Sólo 47 aulas cerradas de las 7.133 que tiene la provincia

El delegado de Educación, Antonio Jiménez, comparte su “satisfacción muy contenida”


Jiménez subraya que "es importante continuar con el camino de la responsabilidad compartida para superar la pandemia".

ALMERÍA HOY / 02·11·2020

El delegado de Educación, Antonio Jiménez, comparte su “satisfacción muy contenida” por los resultados de seis meses de trabajo y planificación: Sólo 47 aulas cerradas hoy de un total de 7.133 que existen en la provincia. El responsable territorial destaca la responsabilidad de los ayuntamientos, la comunidad educativa y el alumnado, y hace un llamamiento a los jóvenes: “Es preciso reservar las ganas de fiesta para cuando podamos. Ahora toca preservar las vidas de los familiares mayores”.

- Tras un inicio del curso envuelto en la polémica sobre la oportunidad de la asistencia a los colegios, ¿qué balance hacen en la Delegación al cabo de mes y medio en Almería?

- Después de seis meses con los coles cerrados, los niños teletrabajando desde sus casas y el confinamiento, era normal que las familias incubaran cierta incertidumbre sobre el inicio del curso, y esa sensación de desasosiego es un estado difícil de gestionar.

- Sobre todo cuando entre padres y docentes había algo más que incertidumbre.

- Es cierto que hubo cierto nerviosismo, pero hemos hecho un gran esfuerzo para conjurar el riesgo de contagio contratando sólo para Almería 614 docentes más, reforzando los servicios de limpieza, repartiendo mascarillas e hidrogel… Pero, de momento, los datos están certificando que los centros de enseñanza son lugares seguros en estos días de pandemia, y las familias están llevando a sus hijos al colegio con total normalidad.

- Desde parte de la comunidad educativa les reprochaban haber afrontado el inicio del curso escolar pocos días antes de que abrieran los colegios, ¿falta de comunicación, quizás?

- Lo cierto es que nos pusimos a trabajar en el comienzo del curso el día en que se decretó el confinamiento, en el mes de marzo. Recordemos que, entonces, se habló de un periodo de dos semanas. La Consejería hizo un esfuerzo para comprar materiales y ponerlos a disposición de los alumnos más vulnerables. Tratamos de cerrar la brecha digital y se repartieron ordenadores. Ya a finales de junio se aprobó un decreto para que los centros incluyeran en su programación actividades evaluables de manera telemática y presencial para estar preparados ante cualquier contingencia. También cerramos acuerdos con Google y Microsoft para dar cobertura legal al uso de todo tipo de plataformas por parte del profesorado; se hizo un estudio sobre las necesidades de mascarillas e hidrogel y la mejor forma de repartirlos; se programó la realización de test a todo el profesorado…

- No me dirá que no quedó nada para la improvisación.

- Todo eso lleva un tiempo de trabajo previo. Tampoco se improvisa la compra de 15.000 dispositivos digitales. Además, en julio sacamos una circular para que los centros pudiesen adaptar y mejorar espacios, lo que ha supuesto una inversión en la provincia de 2,2 millones repartidos en los 99 colegios e institutos que respondieron a la oferta. Es verdad que el inicio del curso coincidió con el pico más alto de la curva de contagios en Almería, sobre todo en el Poniente, pero tanto la Consejería como la dirección de los centros hemos realizado un enorme esfuerzo durante este verano para que la vuelta al cole fuera tan segura como lo ha sido. Ha habido una carga de trabajo brutal, créame.

- ¿Han encontrado la misma disposición en otras administraciones?

- Tanto los ayuntamientos como la Diputación han entendido la necesidad de ir todos de la mano o este buque no zarpaba. Y gracias a ello ha alcanzado la velocidad de crucero necesaria. Los ayuntamientos han estado ayudando desde el primer momento. Recuerdo que cuando repartimos tablets y tarjetas sim, fueron las entidades locales las que canalizaron la distribución por medio de las policías locales, Protección Civil o Cruz Roja. Para abrir los centros, la Delegación dispuso 141 trabajadores más en los institutos para reforzar la limpieza, pero las corporaciones municipales han destinado a ese fin partidas destinadas a otros asuntos. Han entendido que era vital que los alumnos asistieran al curso en los centros y que era una forma, también, de frenar el avance del virus y proteger a las familias.

- ¿Cómo traducimos a euros el esfuerzo realizado por Educación en Almería?

- En Andalucía, la Consejería ha realizado una inversión extraordinaria de 600 millones, de los que alrededor de 60 han llegado a nuestra provincia. En Almería hemos recibido 614 docentes más como resultado de un pacto con los sindicatos. Además, las bajas se están cubriendo de forma rápida. Basta con comunicarlas por teléfono. El contrato de limpieza de los colegios e institutos de la provincia ha supuesto un millón de euros sólo en los meses de septiembre y octubre. Hemos invertido 2,2 millones en obras de mejora de espacios gestionados por los propios centros. También hay que añadir la adquisición de 15.000 dispositivos digitales. Es imposible hacer frente a las contingencias suscitadas por la pandemia sin recursos. Y aún queda mucho por hacer. El objetivo propuesto este primer trimestre consistía en echar a andar. A partir de ahora puliremos el mecanismo y haremos frente a las necesidades no previstas que han ido surgiendo.

- ¿Le ha sorprendido, como destacan padres y profesores, la responsabilidad mostrada por el alumnado de cualquier edad?

-Una constante en las visitas a los centros es que los niños me dicen ‘delegado, no queremos que nos encierren de nuevo; queremos venir al cole con nuestros amigos, y por eso nos ponemos la mascarilla y nos lavamos con hidrogel’. Y es que, en el inicio de la pandemia, los mayores podíamos salir, pero ellos estuvieron cuatro meses confinados en sus casas teletrabajando, sin poder ver a sus compañeros. Se han mentalizado de lo que tienen que poner de su parte para no volver a sufrir el confinamiento. Están siendo un ejemplo y son los que recuerdan en la familia la importancia de usar la mascarilla. Resulta increíble ver el comportamiento de niños de cuatro años con hábitos de vida saludable totalmente interiorizados. Sin embargo, en el entorno de los 18 y 19 años no ocurre así. Plantean que están perdiendo un año de sus vidas sin reparar en que por el camino se pueden perder definitivamente las de muchos familiares mayores, entre los que el virus está causando estragos. Es preciso reservar las ganas de fiesta para cuando podamos.

- ¿Y cuál es, por ahora, el balance de todo ese esfuerzo?


- Tenemos sólo 47 aulas cerradas de un total de 7.133. Estamos hablando de un 0,65% de incidencia, y esas clases se han clausurado preventivamente en su mayor parte por un único alumno positivo que se ha contagiado en casa. Por lo general, todos sus compañeros y profesores resultan negativos en las pruebas, aunque el protocolo obligue el cierre del aula y el aislamiento del grupo.

- ¿Satisfecho?

- Sí, aunque con una satisfacción muy contenida, consciente de que esta es la realidad de hoy, pero no sabemos cuál será la de mañana. Por eso es importante continuar con el camino de la responsabilidad compartida por toda la comunidad educativa. De esa manera superaremos la situación. Este año no podemos llevar a nuestros hijos al cole, si están algo pachuchillos, con un chute de apiretal o dalsy en el cuerpo, porque podemos generar un brote y un contagio masivo.