La presunta negligencia del campesino pudo desencadenar el fuego que afectó a más de 10 has.
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| Como puede apreciarse en la imagen, el lugar elegido no era precisamente el más adecuado para quemar tala sin riesgo. |
ALMERÍA HOY / 12·03·2020
La presunta negligencia por parte de un agricultor puede ser el origen del incendio que asoló más de 10 has. de monte bajo en el paraje de El Pocico, en las proximidades de la Granja escuela de Lubrín.
El hombre, que disponía de autorización de un agente de Medio Ambiente, firmada presuntamente sin haber visitado el lugar en que se iban a quemar los restos de tala, algo que es "habitual" según el alcalde de la localidad, Domingo Ramos (PSOE) -"si los agentes tuvieran que visitar todos los lugares donde se prende fuego no darían abasto", afirma el regidor-, eligió para prender fuego a los residuos un lugar "muy espeso, pegando al cerro y lleno de arbustos que llegaban hasta el cuello".
Fue precisamente el alcalde quien dio la voz de alarma. "Observé una columna de humo sobre las 11:00 y, temiendo lo que ocurría, me acerqué al lugar. Al ver el fuego llamé inmediatamente al 112 y en cuestión de minutos aparecieron 5 ó 6 retenes más los Bomberos del Levante. Poco después se añadieron un helicóptero y dos aviones Canadair que repostaban agua en la playa de Garrucha. Su intervención fue crucial para sofocar el incendio en pocas horas, poco después de las 18:00. A partie+r de ese momento quedó un retén para prevenir que se reavivara".
El hombre, que disponía de autorización de un agente de Medio Ambiente, firmada presuntamente sin haber visitado el lugar en que se iban a quemar los restos de tala, algo que es "habitual" según el alcalde de la localidad, Domingo Ramos (PSOE) -"si los agentes tuvieran que visitar todos los lugares donde se prende fuego no darían abasto", afirma el regidor-, eligió para prender fuego a los residuos un lugar "muy espeso, pegando al cerro y lleno de arbustos que llegaban hasta el cuello".
Fue precisamente el alcalde quien dio la voz de alarma. "Observé una columna de humo sobre las 11:00 y, temiendo lo que ocurría, me acerqué al lugar. Al ver el fuego llamé inmediatamente al 112 y en cuestión de minutos aparecieron 5 ó 6 retenes más los Bomberos del Levante. Poco después se añadieron un helicóptero y dos aviones Canadair que repostaban agua en la playa de Garrucha. Su intervención fue crucial para sofocar el incendio en pocas horas, poco después de las 18:00. A partie+r de ese momento quedó un retén para prevenir que se reavivara".
