calculado los cientos de miles de puestos de trabajo que están a punto de perderse.
- ¿Le han explicado los beneficios para la salud pública de que su restaurante cierre a las 18:00?
- Nadie. Pero es lo fácil. Así parece que han hecho algo. En un centro comercial ves a las personas juntas, algo que no ocurre en un restaurante, sin embargo, el peligro está en la hostelería y en los teatros. Alguien debería explicar por qué. Y no hablemos del transporte público. Todos los días surgen brotes en residencias de ancianos y colegios, pero ¿conoce alguien un foco de contagio que haya partido de un restaurante? Y de los miles de hoteles que hay en España, sólo ha habido uno en Tenerife en marzo, al principio de la pandemia.
- ¿Y el ocio nocturno?
- Los desmadres se han producido más fuera de los locales que dentro, y la calle es responsabilidad de la Administración. Los empresarios hemos cumplido con todas las normas que nos han impuesto porque, por encima de todo, queremos trabajar. Por eso insisto en la necesidad de que los gobernantes se paren a pensar, porque, si no lo hacen, dentro de un mes estaremos igual o peor. - Estamos hablando de un sector fundamental para el turismo, un modelo de desarrollo por el que apostaron los gobernantes de este país hace décadas.
- Y aunque algunos políticos no nos consideren un sector esencial, estamos a la vanguardia en calidad de servicio y de nivel gastronómico. Y en la cabeza del Producto Interior Bruto de España en cuanto a valor añadido. Hace cuarenta años, acertadamente o no, se apostó por el turismo, y los que trabajamos en él lo estamos haciendo mejor que nadie en el mundo. No merecemos que nos dejen tirados. El Estado nos ha tratado como una piñata a la que dar palos para recoger los caramelos y, después, arrojarnos a la basura. Sin embargo, muchas personas del norte de Europa abandonan a sus hijos, nietos y demás familia para morir aquí. Eso es por algo, pero aquí no somos conscientes de lo que tenemos.
- Para terminar, ¿qué pediría a los gobernantes?
- Que se paren a pensar. Desde que empezó la pandemia se han limitado a poner parches. Yo no he percibido un plan de actuación con sentido.