La ampliación del puerto de Garrucha


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ADOLFO PÉREZ

Según publica la prensa, la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, a través de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía estudia la posibilidad de ampliar las actuales instalaciones del puerto de Garrucha. Dice la noticia que se trata de dar respuesta a la demanda de los operadores y exportadores que lo utilizan para su actividad. El estudio busca una alternativa de crecimiento que cumpla con las condiciones de sostenibilidad social, económica y medioambiental. O sea, se trata de realizar un estudio que determine si es posible construir un nuevo muelle para aumentar la actividad portuaria, cuyo ritmo de carga se acercó en 2019 a los siete millones de toneladas.


Con la incidencia que eso supone para el porvenir de este municipio, el motivo de este artículo es informar de un dato relevante que conozco al respecto, así como algunas consideraciones que estimo conveniente destacar. La obra, de llevarse a cabo, cosa que ya se verá, consiste en construir otro puerto mar adentro, detrás y paralelo al actual, para lo que se necesita un nuevo dique de abrigo con un muelle adosado de una superficie bastante superior al que hay, cuyo fin es acopiar y cargar mayor cantidad de yeso, de modo que ya no se vería desde el Malecón y la playa la mercancía que se carga ni la actividad portuaria, tapadas ambas por el espaldón del muelle actual. La realidad es que se pretende cargar de yeso más de un barco a la vez, lo que supone un aumento de la polución atmosférica. Y es que con el nuevo muelle la APPA dispondría de un superpuerto para la carga de la mercancía que fuera menester dadas las pegas que se ponen en otros puertos cercanos a las poblaciones a la hora de cargar minerales contaminantes. Así ha sucedido en Carboneras, cuya población ha impedido de forma tajante la carga en su puerto de mineral de hierro. La población carbonera ha velado por la salvaguarda de su bienestar y su economía como es lo lógico y natural.

En el año 2004 la Empresa (ahora Agencia) Pública de Puertos de Andalucía, (APPA) inició el expediente de ampliación del puerto de Garrucha por su lado norte a fin de ensanchar la cabida del puerto deportivo, lo que suponía invadir 300 de los 450 metros de playa que teníamos en ese lado, Como compensación por la playa invadida la APPA firmó un convenio con el ministerio de Medio Ambiente mediante el que se comprometía a construir una playa de la misma longitud en la zona sur, del castillo a la gasolinera. La playa por la que tanto he luchado aún no se ha construido, sin haber contado con la ayuda de nadie en el municipio a pesar de haberla pedido.

Ante semejante proyecto me opuse y luché con todas mis fuerzas para evitar la pérdida de casi toda esa playa, pero yo solo nada podía conseguir, máxime cuando con la obra estaba de acuerdo el gobierno municipal socialista del Ayuntamiento de Garrucha de entonces.

Como no encontré ayuda de nadie para evitar el proyecto en trámite, me dirigí al Defensor del Pueblo exponiéndole la situación, a la vez que le pedía su intervención para que no se llevara a cabo la obra. El resultado fue que, con fecha 25 de enero de 2005 y registro de salida número 277, la directora gerente de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía, Montserrat Badía Belmonte, me puso un escrito al que acompañaba copia del informe técnico que sobre el asunto había enviado al Defensor del Pueblo, fechado el 14 de enero de ese año, cuyo encabezamiento dice así:

“En respuesta a su comunicación de fecha 14 de octubre de 2004 en la que nos trasladan escrito de D. Adolfo Pérez López y se interesan sobre el estado actual del proyecto de ampliación del puerto de Garrucha y las medidas de corrección de posibles impactos ambientales establecidos para el desarrollo de la actuación, cabe realizar las siguientes observaciones.”

