Ridao reivindicó a Camus en Vera

El escritor y diplomático sostuvo la importancia del autor francés como uno de los "filósofos centrales" del siglo XX

Ridao destacó el "humanismo" que rezuma la obra y acompañó al premio Nobel durante toda su vida.


ALMERÍA HOY / 19·07·2020

Sesenta años después del accidente automovilístico que segó la vida de Albert Camus con apenas 47 años, el escritor y diplomático José María Ridao, autor entre otros de 'El vacío elocuente. Ensayos sobre Albert Camus', repasó este sábado en la librería Nobel de Vera la obra y la vida del francés, a quien reivindicó como "un pensador más allá del 'filósofo de bachillerato' o el 'pensador moralista' con que algunos pretendieron restarle importancia", partiendo desde sus inicios como periodista en Argel, donde su compromiso con la verdad le ganó la persecución de las altas esferas del poder que presionaron para que nadie le contratara.

Ridao retrató a Camus como un escritor y pensador "extremadamente coherente" desde sus primeros escritos ('El revés y el derecho') hasta su última e inacabada novela de tintes autobiográficos ('El primer hombre') publicada en 1994, un recorrido en el que se perciben constantemente las mismas ideas que le acompañaran toda la vida. Para el diplomático, la revelación que supuso esta obra supuso un reconocimiento por parte de muchos que antes habían restado valor a sus publicaciones, así como a su pensamiento. Entre otros, citó el caso de Juan Goytisolo -gran amigo de Sartre-, de quien recordó un artículo publicado en El País en el que reconoció el "error" que había tenido hasta ese momento en su valoración sobre Camus.

Sin embargo, Ridao advirtió el riesgo que supone convertir al Nobel francés en un "icono cuando es un 'itinerario'". En ese sentido, el autor de 'El vacío elocuente' revelaba la importancia que tenía la búsqueda constante del hombre para Camus, expresada a lo largo de toda su obra desde que su formulación primera en 'El mito de Sísifo', donde revisaba el mito griego del hombre condenado a subir una pesada roca hasta la cumbre de una montaña para dejarla caer desde la cima y emprender de nuevo la misma tarea eternamente.

Albert Camus entiende que el hombre debe preguntar al universo aunque éste no le conteste y se vea obligado a responder por sí mismo con el riesgo inexorable de que la respuesta obtenida sea falsa las más de las veces. En ese contexto, el francés se atrevió a considerar la posibilidad de que Sísifo fuera feliz, "aunque sólo hubiera sido un instante mientras contemplaba el paisaje en un momento de descanso".

Camus, que había abandonado el Partido Comunista por su oposición a las políticas llevadas a cabo en la Unión Soviética, el pacto de Stalin con Hitler y en "la imposibilidad de fundar un régimen justo sobre una injusticia", chocó frontalmente contra el pensamiento de la izquierda ortodoxa francesa y, más concretamente, con Sartre y Simone de Beauvoir, quienes reprocharon al autor de 'La peste' que hubiera comparado en esta novela al fascismo con una plaga natural restando valor a una interpretación histórica, y que llegaron a acusar a Albert de "burgués" pese a su infancia de huérfano vivida en la miseria.

En cualquier caso, las diferencias entre Sartre y Camus partían de la importancia que aquél daba al 'sistema' que había elaborado, mientras que la "duda" permanente del premio Nobel y su "humanismo" cuestionaban permanentemente todo sistema, incluido el de su otrora amigo Jean Paul. Como muestra de ello, el autor de 'La peste' huía de la etiqueta de 'existencialista' para definirse como un pensador de la existencia.