"Me llamo Mari, tengo los síntomas y me dicen que me busque la vida"

Sola y sin coche, el Centro de Salud de Garrucha le negó el transporte a La Inmaculada y alertó a la Guardia Civil. La intervención de la alcaldesa procuró que un equipo del Hospital se desplazara hasta su casa para hacerle la prueba del Covid-19 prescrita por su médico.


En el Centro de Salud de Garrucha negaron una ambulancia a una enferma a la que debían practicar en Huércal Overa una prueba de detección del Covid-19.

ALMERÍA HOY / 01·06·2020

Se llama, Mari, María Segovia, y es una conocida vecina de Garrucha, pues regentó durante mucho tiempo un popular establecimiento en la localidad levantina.

La mujer asegura haber vivido una experiencia dramática a la vez que insólita, por poco habitual, y más aún en unos días en que el personal sanitario de la comarca, como el de toda Andalucía y España, se están empleando a fondo y de modo ejemplar.

La odisea de Mari comenzó el pasado viernes. Se encontraba "muy mal, con una gran congestión de nariz", y acudió al Centro de Salud de su localidad, donde, tras ser reconocida, su médico de cabecera le recomendó, al observar síntomas compatibles con el coronavirus, que mantuviera el debido aislamiento en el domicilio que comparte con una hija.

Además, el galeno le prescribió una cita a las 16:00 de este domingo para que, en el Hospital de La Inmaculada, en Huércal Overa, le practicaran una prueba de detección del Covid-19, y ahí empezó su calvario.

María no conduce y no pudo conseguir que alguien la llevara hasta el centro hospitalario. No sabía qué hacer y, ante el paso del tiempo sin encontrar solución, el sábado a mediodía buscó consejo en la Guardia Civil, llamando al cuartel existente en la Villa. El agente que la atendió le dijo que se pusiera en contacto con el Centro de Salud y solicitara una ambulancia.

Y eso hizo, pero nunca podía esperar la respuesta que afirma que le espetaron: "Búsquese usted la vida, que aquí no somos asistentes sociales", asegura la señora Segovia que le contestaron, al tiempo que le pasaron un teléfono de La Inmaculada.

La enferma, cada vez más invadida por la impaciencia a medida que pasaban las horas, llamó al Hospital, pero le iban pasando de departamento en departamento sin recibir ninguna solución a su problema.

Volvió a telefonear a la Benemérita y, en esta ocasión, le sugirieron que se enfundara unos guantes, se colocara una mascarilla y dirigiera sus pasos de nuevo hasta el Centro de Salud, pero en esta ocasión para poner una reclamación.

María siguió las instrucciones recibidas por el guardia y acudió al ambulatorio para registrar su queja por escrito. Según relata, fue atendida "de mala gana", y uno de los celadores llamó al cuartel para requerir los servicios de los agentes para que "echaran a una señora con coronavirus que debía estar aislada en su casa".

La señora Segovia volvió a su domicilio "sin saber qué hacer, desesperada". Pero la fortuna, a veces, reparte ases cuando más se necesitan.

La queja de Mari voló por ciertos conductos. En ese sentido, la mujer recibió a las pocas horas una visita de Protección Civil, que le llevó alimentos para evitar que tuviera que salir de casa.

También recibió el ruego de que diera marcha atrás y quitara la reclamación que había registrado en el Centro Médico, petición que contó con la negativa de la afectada.

Sin embargo, al conocer lo ocurrido, la alcaldesa, María Antonia López Cervantes, realizó las llamadas oportunas y consiguió que La Inmaculada viniera hasta María.

Así, este domingo, a las 11:30, dos enfermeras se presentaron en el domicilio de la señora Segovia para recoger las muestras necesarias a fin de realizarle la prueba del Covid-19. Ahora sólo resta esperar el resultado del análisis, que deberían comunicárselo en el plazo de "24 horas".

En este caso, un diagnóstico negativo sería el final más positivo a una historia con final feliz gracias a la regidora de Garrucha, pero que no debería manchar la flamante hoja de servicios del personal adscrito al Área de Gestión Sanitaria Norte de Almería.