Y sigue el informe de cinco hojas firmado por la señora Montserrat Badía mediante el que daba cuenta al Defensor del Pueblo de todo lo que interesaba al respecto. Pero como para preservar la playa se había barajado la idea de ampliar el puerto mar adentro construyendo un nuevo dique de abrigo (un espigón), en el último párrafo de la hoja tercera del informe decía (dice) algo de mucho interés para lo que ahora se pretende. El párrafo es del siguiente tenor literal:

“Acometer una ampliación del puerto de Garrucha hacia mar abierto en lugar de hacia el norte significaría en la práctica renunciar a la ampliación del puerto, ya que los fondos marinos en el exterior inmediato del actual dique se sitúan en profundidades superiores a los 40 metros haciendo esta opción prácticamente inviable. En consecuencia, la única opción posible es la ampliación hacia el norte ocupando la playa.”

Así de claro y contundente es el informe técnico de la APPA en ese aspecto, lo que ocasionó la pérdida de casi toda la playa norte. Hay que imaginarse el alto coste que supondría subir el dique de abrigo desde el fondo marino a más de cuarenta metros hasta llegar a la superficie marítima, cuyo fin sería construir un muelle de mayor capacidad para aumentar la carga de yeso, lo que supondría mayor pesimismo ambiental a causa de ese polvo mineral en suspensión o de otro contaminante frente al núcleo urbano de Garrucha.

Claro que si inviable era en 2005, inviable debe ser ahora, pero si la APPA se empeña en hacerlo, tengo que decir que no, de ningún modo puede ser ese el futuro de Garrucha, eso sería condenar su progreso. El futuro de Garrucha no puede pasar por colocar un superpuerto frente al núcleo urbano para aumentar la carga de un mineral contaminante para la población; ese no es el camino. Claro que llegado el caso, para defender su proyecto la APPA ofertaría como siempre una serie de medidas correctoras que, por inútiles nunca se aplican, salvo el poco eficaz riego por aspersión del yeso al aire libre. Como lo tiene más que demostrado en Garrucha, la APPA siempre está pendiente de acrecentar su volumen de negocio sin miramientos, incluso sin cumplir su compromiso de construir la playa que le debe a este municipio para compensar la que le ocupó en el lado norte.

En todo caso, puestos a planificar lo más sensato sería construir un puerto aislado en la zona, alejado de los núcleos de población, que le dé salida al yeso de Sorbas, cuyo coste de construcción sería netamente inferior al ubicarse adosado a la costa. Esa sería la solución, dejando en paz el puerto de Garrucha en su triple función de puerto pesquero, deportivo y muelle comercial para mercancías no contaminantes. Así se liberaría el municipio de tan pesada y molesta carga. Basta con observar en el suelo de las viviendas del Malecón las pequeñas porciones de yeso amasado por la humedad del ambiente, prueba evidente de la polución que nos envuelve.

El futuro de Garrucha, su progreso, pasa por: Quitarse de encima la carga del yeso. Prolongación del paseo marítimo. Construcción de la playa del castillo. Remozar lo que necesite el paseo. Esmero en los servicios. Meticulosa limpieza de playas, calles y plazas. Construir la rotonda del cruce de La Simona. Así como lo nuevo que aporte el Ayuntamiento para la mejora de la vida municipal.

Si la alcaldesa predica un día sí y otro también que aspira a que Garrucha sea el referente turístico y de progreso de la comarca, lo que me parece muy bien, sería un contrasentido que el municipio se convirtiera en el referente de la polución atmosférica comarcal, condenado para siempre a un ambiente insalubre que envuelva a la población y menoscabe el beneficioso turismo por causa de la carga de millones de toneladas de minerales al aire libre en un superpuerto situado frente al casco urbano, razón por la que se debe tomar conciencia de lo que puede pasar.

Ni que decir tiene que haré todas las gestiones a mi alcance, tanto ante la APPA como ante la Unión Europea si es menester. Al respecto ya he presentado un escrito en el Ayuntamiento, registrado con el número 959, pues conviene saber lo que opinan los cuatro grupos políticos de la Corporación municipal, que es la llamada a defender los intereses municipales con toda su fuerza, ya que no espero que se caiga en la tentación de mirar para otro lado. Sería penoso que así fuera.