¿Dónde se incuba el odio?


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JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ DE HARO

Acaba de pasar la Navidad, aunque los puristas extienden su término hasta el día de San Antón. En definitiva, unas fechas de expresar buenos sentimientos, nuestra tradición judeocristiana recorre el mundo con una llamada a la felicidad, la concordia, los mejores deseos y el amor mas allá de otras vicisitudes humanas.

Sin embargo mas allá de los buenos deseos, hoy se abre paso una ola de odio que ensombrece la armonía que estas fiestas señalan. La escalada biliosa se extiende desde la política, germen de tantas discordias, hasta cualquier otra pasión o afición. ¿donde se incuba ese odio?. Creo poder decir tras largos años de existencia que no conocí algo semejante, ni siquiera en años duros de la tardía post guerra. Y lo digo desde el observatorio de un pequeño pueblo , Garrucha, donde las relaciones de proximidad nos hacían sentir que formábamos parte de una gran familia entre vecinos, familiares y amigos. Lo que pudiera haber de innoble o resentido en aquella convivencia pacífica y tranquila quedaría en la trastienda de la intimidad, jamás se expresaba.

Han pasado muchos años, es cierto, pero la sociedad de hoy, aquí en España, se ve atacada de un ácido corrosivo que anida en los pliegues más oscuros del alma. El odio como potencia maléfica es ya un hecho que hemos de aceptar al parecer sin demasiada esperanza. Su más evidente vía de expansión son la llamadas redes sociales que debieran jugar un papel de vertebración y comunicación en el mundo. Sin embargo están siendo utilizadas para arrojar toneladas de odio con la cobardía añadida del anonimato, incluso los más atrevidos o arrogantes con su propia identidad. La gran mayoría tiene motivaciones ideológicas desvirtuadas en muchos casos por ignorancia , incultura o pura maldad. Resulta decepcionante que las ideologías políticas, las creencias religiosas , el partidismo sectario y algún delirio abyecto de raíz totalitaria lleven al fanatismo mas aberrante y sean la coartada para expresar ese odio sin otra propuesta ni argumento que su dañino efecto.

Habría millones de ejemplos con frases textuales entre los partidarios de esta u otra ideología y fanatismo cuajadas de rencor y revancha inexplicable desde la perspectiva existencial y vital de unas generaciones que han crecido en la democracia, la libertad y la prosperidad . Pero hay evidencia constatable que el odio y el rencor suele seguir una dirección, siempre desde la misma orilla. Y baste para ello conectarse una hora a internet y comenzar a leer. También en los periódicos o escuchar la radio con declaraciones y frases propias de un involución genética hacia la caverna. En Barcelona, en Bilbao, en Navarra, en Valencia, en Baleares .... ¿ Por qué no en Logroño, en Granada, en Ciudad Real o en Santander? . En las regiones que ahora se muestran abiertamente enemigas de España se manifiesta una aversión hacia lo "español" cuya expresión es el odio. Y se trata de millones de odiadores que no saben refrenar sus instintos brutales y primarios en lugar de encauzar sus aspiraciones en las vías democráticas dentro de lo que llamamos "civilización " . Las imágenes de los que acechan y acosan como hienas en Bilbao, Pamplona, Alsásua, Gerona o Barcelona a quienes pacíficamente tratan de expresar su defensa de la Constitución, el Estado de Derecho y la unidad de España, definen un panorama terrible por más que el melifluo Ministro de Interior, Sr. Marlaska lo defina eufemísticamente como normalidad. Se ignora donde coño percibe la normalidad el Sr. Marlaska ¿en aquella Plaza de Arriaga de Bilbao? ¿a las puertas de la Comisaría General de la Policía de Barcelona? o en las agresiones físicas a policías y guardias civiles, en las amenazas y violencia física entre vecinos y tantos otros episodios lamentables que se suceden día tras día a lo largo y ancho de España?. Puro relativismo o cinismo, según se mire. Claro que habrá quienes recuerden que hemos mejorado respecto aquellos años de plomo con los terroristas asesinos de ETA o TERRA LLIURE en plena acción. Y es cierto que se ha contenido la violencia asesina directa, pero al precio de una dictadura del miedo y del predominio del pensamiento único en el País Vasco, Cataluña, y también Navarra, en la Comunidad Valenciana y Baleares. Tras tantos años de enfrentamientos está probado de donde viene el odio, el plomo y la metralla, siempre desde los separatismos radicales de izquierdas contra los defensores de otras propuestas para España situados generalmente en el centro derecha.

Y estas radicalidades y extremismos permeabilizan hasta las capas menos relevantes de la política y la sociedad. Hemos leído y escuchado las declaraciones de un irrelevante alcalde de Manacor arremetiendo contra Rafael Nadal, vecino suyo y nacido en Manacor. De todos es conocida la nobleza, la educación y la humildad de este menorquín de reconocimiento mundial. Nadal es la gloria y orgullo para su tierra natal y el mejor deportista español de todos los tiempos. Si esto no fuera suficiente ha emprendido una gran labor social y en Manacor, sin ayuda ni subvención alguna ha construido una Academia y un Centro Educativo que lleva su nombre. Además de ello Nadal anuncia que va a de abrir en Valencia, en el barrio Nazaret, una Fundación para niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad o exclusión social. Este será el segundo centro que abrirá la Fundación Nadal promovido con la generosidad del mejor tenista de la historia tras la apertura del centro de Mallorca. Este alcalde irrelevante no hubiera visto escrito su nombre sin el escupitajo de rencor contra Rafael Nadal . Preguntado en televisión si esto no sería motivado por las manifestaciones públicas de Nadal y su amor a España, el alcalde irrelevante manifestó no sentirse español ni querer ser español. No hace falta preguntar las siglas donde milita el alcalde de Manacor , son fácilmente identificables para cualquiera que siga los rastros teñidos de revancha y rencor al éxito y el triunfo personal como enemigo a batir por el estatalismo comunista que no asume su fracaso histórico y ahora pretende arraigar en España. Además de ello, el virus independentista y supremacista propagado desde Cataluña ha empapado una parte de la sociedad Balear que ahora dice odiar a España y lo español. Jamás huno tal sentimiento expresado en Baleares. Y por ello cabría preguntar a este alcalde ¿cuál es el motivo singular para odiar a España ? ¿Qué pasaje de la historia señala a España como opresora de Baleares? Y de manera sorprendente ¿porqué arremete contra su mejor vecino?

Ya digo, si a todo esto se añade lo que en voz alta se escucha en otros territorios españoles, poca duda hay que el odio como fundamento mezclado con la política más bastarda es el virus que amenaza nuestra convivencia, nuestro progreso, nuestra igualdad y nuestras libertades. La ciencia afirma que la vida en la Tierra comienza cuando una partícula de polvo cósmico tras el Big Bang llegó a este planeta y desde entonces la evolución nos ha traído hasta aquí. ¿Traía esa partícula cósmica un átomo de odio?

No decaigan amigos lectores, siempre habrá un abrazo de felicitación navideña, porque queda una mayoría de españoles de bien que nos deseamos felicidad y mejor Año Nuevo.