Cuento de Navidad


..

JUAN LUIS PÉREZ TORNELL

Felipe González, de vez en cuando, se filtra por las paredes de Ferraz, como en el “Cuento de Navidad” de Dickens, para reivindicar la Transición, y con ella su propia obra, puesta en cuestión por las alocadas generaciones que no respetan ni los muebles antiguos ni los jarrones chinos que les legó el abuelo y se apresuran a cambiar el decorado de la herencia, sustituyendo mármoles,tapices y porcelanas por subproductos de Todo a 100, de pésimo gusto.

La nostalgia, y la melancolía que la suele acompañar, es un privilegio de la edad y Felipe González, abuelo prejubilado, se retiró pronto, sin esa grandeza que le hubiera exigido cuidar el terreno para preparar el siguiente plantel de un jardín antiguo. La cantera del PSOE resultó ser Zapatero y Sánchez, más que albaceas,enterradores entusiastas del legado de reconciliación, desenterradores de los demonios familiares de este país.

Uno de los problemas de los espectros es su incapacidad para reconocer que están muertos, que su tiempo y su obra están cerrados y el juicio ya solo pertenece a historiadores impertinentes y comentaristas ignaros. Se empeñan en turbar el sueño de los vivos mostrando el pasado, el presente y el futuro a estos vivos, que han conseguido,al fin, conciliar el sueño, con el poder del opiáceo o con el opiáceo del poder, pese al inicial temor al insomnio que supuestamente produciría acostarse con ciertas personas.

El ectoplasma de González, que teme quemar del todo los puentes que aún lo atan a sus díscolos nietecillos, elige normalmente un foro a varios miles de kilómetros, para no ofender demasiado y que la distancia suavice su blando y remoto ”no es esto, no es esto”.

El señor Scrooge/Sánchez no parece muy molesto con las pesadillas que le muestran las Navidades pasadas, presentes y futuras de la nación y duerme apaciblemente con esos socios a los que aparentemente ha conseguido domesticar con un puñado de prebendas.

No solo duerme el sueño de los justos, sino que ha conseguido que durmamos todos. En un país de bellas durmientes poca gente despierta: Ciudadanos que cava día a día su propia fosa con el silencio de quién no habla por no pecar, agarrado a los restos de su merecido naufragio. Hasta el P.P. que no puede sacar los pies del fango de su corrupción, hasta VOX, que es el mejor regalo para el poder , el espantajo de un miedo preciso para no querer despertar. Hasta jueces y fiscales que no se avergüenzan de su indigno servilismo, a la caza de los premios que graciosamente otorga quien puede otorgarlos.

Por supuesto en las filas del partido que sostiene a este extraño gobierno, prietas las filas, nadie dice que el querido líder está desnudo y sus compañías resultan aterradoras. Ni los votantes, mesmerizados por televisiones y una planificada aculturación, son capaces de ver lo que el fantasma de Felipe González señala con suavidad.

En la ficción cabe una cosa y la contraria. Sabremos pronto a quién Sánchez, que engaña sin pudor a todo el mundo, e incluso a sí mismo, engaña con mayor entusiasmo: en los Presupuestos, que se están pactando, sin que importe demasiado conocer su contenido, no caben al mismo tiempo Esquerra Republicana, Bildu y Ciudadanos. No hay cama para tanta gente.

O sí,como diría Rajoy...