El diputado de Presidencia sostiene que el Gobierno "debería destinar a los ayuntamientos y diputaciones una parte de la lluvia de millones que viene de Europa en vez de pedirles dinero"
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| Giménez sostiene que “Pedro Sánchez ha tenido que renunciar a su intención de confiscar los ahorros generados por la buena gestión de muchas administraciones locales, entre ellas la Diputación de Almería, porque se encuentra desesperado. Se ha visto solo, y necesita salir adelante como sea”. |
ALMERÍA HOY / 14·09·2020
Al diputado de Presidencia, Fernando Giménez, se congratulaba esta mañana en RADIO ACTUALIDAD del anuncio realizado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de la intención del Ejecutivo de modificar la Ley sobre la Regla del Gasto para permitir a las entidades locales disponer de sus superávit de caja para invertir durante los ejercicios de 2020 y 2021.
Sin embargo, le parece “ridículo” el "papelón" que ha desempeñado el Gobierno de España dando marcha atrás en su “insólito plan para ‘birlar’ recursos a las administraciones locales que mejor han gestionado sus recursos” en referencia al
“Además, al dar marcha atrás en sus intenciones, Pedro Sánchez ha demostrado que su discurso, culpando al Partido Popular de impedir a ayuntamientos y diputaciones disponer de sus ahorros, era todo mentira. El PSOE lleva dos años gobernando España, tiempo más que suficiente como para cambiar la ley, si es que no le gustaba, del mismo modo que Zapatero modificó en cuestión de días nada más ni nada menos que un artículo de la Constitución a instancias de la Unión Europea, para contener el endeudamiento al que la penosa gestión económica del Gobierno del PSOE había conducido”, explica Giménez.
“Que no engañen más a los españoles –añade el diputado de Presidencia-. La Ley de la Regla del Gasto fue una imposición de Europa ante el desastre de Zapatero que tocó hacer a Montoro porque los españoles confiaron en el Partido Popular para arreglar el desaguisado perpetrado por los socialistas”.
Giménez sostiene que “Pedro Sánchez ha tenido que renunciar a su intención de confiscar los ahorros generados por la buena gestión de muchas administraciones locales, entre ellas la Diputación de Almería, porque se encuentra desesperado. Se ha visto solo, y necesita salir adelante como sea”.
“En lugar de pedir dinero a los ayuntamientos y diputaciones –concluye-, lo que debería hacer el Gobierno es ayudar a estas administraciones y destinarles una parte de la lluvia de millones que vienen de Europa. Son las instancias administrativas más débiles, pero también las más cercanas a los ciudadanos, y las que han demostrado gestionar mejor sus recursos”.
Sin embargo, le parece “ridículo” el "papelón" que ha desempeñado el Gobierno de España dando marcha atrás en su “insólito plan para ‘birlar’ recursos a las administraciones locales que mejor han gestionado sus recursos” en referencia al
“Además, al dar marcha atrás en sus intenciones, Pedro Sánchez ha demostrado que su discurso, culpando al Partido Popular de impedir a ayuntamientos y diputaciones disponer de sus ahorros, era todo mentira. El PSOE lleva dos años gobernando España, tiempo más que suficiente como para cambiar la ley, si es que no le gustaba, del mismo modo que Zapatero modificó en cuestión de días nada más ni nada menos que un artículo de la Constitución a instancias de la Unión Europea, para contener el endeudamiento al que la penosa gestión económica del Gobierno del PSOE había conducido”, explica Giménez.
“Que no engañen más a los españoles –añade el diputado de Presidencia-. La Ley de la Regla del Gasto fue una imposición de Europa ante el desastre de Zapatero que tocó hacer a Montoro porque los españoles confiaron en el Partido Popular para arreglar el desaguisado perpetrado por los socialistas”.
Giménez sostiene que “Pedro Sánchez ha tenido que renunciar a su intención de confiscar los ahorros generados por la buena gestión de muchas administraciones locales, entre ellas la Diputación de Almería, porque se encuentra desesperado. Se ha visto solo, y necesita salir adelante como sea”.
“En lugar de pedir dinero a los ayuntamientos y diputaciones –concluye-, lo que debería hacer el Gobierno es ayudar a estas administraciones y destinarles una parte de la lluvia de millones que vienen de Europa. Son las instancias administrativas más débiles, pero también las más cercanas a los ciudadanos, y las que han demostrado gestionar mejor sus recursos”.
