Los Castillos de Almería

Ser frontera de los reinos cristiano y musulmán durante cinco siglos y objeto de deseo de piratas, corsarios y berberiscos, fue motivo para que hoy podamos contemplar en la provincia los numerosos castillos y fortalezas que, con mayor o menor fortuna, han llegado hasta nuestros días


Castillo del Marqués de los Vélez en Cuevas del Almanzora
ALMERÍA HOY / 19·01·2020

La situación geográfica y los avatares de la historia han proporcionado a Almería un trascendente e importante papel estratégico por su carácter de frontera comercial de entrada de productos por vía marítima y, durante el medievo, linde política entre los reinos cristiano y musulmán. de ahí la importancia de la vigía y defensa del territorio encomendada a los castillos, baluartes, torres y otras construcciones que, a tal fin, se levantaron por lo que ahora es la provincia.

Hoy, todas esas fortalezas, se conservan con mayor o menor fortuna y han cedido su primigenia función militar a otras de índole cultural, como albergar museos, conferencias, conciertos y otras actividades lúdicas y turísticas.

La Alcazaba de Almería es la fortaleza árabe más grande después de la granadina Alhambra. Es el edificio más señero del popular barrio de La Chanca y fue fundada por Abd-al Rahman III en el siglo X sobre los restos de un castillo anterior.

El castillo de Vélez Blanco se encuentra sobre una colina de 1.150 metros de altura y fue construido entre 1506 y 1515 por el primer marqués de Los Vélez, don Pedro Fajardo, sobre las ruinas de la antigua alcazaba árabe, de la que aún conserva lienzos de su muralla. Es de estilo renacentista y en el destaca su patio central, que estaba vestido en mármol y que hoy se puede ver en el Museo Metropolitano de Nueva York tras su compra por un coleccionista en 1904.

Don Pedro Fajardo también mandó construir el castillo de Cuevas del Almanzora, llamado del Marqués de Los Vélez, en 1507 y, como en el caso anterior, sobre la anterior fortificación musulmana, de la que se aprovechó su estructura rectangular de argamasa y ladrillo y se edificó un nuevo cuerpo principal de planta irregular elaborado en sillares y mampostería. El recinto se amplió durante el siglo XVIII con la Casa Fuerte de los Alcaides, que hoy alberga uno de los museos de arte contemporáneo más importantes de Andalucía gracias a la donación del crítico de arte cuevano Antonio Manuel Campoy. En la Casa de la Tercia, construida también en el XVIII, se encuentran la biblioteca y el Museo Arqueológico municipal que expone parte de los hallazgos de los hermanos Siret.

El de Guardias Viejas, en El Ejido, fue levantado para defensa de la costa en el siglo XVIII, pero sufrió los avatares de la guerra de la Independencia y fue reconstruido en 1817. Se halla en buen estado y alberga una exposición permanente sobre las fortalezas costeras.

En el Puerto Pesquero de Roquetas de Mar se encuentra el castillo de Santa Ana, de carácter defensivo para la población. Fue edificado en el siglo XVII y hoy se dedica a todo tipo de actividades culturales.

El de Gérgal es un coqueto castillo del que ya se tenía noticia en el siglo XV, aunque se desconoce su fecha de fundación. Fue donado, junto con sus tierras, por los Reyes Católicos a la familia Fernández de Córdoba. Es un edificio defensivo compacto con una gran torre del homenaje prismática que tiene adosados cuatro torreones cilíndricos en sus esquinas.

Una torre árabe de estilo nazarí de tres pisos de altura es lo que queda de una fortaleza destruida por el paso del tiempo, que hoy conocemos como castillo de Huércal Overa y vemos al entrar a la ciudad sobre un cerro en la Sierra de Almagro.

También en Huércal Overa, si nos adentramos más aún en la misma sierra, podemos contemplar los vestigios de una fortaleza medieval, prácticamente derruida, conocida como ‘Huércal la Vieja’.

Mayor importancia que el de Huércal tuvo en su época el castillo de Overa, también llamado de Santa Bárbara. Fue construido por los nazaríes en el siglo XIII para frenar el avance cristiano. Hoy sólo se conserva una alta torre cuadrada en estado de ruina.

Continuando en el término de Huércal Overa, sobre un montículo en el paraje de La Ballabona, controlando el camino hacia Almería, se alza una torre de vigilancia llamada igual que el paraje en que se erige.

También nazarí es el ‘Pirulico’ de Mojácar, una torre vigía del siglo XII situada en el peñón de un acantilado en la playa de Macenas. Formaba parte del sistema defensivo costero.

El castillo de Purchena es la vieja alcazaba árabe, de la que conserva el aljibe, la torre del homenaje y la del agua, de la que mana el preciado líquido que almacenaban en el aljibe. Su base es de sillares de piedra y el resto de mampostería con cantería en las esquinas.

Árabe es también el de Tabernas, fundado en tapial y, posteriormente, con ladrillo, mampostería y sillares. Estaba dotado de seis torres y era, como muchos, mitad palacio mitad fortaleza.

La torre neoclásica añadida en el siglo XIX no consigue ocultar el pasado nazarí del castillo de Serón, aunque del mismo sólo se conserven una pared y fragmentos de su muralla.

El de Cantoria fue construido en el siglo X y de él nos han llegado apenas la torre de Torrobra, al este y la Torreta, al oeste.

En 1584, Hernando Hurtado de Mendoza, marqués del Carpio, informó al monarca que había comenzado los trabajos de construcción de un fuerte en Carboneras, hoy en magnífico estado de conservación. Sabemos que fue encargada su fábrica a Luis López de Haro, que la dejó inconclusa, retomándose la obra en 1602. Hoy alberga numerosas y variadas actividades culturales.

Además de los referidos y al igual que el de Guardias Viejas, durante el siglo XVIII, coincidiendo con el reinado de Carlos III, se acometieron numerosas construcciones costeras para repeler los ataques de corsarios y piratas, entre las que citaremos las de Villaricos, Mesa Roldán, Mojácar, Guaínos Bajos, Garrucha, etc.